En el lavabo del restaurante donde he cenado, he encontrado, arrugado, un papel. Habitualmente no lo hubiera cogido, claro está. Pero se podía ver que estaban escritas las palabras MEMORIA DIGNIDAD y JUSTICIA, me ha llamado la atención ver eso al lado del grifo y no he podido resistirme a desplegarlo con precaución y leerlo. Esto es lo que he rescatado:
Estimado don Mariano:
No deseo interrumpirle en sus profundas cogitaciones de esta noche. Debe de ser una experiencia mística volver la vista atrás y evaluar realmente su capacidad de convocatoria.
En realidad sólo intentaba ser educado. Me repampinfla su estado de ánimo. Ha tenido usted la oportunidad de tener un gesto de DIGNIDAD, en MEMORIA de los caídos bajo la barbarie totalitaria, reclamando JUSTICIA para ellos y para todos, porque todos somos víctimas; pero ha preferido jugar a “hombre de estado” que es el nombre que los políticos dan a los mangoneadores, trapicheadores de prebendas y en definitiva, a los traidores.
Nunca se ha visto hacer el ridículo de tal forma, traicionando a los propios a cambio de tan poco. Pírrica decisión la suya.
Espero que tenga MEMORIA para no olvidar que ha estado usted solo porque no representaba a nadie ahí.
Espero que tenga usted la DIGNIDAD suficiente para presentar esta misma noche su dimisión irrevocable como líder del PP.
Espero que se dé cuenta de que es de JUSTICIA responder de los propios actos.
(hay unas líneas ilegibles y sigue)
Estimada Rosa:
Me ha enternecido escucharte diciendo que la Guardia Civil merecía una afluencia de ciudadanos mayor de la que hoy ha habido. He escuchado tu tristeza, pero no me ha conmovido.
¿Sabes, Rosa? Raúl y Fernando, y todos sus compañeros decentes en la Guardia Civil y de las otras FyCSE no se merecen el insulto de que quienes han apoyado, comprendido, financiado y dado cobertura a sus asesinos derramen lágrimas de cocodrilo escondidos en tus faldas.
Claro que se merecen más. Se merecen un gobierno que no mienta, que no les traicione; se merecen que sus familias puedan comprar en los mercados las cosas anunciadas en español, nuestra lengua, como los ciudadanos con derechos que somos.
A mí no me apena que hoy hayáis hecho el ridículo. Lo que me apena es que hayáis demostrado vuestra miseria, que no hayáis sido valientes para saliros de la manada de borregos y alzaros para que sepamos que hay esperanza.
Sólo nos quedan las víctimas, Rosa, sólo nos queda Irene y su madre, Maite, Teresa, Marimar, José Antonio y tantos otros de los que no sabemos ni su nombre. Esas personas que nos hacen llorar por su entereza, por su rectitud y por su confianza ciega en la justicia.
Esas personas a las que han insultado hace menos de una semana los que estaban contigo, Rosa. Lo mejor de España.
Nos quedan ellos y nos queda nuestra obligación de dar a nuestros hijos un futuro DIGNO, JUSTO y de hacer que no pierdan la MEMORIA.
Minneconjou
Estimado don Mariano:
No deseo interrumpirle en sus profundas cogitaciones de esta noche. Debe de ser una experiencia mística volver la vista atrás y evaluar realmente su capacidad de convocatoria.
En realidad sólo intentaba ser educado. Me repampinfla su estado de ánimo. Ha tenido usted la oportunidad de tener un gesto de DIGNIDAD, en MEMORIA de los caídos bajo la barbarie totalitaria, reclamando JUSTICIA para ellos y para todos, porque todos somos víctimas; pero ha preferido jugar a “hombre de estado” que es el nombre que los políticos dan a los mangoneadores, trapicheadores de prebendas y en definitiva, a los traidores.
Nunca se ha visto hacer el ridículo de tal forma, traicionando a los propios a cambio de tan poco. Pírrica decisión la suya.
Espero que tenga MEMORIA para no olvidar que ha estado usted solo porque no representaba a nadie ahí.
Espero que tenga usted la DIGNIDAD suficiente para presentar esta misma noche su dimisión irrevocable como líder del PP.
Espero que se dé cuenta de que es de JUSTICIA responder de los propios actos.
(hay unas líneas ilegibles y sigue)
Estimada Rosa:
Me ha enternecido escucharte diciendo que la Guardia Civil merecía una afluencia de ciudadanos mayor de la que hoy ha habido. He escuchado tu tristeza, pero no me ha conmovido.
¿Sabes, Rosa? Raúl y Fernando, y todos sus compañeros decentes en la Guardia Civil y de las otras FyCSE no se merecen el insulto de que quienes han apoyado, comprendido, financiado y dado cobertura a sus asesinos derramen lágrimas de cocodrilo escondidos en tus faldas.
Claro que se merecen más. Se merecen un gobierno que no mienta, que no les traicione; se merecen que sus familias puedan comprar en los mercados las cosas anunciadas en español, nuestra lengua, como los ciudadanos con derechos que somos.
A mí no me apena que hoy hayáis hecho el ridículo. Lo que me apena es que hayáis demostrado vuestra miseria, que no hayáis sido valientes para saliros de la manada de borregos y alzaros para que sepamos que hay esperanza.
Sólo nos quedan las víctimas, Rosa, sólo nos queda Irene y su madre, Maite, Teresa, Marimar, José Antonio y tantos otros de los que no sabemos ni su nombre. Esas personas que nos hacen llorar por su entereza, por su rectitud y por su confianza ciega en la justicia.
Esas personas a las que han insultado hace menos de una semana los que estaban contigo, Rosa. Lo mejor de España.
Nos quedan ellos y nos queda nuestra obligación de dar a nuestros hijos un futuro DIGNO, JUSTO y de hacer que no pierdan la MEMORIA.
Minneconjou
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