En nombre de lo social y a pesar de la democracia

Por mucha instrucción a la que nos sometan desde el Gobierno y sus medios de propaganda, no tenemos costumbre en este país de celebrar el aniversario de la Constitución en Estado de Alarma, es decir, precisamente en circunstancia de su suspensión para determinados colectivos humanos, en determinados territorios y actividades. Los controladores aéreos españoles, en estos momentos, viven en una situación similar a la de Cuba o Birmania, y los españoles no podemos consentir que eso ocurra, con el único objetivo de que un Gobierno que ha provocado el conflicto por su gestión indecente se salga con la suya y buscando un interés político, permitiendo el secuestro de 600.000 ciudadanos para lograr su propósito, se nos ofrezca ahora como el paladín de las soluciones políticas y las gestiones eficaces. José Blanco debe presentar su dimisión de forma inmediata, y en su defecto ser destituido de forma fulminante, es un peligro público, pero no lo hará porque también debería dimitir Zapatero por negligencia temeraria, pero está incrustado al poder como una lapa, porque ese ha sido su único objetivo desde que llegó a él.

En estas condiciones no hay nada que celebrar, pero hay muchas cosas sobre las que debemos reflexionar los españoles y estamos obligados a hacerlo en voz alta. A medida que se va conociendo la información sobre lo acontecido vamos descubriendo que la huelga salvaje de los controladores es la consecuencia inmediata de su sometimiento inconstitucional por un decreto leonino, más propio de una tiranía, que les han sacado por sorpresa en medio de un proceso de negociación laboral. Y los sindicatos de pesebre y piquetes coactivos, UGT y CCOO, como en este caso no tienen nada que rascar, se dedican a mirar para otro lado, cuando se está vulnerando por completo el Estatuto de los Trabajadores. Aquí se ve su disposición a la defensa de los trabajadores, pero que se va a pedir a quienes han permitido que el Gobierno lleve este país hasta los cinco millones de parados, retire las prestaciones sociales y se cargue los derechos adquiridos por los trabajadores durante décadas. Nada. Ellos con tener alpiste en la jaula que controlan ya tienen suficiente.

Que el Gobierno no respeta la democracia, ni la Constitución lo sabemos hace tiempo, desde que han urdido una “dictadura social” de características teocráticas. En este país, el PSOE considera que lo social es de su patrimonio y en su nombre, son capaces de cometer las más infames tropelías, lo hicieron en el 11-M, lo han hecho con la creación de leyes sectarias, lo han ratificado con “su” Estatut inconstitucional, con los cordones sanitarios al PP, con la imposición de la cultura del pensamiento correcto, con la fumigación de talante para ocultar su falta de talento, hasta convertir nuestro país en una pobre sombra de lo que ha sido hasta fechas recientes, un Estado en quiebra, extravagantemente endeudado, con cinco millones de parados, con un déficit galopante y al borde del estallido social y político. Este será su legado, así que no es extraño que hoy mismo el Presidente de Gobierno considere que hemos regresado a la normalidad en tan solo 24 horas, cuando la normalidad es un Estado de Alarma, pero no considerado como una fórmula política excepcional, sino como un retrato tenebroso de nuestra miserable realidad.

Lo único que nos pueden quitar ya es la libertad y la vida, y parece que ya han empezado por los controladores aéreos, a los que no se puede requerir, ni exigir austeridad cuando personajes políticos como Leire Pajín, José Montilla, José Blanco, María Dolores de Cospedal, Pedro Arriola, o el mismo José Luis Rodríguez Zapatero, nos salen mucho más caros a los españoles. Y encima para jodernos la vida, porque a lo que cobran de sueldo hay que añadir los gastos que ocasionan y superan con mucho los 200.000 euros de media que les asignan a los controladores. ¿Cuánto pagamos realmente por su tremenda ineptitud?

¿Cuánto nos cuesta José Blanco por ejemplo?, un ministro que ha logrado por su empecinamiento estalinista que pasemos en Estado de Alarma el trigésimo segundo aniversario de nuestra Constitución, con un colectivo laboral militarizado, 600.000 pasajeros víctimas de sus desmanes políticos y 46 millones de españoles absortos ante lo que ha ocurrido. ¿Se puede seguir permitiendo que un inepto juegue con nuestras vidas de esta forma?. Ustedes deciden, que para eso son ciudadanos soberanos. ¿Por qué José Blanco no se hizo controlador aéreo, acaso no daba la talla?. Pero sí la da para manejar un país a su antojo sin pasar siquiera un examen de idoneidad para auxiliar administrativo. ¿Cómo no va a estar España en quiebra si los que dirigen el país no tienen ni puta idea de lo que es gobernar, y lo único que saben hacer es mandar como Franco?

En nombre de lo social no se puede sacrificar la democracia, aprendices de Fidel Castro y Hugo Chávez. España es Europa y estamos en el siglo XXI y en la mayor regresión política, en libertades y democracia de los últimos 32 años, gracias al PSOE y al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

Biante de Priena