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martes, 17 de abril de 2007
"Es usted un estúpido" por Nil de Soto
Nuevo artículo de Nil de Soto, azote del papanatismo titiritero y mediático,:
Es usted un estúpido
El otro día leí un artículo en el fanzín socialista buque insignia del imperio Z. La astucia y la desfachatez se daban la mano en un largo artículo firmado por su ex director, Antonio Franco, que disertaba sobre el final de la trayectoria musical de Lluís Llach, un tipo que en lo musical no me entusiasma, pero en lo político demuestra una sensatez encomiable.
Franco decía no entender cómo el gobierno anterior, quien no sea catalán o no haya vivido en Catalunya como mínimo tres años no podrá entender que ha significado para este pedazo del mundo el virreinato (1980-2003) de Jordi Pujol, sus ideas iluminadas, su germanofilia y sus dávidas repartidas ante algunos prófugos de la justicia- entendida esta condición no como reos de la justicia en su calidad de huidos, sino algo mucho peor: jamás enjuiciados, y en poquísimos casos, encausados- que ha convertido la cultura catalana, expresada de manera bilingüe, guste como no guste, en poco menos que un páramo, o sea; o te subvenciono o te ignoro. Para estar en la primera categoría había que ser dócil con el mandatario. Llach, Raimon han ido por libre y están en la segunda categoría. Quico Pi de la Serra es un francotirador…Maria del Mar Bonet vive en su mundo y el casi siempre prescindible de Serrat es simplemente sociata, pecado mayor para la cúpula convergente de ayer, hoy y mañana.
Franco, tirando de algo tan selectivo como es la memoria, jamás ha alimentado, que yo recuerde, un debate sobre la música popular en los muchos años que ha ejercido un meritorio contrapoder como director de El Periódico de Catalunya, de casi dos decenios, es decir, Pujol y él han compartido muchas cosas, entre ellas, ansias de poder y sus inevitables contradicciones. A Franco le debería caer la cara de vergüenza en la manera en cómo apoyó aquel aquelarre, por llamarlo de alguna manera, de concierto en el Palau Sant Jordi de 1991 de cuatro grupos catalanes. Soy incapaz de escribir sus nombres ya que me produce urticaria, de ¿pop-rock? en catalán, verdadera basura mediática de ayer, hoy y mañana. No recuerdo como ciudadano de este país tamaño despropósito, con TV3 a la cabeza, en el que quedó claro cómo se manipula a la población, cómo se subyuga una industria casi inexistente, la del disco y el management, y se estigmatiza a una población que si no era devota de aquella barbaridad no era catalana o poco menos. Yo soy catalán y escribo en el idioma que me apetece. A lo mejor se pretende que escuchemos a James Brown, The Ramones o Tito Puente en catalán o en correctísimo castillian spanish…
La soberbia del ignorante
Esa falta de memoria, que un castizo, a pie de calle, resumiría de manera espléndida con un ¡valiente estupidez! Y de estúpido cabe tratar a Pau Donés en sus declaraciones a La Vanguardia en su edición del domingo 9 de abril de 2007.
A la pregunta de “usted califica de orgánico este disco- Adelantado, el sexto de Jarabe de Palo, la cursiva es mía- ¿A qué se refiere? Y Donés responde:
- “Orgánico como sinónimo de humano, en un mundo totalmente deshumanizado; una especie de antídoto. En el caso de la industria musical, y a consecuencia de la piratería, que no es más que un robo, desde hace unos años se pone más énfasis en artistas mediáticos que en los artistas en sí mismos y su música”.
Ahí queda eso. La puta Operación Triunfo es reunión de artistas. A lo que se ve la sordera no es coto de políticos y público, los músicos ya se confunden a la hora de buscar etiquetas.
Hagamos un poco de memoria. Mientras pasaba lo que pasaba a primeros de los 90 con el pop-rock en catalán, que no es lo mismo que el pop-rock catalán -un matiz, una simple preposición de más puede significar un mundo de mierda, y la mierda dificilmente es sinónimo de libertad-, Donés se rebozaba en lugares cutres, en garitos infumables defendiendo sus canciones hasta que con tesón y evidente frescura se sacó de la manga La Flaca, canción de la que me reconozco fan. Regalada primero, o sea comprada; y años más tarde bajada de la red y regalada como minimust en cualquier resumen del pop en castellano de los 90 a ambos lados del Atlántico. Donés no es un poeta, además en aquel disco había canciones mejores, pero la que ha quedado es ésta y el videoclip, subgénero de ver pasar la vida en un tejado, también tiene su miga, pero cae simpático. O caía.
Donés, a quien no le llovió café, pero sí muchos billetes; no tiene azúcar, pero Celia Cruz cantó con él; no tiene blues, pero ha contado con la guitarra de Jordi Mena, no ha sido capaz de escribir gemas tan latinas y universales como “Corazón Partío” o “En un Mercedes blanco”. Vamos que no es Aleck Synteck, Antonio Vega, Martirio, Flaco Jiménez, Robi Rosa, Kike Santander, Aterciopelados o El Tri, ni tampoco tiene el palmito de Paulina Rubio o la candidez de Julieta Venegas, pero se le agradece que no sea un neocon, bueno un reaccionario de tomo y lomo como Juanes. Pero ello no quita que no sea un imbécil o eso parece. Y eso es grave. Entre otras cosas porque el mismo equipo que ensalzó aquel bodrio de 1991, nuevamente con TV3 a la cabeza, le dedicó un Sant Jordi, años después. Vendía discos por un tubo y era el más enrollao de la clase. Ahora, el pessebre era en castellano. Do you remember Donés? Años después, vino el lío de presentarse con camisa en “El séptimo de caballería” de Miguel Papito Bosé.
