Cuando se escuchan las explicaciones que se ofrecen de la
evolución de la economía española desde los aledaños del Gobierno, lo primero
que llama la atención es los esfuerzos que se toman por adornar la decadencia
de nuestra estructura económica, laboral, social y política. Los responsables
del Ministerio de Economía español viven entre el delirio y la disquisición,
pero están absolutamente seguros de que la economía española está mejorando.
Por supuesto, el papel lo resiste todo, y unos medios de comunicación sometidos
repiten como loros la intoxicación en la que se cultiva en el despropósito a este
aturdido y sonado pueblo, después de haberse peleado contra el destino con dos
puños volviéndose contra él: primero el de Zapatero (PSOE) y ahora el de Rajoy
(PP).
Zapatero quedará inmortalizado para siempre cuando engañó a
los españoles negando la existencia de una crisis económica para triunfar en
unas elecciones; sin embargo es curioso que todavía ande promoviendo su libro
por los sanedrines y no esté en la cárcel, como máximo responsable de lo que
nos está ocurriendo. Lugar al que debería acompañarle Mariano Rajoy, por haber
engañado a los españoles, plasmático icono de la estupidez, al haber decidido
continuar con las políticas socialdemócratas de su predecesor, haciendo pagar a
los españoles por la crisis que había creado la patulea descamisada del PSOE,
IU, UGT y CCOO.
De Mariano Rajoy se esperaba algo más de inteligencia cuando se
pasó ocho años sin hacer absolutamente nada en la oposición, para evitar la
catástrofe en la que nos encontramos; algunos pensamos que había reflexionado
sobre lo que acontecía y que ya tenía un plan para que saliéramos de la crisis
que nunca existió para Zapatero cuando llegó al Gobierno, pero desgraciadamente no ha sido así,
improvisación tras improvisación estamos peor que estábamos.
Estamos peor que estábamos, porque tras dos años de Gobierno
del PP, todavía no sabemos quiénes han sido los autores intelectuales de la
crisis, aunque sabemos que autores materiales hay muchos dispersos por partidos
políticos y sindicatos, con muchos miles de millones de euros desaparecidos. Todavía hay más confusión, pues si pensábamos que la
crisis se debía al despilfarro de tierra quemada que cometió el PSOE para
seguir ganando elecciones aunque fuera endeudando este país para siempre,
ahora, cuando Rajoy ha acelerado nuestra velocidad de endeudamiento para dejar
todo como está, es decir, hecho una mierda, nos damos cuenta de que endeudar un
país es la única cosa que se les ocurre a los mequetrefes para salir de una
crisis que nunca existió.
Por no decir nada de la reducción del déficit
público, que si en el años 2012, con el 10,6 %, fue el mayor de Europa, y que
en realidad hubiera sido de un 6,9 % si Mariano Rajoy no hubiera decidido
empufarnos en un 3,7 % más para tapar el desfalco de las Cajas de Ahorros
cometido por los partidos políticos y sindicatos; pero poco hemos avanzado, pues
este año el déficit público se estima que será del 6,8 %, una décima de
reducción en todo un año subiendo más de un 20 % los impuestos y habiendo
reducido en un 20 % el poder adquisitivo de los españoles. Es decir, un 40 % de
pérdida de poder adquisitivo total. Las pensiones se han congelado, es posible
que lleguen a subir 10 euros en el año, el 0,25 %, si las cosas salen bien. Y tenemos 50 impuestos más que cuando estaba Zapateero gobernando.
Sin embargo, debemos ser optimistas porque aunque la
actividad económica se ha reducido en un 7,5 % y se han perdido 3,7 millones de
empleos, que tardaremos décadas en volver a recuperar, elevándose los parados
hasta los 6 millones y reduciéndose la actividad económica hasta los 16,2
millones, la economía está repuntando, según los charlatanes de turno del
Ministerio de Economía. Y el paro seguro que disminuye, cuando emigren un par de millones de españoles para poder comer, a otros países, y entonces dirán que la política de reducción del paro del PP ha sido un éxito.
Se muestran eufóricos porque si con algo ha podido este
Gobierno ha sido con la lucha contra la recesión y la deflación que viene
pisando fuerte, el PIB ha crecido un 0,1 % en el tercer trimestre de 2013 y el
IPC ha subido hasta el 0,2 en noviembre, fundamentalmente porque se esquilma
aún más a los españoles con impuestos, fundamentalmente en el sector de
carburantes y energía, que no se han reducido como debieran a precio de mercado, subiendo aún más la carga impositiva que soportábamos hace un año.
Se sienten orgullosos en el Ministerio de Economía, porque el
paciente en coma de la economía española ha movido un dedo durante un segundo y
eso indica que hay posibilidades de que regrese a la vida normal y además un
signo evidente de que no está muerto, y como todo el mundo sabe mientras hay
vida hay esperanza, aunque siga con respirador artificial, alimentación
parenteral y cuidados intensivos en la UCI de todos los despropósitos cometidos
por la casta política española contra él.
Sin duda, el pueblo español sigue en coma, a pesar de la movilidad digital, pero creo que nunca
volverán a ser igual las cosas para la casta política e institucional que lo
llevó a tal estado, porque si recobra la vida que le han hurtado por el
accidente electoral que lo atropelló con Zapatero y lo remató con Rajoy, no creo que vuelva a
exponerse nunca más a que los criminales que lo inmolaron para salvar sus
culos, puedan volver a hacerlo. Una cosa es que los españoles hayamos llegado
al coma por la paliza a que nos han sometido los de la casta, pero otra muy
diferente es que porque ahora nos saquen de él hechos una mierda, les
agradezcamos que nos hayan salvado, cuando ellos han sido precisamente los que
nos dejaron en tal estado.
Pero en este mundo al revés en el que vivimos en España,
donde se hacen homenajes a los asesinos y se oculta bajo un burka de indignidad
a sus víctimas, imponiéndoles una mordaza de buenos sentimientos solidarios,
todo puede ser posible.
El dilema de Zapatero y el problema de Rajoy son envés y
revés de la misma moneda de Judas, crucificando el destino de los españoles en
el aspa de la pobreza y la miseria que nos espera durante las próximas décadas,
en la que algunos ya han perdido todo y sólo les queda la vida para
entregársela a la esclavitud a que quiere someterlos la casta, porque para poder seguir
viviendo en sus privilegios inmutables y aristocráticos, tienen la pretensión de que buena parte de los españoles se conviertan en "intocables".
No está mal el invento, lo que dudo mucho es que les dure.
No está mal el invento, lo que dudo mucho es que les dure.
Enrique Suárez