¿Qué hubieran dicho y hecho en el PSOE si el PP hubiera declarado el Estado de Alarma el 11-M, con muchos más motivos para hacerlo, como ha ocurrido el 3-D ante la huelga encubierta-plante sindical de controladores aéreos tras el decretazo de José Blanco?. Más motivos se dieron en aquella ocasión para hacerlo, pero no se hizo, quizás ese fue el mayor error del PP que nos trajo la égida de Zapatero y su oclocracia. El Estado de Alarma está previsto para resolver problemas de Estado, no asuntos políticos, convertir en problema de Estado la ineptitud negociadora de un Gobierno con un colectivo de trabajadores es la mayor de las barbaridades que ha podido cometer la santa compaña del leonés errante.
Francisco Álvarez Cascos, Secretario General del PP de los mayores éxitos, fue Vicepresidente del Gobierno con Aznar, cargo en que fue sucedido por Mariano Rajoy, actual Presidente del PP, pasando a ser Ministro de Fomento. Este hecho nos muestra una de las principales características del ineludible candidato a la Presidencia del Principado de Asturias, pocos políticos ha habido en España que hayan sabido pasar de Vicepresidente a Ministro, más bien la dirección siempre es hacia arriba.
Cascos que es un hombre de fe en sí mismo, no necesita que los demás le concedan valor, él ya sabe que lo tiene, y eso es muy importante, porque todos los que ni son parásitos, ni envidiosos, ni trepas, ni imbéciles, reconocemos en su persona la autenticidad de aquel que es siempre consciente y responsable, leal y honesto. Algo que se deduce por haber sido el personaje público español más vejado e infamado por sus rivales, e incluso por alguno de sus compañeros, y seguir adelante como si nada. Muchos atribuyen a soberbia o chulería su conducta, pero en realidad es un principio sagrado de su libertad, no admitiendo todos los juicios interesados que los demás hacen sobre su persona.
Cascos es un lobo estepario de la política española, un ave rara, el más leal a sus creencias y a los suyos, y al mismo tiempo, el más desabrido con los detractores de sus valores, principios y fines. A mí me recuerda a Hércules, su aspiración a ser candidato a la Presidencia del Principado de Asturias, a sus trabajos, al fin el destino bien en forma de Zeus o Hera dirigieron sus pasos, pero ahora regresa, previa grave penitencia, para ocupar el lugar que le corresponde por justicia de las urnas.
No sin antes enfrentarse a todas las humillaciones que le están proporcionando en su partido, con una dirección regional que quiere un “Hércules encadenado” y que le lanza pullas permanentes por boca de algún inepto que no le llega ni a la suela de los talones. Tampoco se complace el PSOE en su llegada, amenazándolo con dossieres y la resucitación del doberman. Ni los medios de comunicación, con la excepción de algunos, ven con buenos ojos su regreso. Y en su partido, lo mismo que recibe apoyos apasionados de todos aquellos que como él, se hicieron a sí mismos, no recibe el apoyo de ese PP descafeinado y colectivizado, de las decisiones de grupo, concertadas y colegiadas, que ha permitido que este país esté gobernado durante los últimos seis años por un personaje de vodevil.
Cascos lo tiene difícil, porque en estos tiempos prevalece el gregarismo frente a la individualidad, pero sus detractores también, porque quienes defienden a Cascos no lo hacen de forma liviana, ni por acuerdos compartidos, sino de forma espontánea y libre, y extraordinariamente leal, sin sacrificar principios, creencias y valores por alcanzar sus fines. Eso le da un marchamo espartano a sus más de ocho mil seguidores que han suscrito su confianza en Cascos con su aval, incluidos la inmensa mayoría de los alcaldes asturianos del PP. Los que desconocen de que va la cosa, consideran que los casquistas son seguidores ciegos de Francisco Álvarez Cascos, craso error, porque entre los que aplaudimos su regreso formamos un abanico de diversidad y libertad. No hay casquismo, que más quisieran, hay un movimiento de apoyo a Cascos de ciudadanos que piensan por sí mismos y se agrupan en la defensa de su candidatura, en todos los ejes y mezclas.
Los “picopaleadores” a imitación de su candidato, trabajan cada día por su idea desde hace meses y nada ni nadie podrá detenerlos en su objetivo, sin graves consecuencias para el PP, no solo en Asturias, sino en España. Mariano Rajoy no puede equivocarse en esta ocasión, porque recobrar a Francisco Álvarez Cascos, hombre de reconocida fortaleza y extraordinaria lealtad, es la mejor forma de que el PP triunfe en Asturias y posteriormente en España.
