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sábado, 10 de noviembre de 2007

Más Memoria Histórica-02

1 de julio de 1966 - Los ciudadanos de Berga reciben a Franco con una pancarta en “la lengua prohibida”.

En la misma, puede leerse claramente:
“Els Pagesos del Bergueda os agraim la visita”. Foto Ampliada

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Joder, que patriotas más valientes .

JOJOJOJOJOJOJOJOJOJOJOJOJOJO

Anónimo dijo...

Esta es la mayor mentira - excusa de los nacionalistas para llevar a la práctica el genocidio cultural que ahora mismo se perpetra en Cataluña, y prohibir aquí totalmente la lengua española. Pero Francisco Franco jamás prohibió el catalán.

Se ha extendido, como muchas otras falsedades, la idea de que durante el franquismo existía una prohibición de expresarse en catalán. Una confusión que sólo favorece a los argumentos victimistas de los nacionalismos excluyentes. Consulten cualquier repertorio legislativo de la época franquista a ver si encuentran esa famosa norma que prohíbe el catalán ( o el vasco o el gallego) .

El franquismo, como el régimen autoritario que era, no toleró el uso político del catalán, pero no dudo en apoyar el uso exclusivamente cultural del mismo. Tan prohibido y perseguido estaba el catalán, que el oprobioso régimen no dudo en fomentar las manifestaciones culturales en catalán. Podríamos citar números certámenes que se crearon durante el franquismo para premiar obras elaboradas en catalán, el “Rafael Campalans”, destinado a estudios sociales. El “Amadeu Oller”, para poesía inédita. El “Folch i Torras”, el “Ruyra” y el “Sagarra”, para teatro. El “Nova Terra”, para el mundo del trabajo. El “Carles Cardó”, para ensayos religiosos. El “Blanquerna”, para ensayos educativos y el “Fundación Huguet”, para lengua.

Y por si no les basta, también citaremos una breve cronología de la profusión con que la literatura catalana proliferó durante el franquismo:

1942. Aparece el libro “Rosa mística” de Mossén Camil Geis, editado en Sabadell e impreso por Joan Sallent en catalán.

1944. Josep Vergés fundador de “Destino” en 1939 junto con Ignacio Agustí y el poeta Joan Teixidor, establecen el 6 de enero de 1944 el premio “Eugenio Nadal” que daba a conocer a la joven Carmen Laforet y a su novela “Nada”. El galardón descubrió a narradores tan importantes como Miguel Delibes, Ana María Matute, Rafael Sánchez Ferlosio o Carmen Martín Gaite.

1945. Con apoyo y subvención del Gobierno se celebra el centenario de Mossén Cinto Verdaguer.

1947. Se otorga el premio “Joan Martorell” para novela en catalán. Son premiados Celia Suñol por su novela “Primera Part”; y “El cel no és transparent”, de María Aurelia de Campmany.

1947. Se crea el premio “Ciudad de Barcelona”.

1949. Para narraciones cortas se crea en la Casa del Libro el premio “Víctor Català”, así como los premios “Aedos” para biografías, “Josep Ysart” para ensayos y el “Ossa Menor” que ideó el gallego-catalán José Pedreira, cambiándose luego el nombre por el de “Carles Riba” a la muerte de éste, en su honor.

1951. Se otorga un premio a la poesía en catalán con la misma cuantía económica que a la española. Posteriormente el premio se amplia a otras actividades culturales como “Teatro” y “Bellas Artes”.

1951. José Mª Cruzet funda Ediciones “Selecta” para obras escritas en catalán. En colaboración con Aymà concede el “Joanot Martorell” al insigne veterano de la pluma Josep Plà por su creación “El carrer estret”, una de las más bellas narraciones en catalán de nuestro tiempo.

1952. En la visita del Generalísimo Franco a Cataluña, en el mes de junio, se inaugura la cátedra “Milà i Fontanals” para el estudio científico de la lengua catalana.

1955. El poeta y escritor José Mª de Sagarra recibe la orden de Alfonso X el Sabio con ocasión de la publicación de su obra en catalán titulada “Memories”.

1956. Nace “Lletra d’Or”, sin recompensa económica y tiene como galardón una “F” de oro, distinguiéndose con él al mejor libro del año anterior escrito en catalán. El primero en recibir este galardón fue Salvador Espriu por “Final de Laberint”. 1959. Los premios barceloneses “Crítica” se incorporan a la producción en catalán.

1960. El Centro de Lecturas de Valls, inicia un curso de lengua y literatura catalana de carácter público.

1960. En Barcelona se crea el premio “Sant Jordi” para novela, dotado con 150.000 pesetas, cantidad análoga, intencionadamente, a la del “Nadal”.

1960. Con subvención del Gobierno se celebra el centenario del poeta Joan Maragall.

1965. El gran poeta y canónigo de la catedral tarraconense, don Miguel Melendres, edita su obra “L’esposa de l’anyell”, un poema en catalán de doce mil versos. Encuadernado en rica piel blanca, lo lleva el Arzobispo de Tarragona, doctor Arriba y Castro, al Papa Pablo VI, que recibe complacido esta singular muestra de la hermosa lengua catalana que le llega de España. 1965. El Ateneo Barcelonés monta un curso de Filología Catalana.

1965. A los Premios Nacionales de Literatura, se le añade el “Verdaguer” para producción en catalán.

1966. Barcelona rinde homenaje a su ilustre hijo Maragall, en el que intervienen Gregorio Marañón, Pere Roig, José Mª Pemán y Ruiz Jiménez. En los jardines que llevan el nombre del poeta, en Montjuic, se le eleva un busto.

1966. Radio Tarragona organiza a través de sus antenas unos cursos de catalán con profesores especializados.

1967. La Diputación de Lérida dota una cátedra de “Lengua catalana”.

1967. La Diputación de Barcelona acuerda dar cursos de catalán en todos los centros culturales dependientes de la corporación y acuerda fundar la cátedra de Lengua Catalana en la Facultad de Teología de Sant Cugat (Barcelona).

1968. Editorial Destino completa el “Nadal” con el nuevo “Josep Plà”, concedido a “Onades sobre una roca deserta” de Terenci Moix. En la selecta lista de los que lograron este galardón figuran lo más florido de la narrativa catalana: Baltasar Porcel, Teresa Pàmies, Cirici Pellicer, Marià Manén, Enric Jardí, Llorenç Villalonga, Jaume Miravilles y Jordi Sarsaneda

1968. En Gerona se otorga por primera vez el “Prudenci Bertrana”

1969. Nace el “Premi d’Honor a les Lletres Catalanes” con destino a la consagración de escritores noveles.

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo. El régimen franquista no persiguió la lengua catalana fuera de lo que fueron los años inmediatamente posteriores a la Guerra Civil. De hecho, era bastante frecuente encontrar libros en catalán en las librerías de Barcelona (yo de hecho tengo bastantes en mi casa, incluido un diccionario catalán castellano de 1965, aunque con las cosas que se oyen hoy en Cataluña, quizás es una ilusión óptica). Otra cosa es que la lengua catalana fuera obviada desde el punto de vista político.

No creo que las actuales políticas lingüísticas que padecemos actualmente den una gran imagen de normalidad multando a empresarios por no rotular en catalán que, no nos olvidemos, es una lengua minoritaria en bastantes zonas de Cataluña, incluida Barcelona.

Anónimo dijo...

Los defensores de la "terra" haciendo frente al dictador.
Pobres dementes nazionatas, esta foto es una prueba másde sus mentiras y pajas mentales.

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