Y es un desagradecido por tachar a sus seguidores de ladrones. Una pregunta simple: ¿cuánto cuesta un cedé suyo en las tiendas? ¿Cuántas semanas pasan en ver sus discos devaluados a un tercio de su costo inicial a los pocos meses? Para aquellos que son padres y tienen hijos adolescentes es una verdadera sangría económica pues los más jóvenes no entienden de espera. Los precios de los discos no se rigen por criterios estables y el vaivén es constante o acaso ¿no es una bofetada para el consumidor de bienes de ocio ver cómo su dinero se devalúa a la misma rapidez que un disco de moda que no ha respondido a las expectativas creadas?
Donés ya queda lejos de recintos masivos, está de nuevo en el circuito de clubs y locales de mediano aforo, la red difícilmente le permitirá salir. Y es un imbécil por catalogarse de artista. Los arriba citados, tal vez con la excepción puntual de Martirio y Flaco Jiménez, no se les puede catalogar así, y venden tanto o más, pues parece que eso sea lo único importante. Las mexicanas: una vende sexo barato, cosa que por otra parte está muy bien; y la otra, no consigue superar ese tufo naïf de desconsolada fronteriza con acordeón a bordo. Julieta, ¡por favor! no se haga más fotos en ropa interior si debajo no hay algo suculento que incite al apareamiento. No con usted, of course. Tome note del mal gusto, pero agradecido, qué caramba, y el sudor frío que evoca su compatriota. Pues cantar, lo que se dice cantar, ninguna de ustedes canta un pijo.
Volviendo al robo del que hace sangre Donés, si el coste de un cedé para el consumidor final es cercano a los 20 euros por un arte insistente, pero inexistente, no cabe sorprenderse que cualquier chaval despejado de mente y sus progenitores reaccionen de manera pública arrasando las estanterías de las tiendas de informática comprando los cachivaches que permiten disponer de música a la carta. El precio es alto en un apartado inicial y a la salud se quebranta por las largas sesiones delante del ordenador y el acopio de horas robadas al sueño para dar con aquella canción olvidada que no suene a fritanga. Y la dicha, finalmente, enorme. En los años que llevo consultado la red jamás he vendido un disco a la carta hecho por mi y nunca ningún amigo o conocido ha hecho algo semejante conmigo. Más bien al contrario, hemos acabado en muchos casos en la tienda por aquello de los créditos, de volver a tener el disco perdido en otra relación, en otra ciudad o simplemente porque el gusanillo de conocer aquellos coros, aquellos instrumentistas, aquellas estudios de grabación que un disco nos ha hecho próximos. La ilusión, en definitiva es un placer ignoto para los imbéciles.
A la pregunta: ¿No le gustaría romper algún día con su imagen de buenismo, de buen rollo?, Donés declara:
“Es muy sencillo: si no te gusta mi rollo, no me escuches, ni me compres, ni me veas, ni me leas. No pretendo gustar a todo el mundo como a mí no me gusta a todo el mundo”.
Nil De Soto
PS: Artista. En su tercera acepción el Drae indica: “ persona dotada de la virtud y disposición necesarias para alguna de las bellas artes”. En la cuarta acepción señala: “persona que actúa profesionalmente en un espectáculo teatral, cinematográfico, circense, etc., interpretado ante el público.”.
Aquí podríamos hablar de la perversión del idioma, pues el 90% de los autodenominados artistas están la cuarta acepción. Una vez, un músico de clásica dijo: “el arte es la capacidad de emocionar”. Esta definición está más cerca de la tercera definición que no de la cuarta, aunque ello no fuera óbice para que el músico elogiado en una fría noche danesa cobrase una pasta gansa.
Estúpido. En su primera acepción el Drae habla de: “necio, falto de inteligencia”.
Estupidez. En su primera acepción el Drae indica: “torpeza notable en comprender las cosas”.
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2 comentarios:
Felicidades por el artículo.
Paul Tabori sobre estupidez:
Algunos nacen estúpidos, otros alcanzan el estado de estupidez, y hay individuos a quienes la estupidez se les adhiere. Pero la mayoría son estúpidos no por influencia de sus antepasados o de sus contemporáneos. Es el resultado de un duro esfuerzo personal. Hacen el papel del tonto. En realidad, algunos sobresalen y hacen el tonto cabal y perfecto. Naturalmente, son los últimos en saberlo, y uno se resiste a ponerlos sobre aviso, pues la ignorancia de la estupidez equivale a la bienaventuranza.
La estupidez, que reviste formas tan variadas como el orgullo, la vanidad, la credulidad, el temor y el prejuicio.
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