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sábado, 6 de enero de 2007

¿Saben algo de los Reyes?


En este día de Reyes, quisiera preguntar si alguien ha visto recientemente a la familia real, en particular al jefe del estado, un tal Borbón y Borbón, y al príncipe heredero, un señor muy alto… ya saben, dos personas que ostentan la representación del país en las circunstancias más señaladas.

Durante estos casi tres años de infame negociación y rendición del gobierno ante los criminales de Eta, el Partido Popular ha estado políticamente muy solo. Aunque arropado por diez millones de votos y, probablemente, con el apoyo de muchos votantes del Psoe, Rajoy se ha visto aislado en las Cortes, ha tenido que denunciar la cobarde y cómplice contextualización política en la que ha incurrido el poder judicial, y ha sido la Casandra del país, prediciendo el final inevitable de una lúgubre mascarada.

Al mismo tiempo, en la calle, con mayor claridad y con menos complejos que el responsable popular, millones de personas, gracias a la movilización ciudadana de las víctimas del terrorismo, se han hecho oir, con dignidad, denunciando el atropello a la libertad y el desprecio a la verdad del gobierno más repugnante de nuestra democracia.

Frente a estas reacciones de disidencia, lo que resultaba incomprensible ahora se vuelve insoportable: el silencio y la ausencia del jefe del estado y del heredero. ¿Dónde estaban el 30 D? ¿Han visitado a las familias de las víctimas? ¿Se han dirigido a la Nación? ¿Me he perdido algo?

Borbón Sr y Borbón Jr deberán responder por sus actos, o precisamente por lo contrario, por su dejadez de función, por su dimisión de facto, por su insignificancia.
Desde la defensa de la Constitución, que no les pertenece pero a la que se deben someter ellos más que nadie, es decir desde el pacto democrático que tanto ha costado en un proceso de transición basado en la reconciliación a través de la palabra, del diálogo y de la ley, es intolerable la invisibilidad de quienes son por función la encarnación protocolaria del estado de derecho y de la Nación Española, es decir de todos nosotros.

Que un presidente indigno haya seguido con sus vacaciones mientras los cadáveres de los Sres. Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio estaban bajo los escombros sólo refleja y confirma la catadura moral de un gobierno desacreditado desde antes de llegar al poder, en aquella noche de asalto y quema contra las sedes del Pp, que no era sino un asalto ilegítimo contra la democracia.
Pero que el rey, o el príncipe, o por lo menos alguien de la familia real, una infanta siquiera, no hayan considerado imprescindible, necesario u oportuno acercarse a los parientes de las víctimas y consolarlos, identificándose así, conforme a su vocación y razón de ser institucional, con el sentimiento de la inmensa mayoría de los españoles, tristes, solidarios y doloridos, es la última piedra arrojada desde Zarzuela contra el tejado de nuestra casa común.

Viene precedida de tantos silencios que no debería sorprendernos. Pero no me resigno y frente a la indiferencia de los ilustres turistas de Doña Ana, Baqueira o Milán, les digo a los familiares de Carlos y de Diego que muchos españoles sí compartimos su dolor y su sufrimiento.


Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿qué reyes?, ¿los magos o los vagos?

Anónimo dijo...

No, si yo le he visto hoy, iba vestido de uniforme y todo, y sin ninguna pierna rota de tanto esquiar...
Hasta creo que ha dicho que el terrorismo era muuuuy malo, o algo así.
¡O sea que el rey existe!

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