En España, está a punto de romperse -si no se ha roto ya- el canal de comunicación entre los ciudadanos y sus representantes políticos. La representación política adscrita a los partidos políticos, se ha convertido en una nueva forma de tiranía, que aprovecha el formalismo democrático para imponer su opresión y sustentar su privilegio.
Los ciudadanos de este país, hemos visto reducida nuestra soberanía a la elección entre las alternativas que nos ofrecen los partidos políticos, o la expresión de nuestro desacuerdo en votos de protesta -en blanco, nulos-, o la abstención.
El sistema democrático se ha convertido, en una solemne representación teatral, en manos de los usurpadores políticos, que solicita periódicamente la presencia de los ciudadanos para ratificase legítimamente. En estas condiciones, nos dirigimos discretamente hacia grandes campañas que promoverán la abstención política, la no participación en este juego de ventaja para una minoría y depredación para la inmensa mayoría.
Los partidos políticos están en vías de extinción en el mundo occidental. El nivel cultural de los ciudadanos, las nuevas tecnologías, la información comunidad por internet, a las que se añade la colección de despropósitos institucionales, desde los bien conocidos del Gobierno de la nación (y la oposición), hasta los favoritismos del municipio más remoto, no permiten su existencia, su supervivencia.
Por mucho que se empeñen los medios de comunicación -siempre subvencionados- en trasladarnos el altruismo público de los políticos, los medios alternativos nos informan cada día de su despilfarro, sus abusos de poder, y su mezquindad, que prevalecen sobre la ingenuidad, cuando vemos como cada día tenemos que trabajar más -si acaso tenemos trabajo- para tener menos poder adquisitivo, más inseguridad económica y social, más desigualdades oprobiosas -en comparación por los designados-, y menos libertad.
El poder, exclusivamente en manos de los políticos, se ha convertido en una herramienta de opresión contra los ciudadanos, al tiempo que una fuente de privilegios para los actores de la obra, una forma "legal" de establecer negocios con la cosa pública a espaldas de los ciudadanos. La desconfianza de los contribuyentes es generalizada.
Es cierto que España no es el único país occidental en el que estas cosas ocurren, porque en otros como Italia, con los movimientos de manos limpias o el movimiento ciudadano de Beppe Grillo, hace tiempo que están en pie de guerra, también en Francia, donde un político centrista, Bayrou, ha convertido su partido la UDF en un movimiento democrático, el MoDem, en el que la pertenencia al partido no supone más que una voluntad mayor de cooperación, con respecto a cualquier ciudadano. En España han surgido en los últimos tiempos algunas formaciones políticas, que poco tienen que ver con estas alternativas europeas, fundamentalmente porque no respetan la democracia en sus seno, como Ciutadans y UPyD, que más que alternativas a lo existente, son alevines del más de lo mismo.
Sin embargo, ayer domingo se manifestó en Madrid un movimiento ciudadano sin otra adscripción política que la protesta contra el mal uso del dinero público por parte de los políticos. Su lema era singular: "Con mi dinero, no". Y dos mil personas acudieron a su convocatoria en la Plaza Colón de Madrid, dos mil ciudadanos hartos de ver como los políticos les chulean el bienestar a que tienen derecho constitucional, por sus decisiones políticas arbitrarias, que al fin son inversiones en su manipulación de la realidad para vendernos la luna por parcelas, mientras se van quedando con la tierra en la que vivimos.
Les dejo el discurso que Enrique de Diego pronunció en ese acto, él es uno de los líderes del movimiento ciudadano denominado como Plataforma de las clases medias. Desde Ciudadanos en la Red apoyamos esta plataforma en su día y lo seguiremos haciendo. Hay una cosa en la que estamos muy de acuerdo con esta alternativa, en ella no hay representantes, cada ciudadano se representa a sí mismo, es por tanto, un movimiento horizontal, al contrario de lo que ocurre en los partidos políticos -los viejos como el PSOE o el PP o los nuevos como Ciutadans y UPyD-, en los que la jerarquía de poder establecida de forma vertical, exigen que los ciudadanos renuncien al ejercicio de su soberania, su libertad y sus derechos, en función de que los dirigentes -ungidos por no se sabe que dioses- son los únicos con capacidad de decisión. Los partidos políticos en España son el último residuo del franquismo, y mientras no sean erradicados, seguiremos viviendo en la herencia de una dictadura, para nada se puede llamar a esto democracia.