Cascos se ha convertido, de esa forma, en el candidato ineludible, no sólo por sus méritos, sino porque en su regreso aceptado por la dirección nacional del PP, se producirá la convergencia de todas las familias y corrientes del partido para lograr la unidad y cohesión que necesita el PP para enfrentarse al PSOE y triunfar en las elecciones. Cascos es, en estos momentos, la clave fundamental del PP para afrontar los próximos procesos electorales con éxito, tanto en Asturias, como en España. Cascos no suma, es la suma, la operación de adición en sí mismo.
Por cierto, el próximo día 15 de diciembre, estará en Asturias y se le podrá escuchar en el Colegio de Médicos de Oviedo a las 19:30 sobre todo lo acontecido en el tema de los controladores y la declaración de Estado de Alarma por parte del Gobierno. Por lo que se espera que en los próximos días se organice la enésima campaña de difamación contra su persona. La hidra del poder en Asturias tiene los días contados y lo sabe, de nada servirán sus desvelos por impedir el triunfo de Francisco Álvarez Cascos entre sus paisanos y paisanas. Cascos nos representa como queremos, incluso antes de que sea nominado candidato por el PP. Cascos somos todos y todos somos Cascos. Más que una reconquista, como aducen algunos, de lo que se trata es de que los asturianos regresemos a la coherencia y la dignidad que nos corresponde de acuerdo con nuestra historia, y que algunos, por sus mezquinos intereses personales nos han arrebatado durante los últimos años.
Asturias volverá a ser lo que se merece con Cascos o seguirá siendo nada, con todos los demás.
Enrique Suárez
Francisco Álvarez Cascos, Secretario General del PP de los mayores éxitos, fue Vicepresidente del Gobierno con Aznar, cargo en que fue sucedido por Mariano Rajoy, actual Presidente del PP, pasando a ser Ministro de Fomento. Este hecho nos muestra una de las principales características del ineludible candidato a la Presidencia del Principado de Asturias, pocos políticos ha habido en España que hayan sabido pasar de Vicepresidente a Ministro, más bien la dirección siempre es hacia arriba.
Cascos que es un hombre de fe en sí mismo, no necesita que los demás le concedan valor, él ya sabe que lo tiene, y eso es muy importante, porque todos los que ni son parásitos, ni envidiosos, ni trepas, ni imbéciles, reconocemos en su persona la autenticidad de aquel que es siempre consciente y responsable, leal y honesto. Algo que se deduce por haber sido el personaje público español más vejado e infamado por sus rivales, e incluso por alguno de sus compañeros, y seguir adelante como si nada. Muchos atribuyen a soberbia o chulería su conducta, pero en realidad es un principio sagrado de su libertad, no admitiendo todos los juicios interesados que los demás hacen sobre su persona.
Cascos es un lobo estepario de la política española, un ave rara, el más leal a sus creencias y a los suyos, y al mismo tiempo, el más desabrido con los detractores de sus valores, principios y fines. A mí me recuerda a Hércules, su aspiración a ser candidato a la Presidencia del Principado de Asturias, a sus trabajos, al fin el destino bien en forma de Zeus o Hera dirigieron sus pasos, pero ahora regresa, previa grave penitencia, para ocupar el lugar que le corresponde por justicia de las urnas.
No sin antes enfrentarse a todas las humillaciones que le están proporcionando en su partido, con una dirección regional que quiere un “Hércules encadenado” y que le lanza pullas permanentes por boca de algún inepto que no le llega ni a la suela de los talones. Tampoco se complace el PSOE en su llegada, amenazándolo con dossieres y la resucitación del doberman. Ni los medios de comunicación, con la excepción de algunos, ven con buenos ojos su regreso. Y en su partido, lo mismo que recibe apoyos apasionados de todos aquellos que como él, se hicieron a sí mismos, no recibe el apoyo de ese PP descafeinado y colectivizado, de las decisiones de grupo, concertadas y colegiadas, que ha permitido que este país esté gobernado durante los últimos seis años por un personaje de vodevil.
Cascos lo tiene difícil, porque en estos tiempos prevalece el gregarismo frente a la individualidad, pero sus detractores también, porque quienes defienden a Cascos no lo hacen de forma liviana, ni por acuerdos compartidos, sino de forma espontánea y libre, y extraordinariamente leal, sin sacrificar principios, creencias y valores por alcanzar sus fines. Eso le da un marchamo espartano a sus más de ocho mil seguidores que han suscrito su confianza en Cascos con su aval, incluidos la inmensa mayoría de los alcaldes asturianos del PP. Los que desconocen de que va la cosa, consideran que los casquistas son seguidores ciegos de Francisco Álvarez Cascos, craso error, porque entre los que aplaudimos su regreso formamos un abanico de diversidad y libertad. No hay casquismo, que más quisieran, hay un movimiento de apoyo a Cascos de ciudadanos que piensan por sí mismos y se agrupan en la defensa de su candidatura, en todos los ejes y mezclas.
