Hace algunas semanas, leí una reseña sobre el libro de Brand Blanton, “Honestidad Radical”, publicada en el Magazine de El Mundo, nº 424. En su libro, B. Blanton pone de manifiesto y denuncia la tiranía de los discursos políticamente correctos así como los cálculos politiqueros-politicastros de los que están siempre dispuestos a ir con la mentira o las medias verdades por delante y a establecer filtros entre nuestro cerebro y nuestra boca. En dicha reseña, se hacía referencia a Albert Boadella como uno de los adalides de la “honestidad radical”, honestidad que le ha causado, desde hace 25 años, muchos problemas personales y profesionales e incluso, como él dice, “la muerte civil”.
• Hace unos días, terminé la lectura y degustación del último huevo de Albert Boadella “Adiós Cataluña. Crónicas de amor y de guerra", complemento, ilustración y ejemplificación de la teoría de la “honestidad radical”. En este libro salmódico y gregoriano (por la alternancia de capítulos sobre su “amor” y de capítulos sobre su “guerra”), Boadella narra cómo se lanzó, ligero de equipaje y armado sólo con la espada de su verbo, hasta junio de 2007, contra los malandrines del nacionalismo catalán, pensando siempre en su Dulcinea de Jafre, Dolors, que ha sido y sigue siendo su reposo del guerrero, su “particular aosis catalán”. En efecto, escribe Boadella, “sentía, y siento, una enorme fascinación por hacer el amor y la guerra en justa armonía. [...] porque la salud me ha permitido combatir y amar sin tregua ni descanso”(p. 19).
• Según esta autobiografía de impetuoso guerrero y de fogoso amador, Boadella consigue “joindre l’utile à l’agréable”, en una simbiosis placentera, complementaria y fecunda. Y como guerrero, pero siempre espoleado y apoyado por el amor de su Dulcinea de Jafre, Boadella, sin miedo a las represalias y a las consecuencias desagradables de sus actos, lanza su guante al nacionalismo gobernante y galopante. E inicia una larga guerra, que dura ya más de 25 años, lanzándose, lanza lingüística en ristre, contra sus y nuestros particulares molinos de viento: el nacionalismo identitario, excluyente y xenófobo. Con sus hechos y no sólo con su verbo, Boadella se muestra como el arquetipo y la personificación de la “honestidad radical”, tanto en el amor como en la guerra, “tanto monta, monta tanto”, de la que habla B. Blanton.
• He aquí algunas perlas, en relación con los salmos gregorianos guerreros, que ilustran esta aseveración:
- “No se debe olvidar que, [...], lo más bello sigue siendo la verdad” (p. 53);
- Su plan de acción, escribe, consistía en “el ataque francotirador sin otra ortodoxia que mi propia intuición para escoger el objetivo” (p. 57);
- “Las nuevas circunstancias me planteaban un dilema: o bien optaba por volver a emigrar a otro territorio o me decidía a presentar batalla en pro de la supervivencia. Mi irrefrenable belicosidad me llevó a decidirme por lo segundo” (p. 106);
- “Las cosas iban quedando definitivamente claras; no me confundirían con los de su bando (el de la tribu nacionalista) y, aunque avistaba riesgos futuros, me sentía muy campante sin tibiezas ni fingimientos” (p. 108);
- “Para conseguir que emerja una verdad más profunda hay que entremeterse y forcejear bajo la cáscara superficial como lo han hecho los grandes artistas en cualquier disciplina” (p. 164-165);
- “Nuestro plan de combate pasaba por no dejar un solo ataque sin réplica. Pero siempre con gran cuidado de mantener un nivel estético, porque en el fragor de la lucha uno puede contaminarse fácilmente con la bajeza del enemigo y acabar en su misma tesitura” (p. 178);
- “Mi maestro J. M. Arrizabalaga, [...], me dijo una vez que una de las cosas más difíciles de la vida es saber escoger con precisión a los enemigos” (p. 238);
- “El eslogan daliniano ‘que se hable de mí aunque sea bien’ empezó a funcionar” (p. 242);
- “En nuestro país la cobardía personal de la gente adquiere popularmente reputación de sensatez” (p. 247);
- ...
• Entre los salmos relativos al amor, al ayuntamiento carnal y a la cohabitación, no puedo refrenar la tentación de añadir algunas joyas más:
- Hablando de su primera y última ruptura matrimonial, Boadella escribe: “Cuando nos separamos, lo hicimos a la antigua, o sea, sin ‘buen rollo’” (p. 39);
- En cierta época de su vida y antes de instalarse en el nirvana permanente con Dolors, Boadella confiesa que, “a pesar del apremio, nunca llegué a utilizar comodines de pago, porque en el fondo me costaba hacerme a la idea de no ser el primero en celebrar un cuerpo femenino” (p. 38);
- “Como decía un buen amigo: si quieres guerra, cásate y la tendrás en casa sin sacrificar vidas ajenas” (p. 76);
- ...
***
• Lectura recomendada y reconfortante para todo luchador y amador, sin tregua ni cuartel y hasta que el cuerpo aguante; y para los seguidores y practicantes de la “honestidad radical” o para aquellos que aún dudan si seguir o no el vía crucis de los “facta, non verba”. Con esta jeringuilla “boadellana”, los lectores nos inyectamos una dosis del virus de la honestidad radical, que nos inmunizará y protegerá contra las actitudes y comportamientos “politiqueros” y “gallináceos”, que nos impiden levantar el vuelo como seres humanos, como ciudadanos, como guerreros-amantes y como amantes-guerreros.
Notas:
• Albert Boadella, Adiós Cataluña. Crónicas de amor y de guerra, Espasa-Ensayo, Madrid (ya va por la tercera edición).
• Más información sobre el libro y las tesis de Brad Blanton en www.radicalhonesty.com
Nota C´s RED
Aprovechando el artículo de Don Manuel, os ofrecemos un extracto de la entrevista del Maestro con Sanchez Dragó en Tele Madrid el pasado 8 de diciembre.
Manuel I. Cabezas
Cerdanyola del Vallès (7.12.2007)
4 comentarios:
Observad por qué confiesa Boadella que dejó Ciudadanos (min. 37 aprox.): porque no le gusta la etiqueta de centro-izquierda. O sea, que a él, que es uno de los fundadores, también le estafaron.
Aproximadamente estafaron al 80 % del partido, no queda ni el 20 % de lo que llegó a ser, y sigue descendiendos. Se sostinen por la presencia parlamentaria que consiguieron el 100 % de los militantes en su día.
La vida sigue, pero los tres mosqueteros, Pac de Curses, es decir, Carreras, y algún que otro iluminado de los ex-jerifaltes, van a tener que cambiarse el careto si quieren hacer algo en la rue pública. Y eso es para toda la vida, por haber sido unos traidores vendidos a los nacionatas nazis o unos necios lameculos; algunos ambas dos cosas.
Cuando se tiene la voluntad y el empuje de 100.000 personas, hacer lo que han hecho tiene su coste, su penitencia, su calvario.
Ya es historia.
Si de verdad se nos va Boadella, le echaremos de menos
http://lacinefilia.blogspot.com/2007/12/adis-boadella.html
Publicar un comentario