Los ciudadanos españoles somos libres e iguales, es decir, transversales, no tenemos vasallaje con nadie, ni nos debemos a ninguna bandera que no sea la española, ni a ninguna normativa que no sea exclusivamente la contenida en nuestra Constitución de 1978. Por supuesto, la lengua en la que nos expresamos es nuestro idioma, hablado por casi 500 millones de personas en el mundo, y estamos hartos, pero que muy hartos, de que nos tomen el pelo, de que consideren que somos ganado, de que no nos respeten, y de que actúen como si no existiéramos.
Las cosas van a cambiar pronto en España, como ha ocurrido recientemente en Estados Unidos, porque "negros" en este país es lo que sobra, y va siendo hora de que uno de esos "negros" -un contribuyente amordazado y secuestrado en su voluntad, sometido al paternalismo de los políticos- ocupe por primera vez la Presidencia del Gobierno.
Hay que erradicar de una vez la tiranía de los "amos blancos" de la casta política, que nos dicen lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que pagar, y como tenemos que vivir, y a los que cada cuatro años debemos de ratificar en las urnas para que sigan haciendo lo mismo.
Biante de Priena
Los ciudadanos de este país, hemos visto reducida nuestra soberanía a la elección entre las alternativas que nos ofrecen los partidos políticos, o la expresión de nuestro desacuerdo en votos de protesta -en blanco, nulos-, o la abstención.
El sistema democrático se ha convertido, en una solemne representación teatral, en manos de los usurpadores políticos, que solicita periódicamente la presencia de los ciudadanos para ratificase legítimamente. En estas condiciones, nos dirigimos discretamente hacia grandes campañas que promoverán la abstención política, la no participación en este juego de ventaja para una minoría y depredación para la inmensa mayoría.
Los partidos políticos están en vías de extinción en el mundo occidental. El nivel cultural de los ciudadanos, las nuevas tecnologías, la información comunidad por internet, a las que se añade la colección de despropósitos institucionales, desde los bien conocidos del Gobierno de la nación (y la oposición), hasta los favoritismos del municipio más remoto, no permiten su existencia, su supervivencia.
Por mucho que se empeñen los medios de comunicación -siempre subvencionados- en trasladarnos el altruismo público de los políticos, los medios alternativos nos informan cada día de su despilfarro, sus abusos de poder, y su mezquindad, que prevalecen sobre la ingenuidad, cuando vemos como cada día tenemos que trabajar más -si acaso tenemos trabajo- para tener menos poder adquisitivo, más inseguridad económica y social, más desigualdades oprobiosas -en comparación por los designados-, y menos libertad.
El poder, exclusivamente en manos de los políticos, se ha convertido en una herramienta de opresión contra los ciudadanos, al tiempo que una fuente de privilegios para los actores de la obra, una forma "legal" de establecer negocios con la cosa pública a espaldas de los ciudadanos. La desconfianza de los contribuyentes es generalizada.
Es cierto que España no es el único país occidental en el que estas cosas ocurren, porque en otros como Italia, con los movimientos de manos limpias o el movimiento ciudadano de Beppe Grillo, hace tiempo que están en pie de guerra, también en Francia, donde un político centrista, Bayrou, ha convertido su partido la UDF en un movimiento democrático, el MoDem, en el que la pertenencia al partido no supone más que una voluntad mayor de cooperación, con respecto a cualquier ciudadano. En España han surgido en los últimos tiempos algunas formaciones políticas, que poco tienen que ver con estas alternativas europeas, fundamentalmente porque no respetan la democracia en sus seno, como Ciutadans y UPyD, que más que alternativas a lo existente, son alevines del más de lo mismo.
Sin embargo, ayer domingo se manifestó en Madrid un movimiento ciudadano sin otra adscripción política que la protesta contra el mal uso del dinero público por parte de los políticos. Su lema era singular: "Con mi dinero, no". Y dos mil personas acudieron a su convocatoria en la Plaza Colón de Madrid, dos mil ciudadanos hartos de ver como los políticos les chulean el bienestar a que tienen derecho constitucional, por sus decisiones políticas arbitrarias, que al fin son inversiones en su manipulación de la realidad para vendernos la luna por parcelas, mientras se van quedando con la tierra en la que vivimos.
Les dejo el discurso que Enrique de Diego pronunció en ese acto, él es uno de los líderes del movimiento ciudadano denominado como Plataforma de las clases medias. Desde Ciudadanos en la Red apoyamos esta plataforma en su día y lo seguiremos haciendo. Hay una cosa en la que estamos muy de acuerdo con esta alternativa, en ella no hay representantes, cada ciudadano se representa a sí mismo, es por tanto, un movimiento horizontal, al contrario de lo que ocurre en los partidos políticos -los viejos como el PSOE o el PP o los nuevos como Ciutadans y UPyD-, en los que la jerarquía de poder establecida de forma vertical, exigen que los ciudadanos renuncien al ejercicio de su soberania, su libertad y sus derechos, en función de que los dirigentes -ungidos por no se sabe que dioses- son los únicos con capacidad de decisión. Los partidos políticos en España son el último residuo del franquismo, y mientras no sean erradicados, seguiremos viviendo en la herencia de una dictadura, para nada se puede llamar a esto democracia.