Los “picopaleadores” a imitación de su candidato, trabajan cada día por su idea desde hace meses y nada ni nadie podrá detenerlos en su objetivo, sin graves consecuencias para el PP, no solo en Asturias, sino en España. Mariano Rajoy no puede equivocarse en esta ocasión, porque recobrar a Francisco Álvarez Cascos, hombre de reconocida fortaleza y extraordinaria lealtad, es la mejor forma de que el PP triunfe en Asturias y posteriormente en España.
Cascos se ha convertido, de esa forma, en el candidato ineludible, no sólo por sus méritos, sino porque en su regreso aceptado por la dirección nacional del PP, se producirá la convergencia de todas las familias y corrientes del partido para lograr la unidad y cohesión que necesita el PP para enfrentarse al PSOE y triunfar en las elecciones. Cascos es, en estos momentos, la clave fundamental del PP para afrontar los próximos procesos electorales con éxito, tanto en Asturias, como en España. Cascos no suma, es la suma, la operación de adición en sí mismo.
Por cierto, el próximo día 15 de diciembre, estará en Asturias y se le podrá escuchar en el Colegio de Médicos de Oviedo a las 19:30 sobre todo lo acontecido en el tema de los controladores y la declaración de Estado de Alarma por parte del Gobierno. Por lo que se espera que en los próximos días se organice la enésima campaña de difamación contra su persona. La hidra del poder en Asturias tiene los días contados y lo sabe, de nada servirán sus desvelos por impedir el triunfo de Francisco Álvarez Cascos entre sus paisanos y paisanas. Cascos nos representa como queremos, incluso antes de que sea nominado candidato por el PP. Cascos somos todos y todos somos Cascos. Más que una reconquista, como aducen algunos, de lo que se trata es de que los asturianos regresemos a la coherencia y la dignidad que nos corresponde de acuerdo con nuestra historia, y que algunos, por sus mezquinos intereses personales nos han arrebatado durante los últimos años.
Asturias volverá a ser lo que se merece con Cascos o seguirá siendo nada, con todos los demás.
Enrique Suárez
4 comentarios:
Desde luego Enrique si después de toda la propaganda que has hecho de Cascos, en el supuesto de que sea elegido Presidente de Asturias, no te ofrece un puesto de consejero o vicepresidente sería para mear horchata de chufa por tu parte o irte a hacer de anacoreta a las Islas Galápagos, solo te falta compararlo con un humanoide mezcla de Moisés y Einstein, jamás había oído tantas alabanzas de alguien que alardea de tantas cosas para un político que maltrataba a sus guardaespaldas, se iba de cacería en el momento que el País mas le necesitaba y parece ser que sus dos anteriores esposas no tienen tan buenos conceptos como tienes tu, y con esos y otros bagajes, tu, el historiador, le comparas nada menos que con Hércules, cada vez me sorprendes mas Enrique, creo que rayas en lo obsesivo, haztelo mirar por un especialista en la materia.
En cuanto a la determinación del ESTADO DE ALARMA, has obviado que hoy mismo Mariano Rajoy ha declarado que en el próximo Pleno del Parlamento el y su partido votarán a favor de esa declaración, pero claro Don Enrique Suárez está por encima de todo lo que no sea su propia opinión, todo el mundo está equivocado menos tu, ¿se puede llegar a ser mas narcisista?.
Paz y Amor
Querido profe, sin acritud:
"alguien que alardea de tantas cosas para un político que maltrataba a sus guardaespaldas, se iba de cacería en el momento que el País mas le necesitaba y parece ser que sus dos anteriores esposas no tienen tan buenos conceptos como tienes tu"
Con esto ya lo has dicho todo. Claro leyendo El Plural puedes dar lecciones de objetividad al mundo, te ha faltado lo del "doberman", por cierto.
Al menos no metía la pata como tus adorados socialistas han hecho.
A mí lo que diga Rajoy profe no me condiciona, al igual que lo que diga Zapatero, que por cierto, según lo que se dice en los despachos de la embajada USA, es el auténtico príncipe de la soberbia y el narcisismo en persona...pero que se le va a hacer, estas cosas siempre te pasan desapercibidas
Salud
Enrique, te dejo por imposible, todo lo que he manifestado de Cascos no se si está recogido en el Plural, son declaraciones de esas personas a las que aludo, pero como siempre, tu "mirando para otra parte".
Jamás he adorado a nadie, soy agnóstico, y las aberraciones políticas cometidas tanto por Zapatero como anteriormente por Aznar son candidatas a ser tratadas por un juzgado de guardia.
Sin embargo, tu si que te inclinas por creerte, como si fuese dogma de fe, unos comentarios de un Departamento de Estados Unidos que se parece casi en todo a un programa de Telecinco donde su figura mas representativa es una tal Belén Esteban.
Te deseo que alcances ese pedestal tan ansiado al lado de "tu adorable Cascos", al menos te lo has "currado".
Paz y Amor
Profe, ¿qué opinas de José Blanco?
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