Los hay verbales. Se refirió el presidente Rodríguez, ayer, a los asesinatos de Eta como a “trágicos accidentes mortales” No debería sorprendernos por parte de quien considera al pistolero Otegi “hombre de paz”, o de quien comparó, hace escasas semanas, a las víctimas del terrorismo internacional con las de los desastres ecológicos. Pensándolo bien, quizás la palabra “accidente” no sea la más adecuada.
Como tampoco lo es para la rotura de cuello que ha sufrido el tirano Sadam Husein esta noche, ejecutado como los miserables nazis en los juicios de Nuremberg. Frente a ciertas oenegés y demás aleccionadores morales de occidente, que suplicaban en estos días para que no se aplicase la sentencia de la justicia iraquí contra el genocida, me uno a la voz de un intachable defensor de los derechos humanos, el filósofo André Glücksmann: más allá de lo que pueda pensar acerca de la pena de muerte, expreso junto a él que no me siento con el derecho a perdonar a semejante asesino. En cualquier caso, sólo lo podrían hacer las víctimas supervivientes de sus masacres o los familiares del millón de muertos que se le atribuyen, entre ellos una inmensa mayoría de civiles, mujeres y niños.
Felizmente, entre tanta traición y violencia, 2006 nos ha dejado alguna satisfacción. Por ejemplo, el nacimiento de Ciudadanos, un partido de nuevo cuño, diferente, creado por y para la gente, que no deberá defraudarnos en su lucha por la libertad, contra la corrupción y los nepotismos a los que nos tienen acostumbrados los demás partidos de la Casa Nostra y del resto de España. Además de los esfuerzos desinteresados de varios voluntarios, tres mil afiliados en sólo unos meses de existencia, entre ellos bastantes jubilados, algunos desempleados y muchos, muchos jóvenes con sueldos modestos, apoyan económicamente con sus cuotas este nuevo instrumento de rebelión ciudadana contra las injusticias y la arbitrariedad. Esperemos que no haya ningún “accidente” y que todo el mundo esté a la altura de sus responsabilidades. Nos lo merecemos.
Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales
Como tampoco lo es para la rotura de cuello que ha sufrido el tirano Sadam Husein esta noche, ejecutado como los miserables nazis en los juicios de Nuremberg. Frente a ciertas oenegés y demás aleccionadores morales de occidente, que suplicaban en estos días para que no se aplicase la sentencia de la justicia iraquí contra el genocida, me uno a la voz de un intachable defensor de los derechos humanos, el filósofo André Glücksmann: más allá de lo que pueda pensar acerca de la pena de muerte, expreso junto a él que no me siento con el derecho a perdonar a semejante asesino. En cualquier caso, sólo lo podrían hacer las víctimas supervivientes de sus masacres o los familiares del millón de muertos que se le atribuyen, entre ellos una inmensa mayoría de civiles, mujeres y niños.
Felizmente, entre tanta traición y violencia, 2006 nos ha dejado alguna satisfacción. Por ejemplo, el nacimiento de Ciudadanos, un partido de nuevo cuño, diferente, creado por y para la gente, que no deberá defraudarnos en su lucha por la libertad, contra la corrupción y los nepotismos a los que nos tienen acostumbrados los demás partidos de la Casa Nostra y del resto de España. Además de los esfuerzos desinteresados de varios voluntarios, tres mil afiliados en sólo unos meses de existencia, entre ellos bastantes jubilados, algunos desempleados y muchos, muchos jóvenes con sueldos modestos, apoyan económicamente con sus cuotas este nuevo instrumento de rebelión ciudadana contra las injusticias y la arbitrariedad. Esperemos que no haya ningún “accidente” y que todo el mundo esté a la altura de sus responsabilidades. Nos lo merecemos.
Dante Pombo de Alvear, Reflexiones liberales
1 comentario:
Increíble... Acabo de escuchar en tve: "Husain muerto, no se le podrá juzgar por los asesinatos de miles de kurdos, con armas entregadas por los Estados Unidos". Se le olvidó decir a la mercenaria seudoperiodista de pepiño el iletrado que quien más armas le vendía a Husain entonces era el gobierno socialista francés, seguido de cerca por el gobierno de Felipe González.
¿Sigue Cebrián de director de los telediarios, como en tiempos del franquismo?
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