Los ciudadanos españoles somos libres e iguales, es decir, transversales, no tenemos vasallaje con nadie, ni nos debemos a ninguna bandera que no sea la española, ni a ninguna normativa que no sea exclusivamente la contenida en nuestra Constitución de 1978. Por supuesto, la lengua en la que nos expresamos es nuestro idioma, hablado por casi 500 millones de personas en el mundo, y estamos hartos, pero que muy hartos, de que nos tomen el pelo, de que consideren que somos ganado, de que no nos respeten, y de que actúen como si no existiéramos.
Las cosas van a cambiar pronto en España, como ha ocurrido recientemente en Estados Unidos, porque "negros" en este país es lo que sobra, y va siendo hora de que uno de esos "negros" -un contribuyente amordazado y secuestrado en su voluntad, sometido al paternalismo de los políticos- ocupe por primera vez la Presidencia del Gobierno.
Hay que erradicar de una vez la tiranía de los "amos blancos" de la casta política, que nos dicen lo que tenemos que hacer, lo que tenemos que pagar, y como tenemos que vivir, y a los que cada cuatro años debemos de ratificar en las urnas para que sigan haciendo lo mismo.
Biante de Priena
11 comentarios:
Acabo de leer el discurso, está bien es una critica a los políticos. Llama la atención el final, la despedida nombra a la Virgen y a Dios, como protectores.
Me ha decepcionado la religión ha de ser en casa o en la iglesia.
Anónimo, hay algo que me llama la atención desde hace tiempo, y es que sobre las creencias religiosas hay un sector progre que se echa las manos a la cabeza, pero ante otro tipo de creencias nadie dice nada.
Digo yo que que más dará encomendarse a los dioses que a los sindicatos, que lo mismo sirven unas creencias que otras en la realidad, o a los partidos políticos, y estamos de partidos -siempre los mismos- hasta las cejas en los mensajes de los medios de comunicación, y a todo el mundo le parece normal, que la información en España sea política o de fútbol.
No se yo, no se yo. Tanto laicismo religioso, para luego aceptar que los únicos motivos para creer están en el PSOE o en el PP, que igual da, no me parece muy agnóstico que digamos.
O lo de los partidos y los sindicatos es "por obligación democrática" y pensamiento polítiamente correcto.
Abjuro de los sindicatos y los partidos políticos, porque no son democráticos, no quiero que me adoctrinen con ellos, no quiero volver a ver un cartel de la UGT y CCOO en mi centro de trabajo, no quiero volver a ver a Zapatero en la televisión, ni oirlo en las emisoras de radio, ni leer sus chorradas en los periódicos.
Crees que me harán caso, anónimo, o que el problema español más importante son los crucifijos en las escuelas y la placa a sor Maravillas?
Saludos Liberales (de un no creyente, pero tampoco idiota)
Erasmo
Nadie está legitimado por las urnas porque ni unos ni otros hacen lo que declamaron para pedir su voto y hacen lo que no dijeron, añadiendo los miserables porcentajes de aceptación pública de esas constituncitas llamadas estatutos, ni en la ILEGAL entrega del Poder del Estado a los poderitos caciqueños o del invisible uso que hacen estos ANTIESPAÑOLES de la Constitución Patria.
Hay que insistir porque es la verdad, los españoles estamos en GUERRA DEFENSIVA contra nuestros políticos, todas las demás conversaciones son material de distracción mientras el enemigo bruñe sus cañones. Hay que iniciar una campaña para dejar de alimentar a este régimen caduco y peligroso.
CON MI DINERO NO
Perforarle el cerebro a los niños y embutirles una lengua casi inventada, para enseñarle Atornillamiento para la Burrología pero Progre si que se puede hacer en público, ni en casa ni en el nido de los Masones monclovinos, porque eso no es religión conocida sino satanismo criminal de izquierdas bien visto por la derecha. Olé la vista de los ateos como Dios manda y lo religiosamente impuesto por los políticos.
"no quiero que me adoctrinen con ellos, no quiero volver a ver un cartel de la UGT y CCOO en mi centro de trabajo, no quiero volver a ver a Zapatero en la televisión"
Mientras votemos a UGT y a CCOO, verás carteles en tu centro de trabajo. Y si te jode, pues monta algo mejor. No creo que seas capaz. Mientras voten a ZP, verás a ZP en televisión. Consigue que otro gane las elecciones. No creo que seas capaz.
Si te escandaliza, puededes obedecer a tu dios, y arrancarte los ojos.
obedecer y callar jojojojo
CON MI DINERO NO
Pásalo
Los grajos ven una zanahoria y le meten el pico pero siempre se quedan sin dientes. Es una especie en vías de extinción. La mayor consulta SOBERANA celebrada en España, fundacional y acordada por todos los Españoles no les vale para nada pero llevan años "legitimando" elecciones y fabricando "leyes" para justificar que unos ladrones de derechos, de vidas, de Nación, de impuestos, llevan "razón".
¿Como era...? Ah, pa meá y no echá gota. Y quieren ganar...huf, cuanta fantasía.
Babeuf,
a mí me da igual lo del crucifijo, como verá, me he declarado no creyente, pero me molestan las imposiciones y mucho más los adoctrinamientos.
Verá usted, que haya un crucifijo en una escuela no es algo extraordinario, sin embargo que en la escuela se dé una asignatura como Educación para la ciudadanía, me parece una aberración, por dos razones.
La primera, que la Educación para la Ciudadanía parte de la creencia de que la democracia formal en la que vivimos es perfecta, y que los políticos que nos representan, son magníficos, y que las leyes que tenemos, son respetadas por todos...y verá, todo eso es mentira, no sé si más o menos que la divinidad de Jesucristo, por lo tanto no sé por qué los niños NO PUEDEN ESTAR SOMETIDOS A UNAS MENTIRAS y SÍ A OTRAS.
Lo segundo es porque una Educación para la Ciudadanía que define la ciudadanía exclusivamente desde al izquierda política, con el apoyo exclusivo de los intelectuales de izquierda, no es más que un adoctrinamiento sesgado, en el que se acabará diciendo que Franco tenía cuernos y rabo, y Zapatero era la imagen celestial de la bondad.
Como que no, la democracia no me obliga a COMULGAR CON SUS SIMBOLOS, como tampoco tienen los sindicatos derecho a hacerse propaganda en los centros de trabajo, ni los partidos políticos a bombardear los medios de comunicación -que subvencionan- con su prominencia
En términos reales eso forma más parte de una tiranía que de una democracia. Que no se puede sustituir un crucifijo por unas cejas, ni considerar que sólo existe violencia de género, mientras las Medeas inyectan alcohól a sus hijos para deshacerse de ellos, y se da como noticia aislada, para no interrumpir la cruzada de género, tan rentable para tantas "compañeras".
Ande, vaya a adoctrinar a donde pueda y le dejen, que aquí ya estamos de regreso de los motivos para creer... en el pleno empleo...con una mirada positiva...
Saludos Liberales
Erasmo
el último invento de los galleguiños chupadores es que el español que hablan las titis es fruto de la "violencia de género", lo que haciéndolo extensibo las personas femeninas en número de unos 200 millones están vapuleadas al menos desde el siglo X, una injusticia histórica milenaria que Garzoncillo debería reparar. eg que...manda tetas y que no se olvide de los verdugos todos con pelo en barba aunque sean vikingos, el "género" opresor.
por los huevos hay que colgar a esta gentuza
Montilla amenaza que si no se hace lo que quieren destruyen la Nación Española, aunque lo envuelve con su baba de dictador xarnego de provincias.
Eso dicho por un gobernantucho no tiene pena en Justicia según "sus" leyes, "sus" elecciones, "sus" criterios, "sus" Gracos.
Muy bien, que sigan destruyéndolo todo, más tendrán que recomponer en fila india y cantando el virolai después de la paliza apoteósica.
(vaya, qué amenaza ha salido, perdón)
Es evidente. Cuando has sido expulsado de facto de la sanidad pública (convertida en curanderías para inmigrantes o transplantes high-tech para ricos jubilados nórdicos), y también has sido expulsado de facto de la escuela pública (si quieres que tus hijos tengan algo de calidad en su proceso de enseñanza), te preguntas por qué debes seguir financiando semejantes disparates si no puedes beneficiarte, aunque sea mínimamente de ellos. Y eso por no entrar a la cuestión de las nacioncillas, los funcionarios, los embajadores, etc. Y luego está la voracidad del monstruo del "estado" y sus satélites autonómicos y municipales: Volvemos a la Edad Media, a los pontazgos, las alcabalas y demás impuestos
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