Para Juanky, nuestro experto explorador de incongruencias institucionales en Europa
Durante los últimos años hemos asistido a un crecimiento exponencial en la publicidad que concierne a temas relacionados con la salud. El mercado ha entrado con fuerza en uno de los terrenos acotados durante muchos años al criterio profesional. Los ciudadanos se encuentran absolutamente desprotegidos ante las informaciones erróneas, las intoxicaciones, y los engaños del marketing sanitario.
La salud es un negocio sin explotar, al que acuden a beneficiarse desde las grandes compañías farmacéuticas hasta los vendedores de milagros.
Les propongo que hagan una interesante exploración de hasta que punto estamos inmersos en un bombardeo mediático sobre las cosas que tenemos que adquirir para cuidar nuestra salud. En cualquier programa de máxima audiencia en cualquier cadena de televisión, se producen periodos de publicidad que aproximadamente duran cinco minutos de media, periodo en el que se presentan alrededor de 15 spots; podrán comprobar, que la mayoría de los anuncios a determinadas horas, más de la mitad, se dedican a temas relacionados con la salud.
Desde alimentos que contienen vitaminas, hasta coches que permiten relajarse y tener más seguridad, pasando por consultores de tarot, y clínicas que nos devuelven la eterna juventud. Evidentemente, el rigor científico de todas estas propuestas está absolutamente limitada por los hechos, pero como lo que se propone habitualmente no es lo que hace el producto, sino "lo que puede hacer", no hay ningún problema.
Que les parecería a ustedes que un anuncio de la televisión les dijera que paseando media hora más todos los días con las zapatillas Gundisalvo se asegura que se tendrá mejor calidad de vida dentro de 20 años, menos problemas cardiacos, y una circulación venosa excelente. Nadie puede negar que sea cierto, porque pasear media hora diaria está demostrado que procura beneficios para la salud de cualquiera, con las zapatillas Gundisalvo y las zapatillas Molocón, incluso, si se hace descalzo se pueden obtener los mismos beneficios.
Al igual ocurre con los productos alimentarios, una caja de vitaminas y minerales en una farmacia cualquiera cuesta menos de 3 euros, si alguien pretendiera tomarse la misma cantidad de vitaminas y minerales con los productos "nutricéuticos" (alimentos a los que se añaden determinados nutrientes, oligoelementos u otras sustancias beneficiosas para la salud), tendría que gastarse mil euros y estar todo el día tomando el producto correspondiente, pero quizás tomando fruta fresca y unas cuantas legumbres a la semana consiga lo mismo y mucho más barato.
En la espiral de consumo a la que estamos asistiendo en los países occidentales, vamos a terminar consumiendo exclusivamente publicidad envasada, cada día más asequible, y además nos sentiremos muy satisfechos. Esto ya lo había denunciado Marx en su día con el concepto de fetichismo de la mercancía que hoy alcanza su máximo esplendor.
Uno de los mayores sectores comerciales del futuro serán los productos preventivos, porque la prevención es un gran negocio que ha sido desarrollado inteligentemente por las compañías de seguros desde hace muchos años. Casi todos los males de este mundo resultan previsibles, pero aún más previsible es el miedo a padecerlos, de lo que se benefician aquellos que viven de recordárnoslo.
Para otra ocasión hablaremos del excesivo consumo farmacéutico de productos que realmente no resultan necesarios, o de aquellos que siendo demostradamente ineficaces se siguen consumiendo por el miedo que supone para pacientes y médicos el retirarlos, no vaya a ser que ocurra "algún imprevisto", por no decir nada de los que se han demostrado perjudiciales y que se habían permitido comercializar o se había mantenido su comercialización a pesar de haberse presentado problemas con su consumo.
Estar sano ya no es una condición natural, no interesa que lo sea, porque las personas sanas no son rentables para el mercado, por lo que resulta necesario que todos estemos enfermos, o en su defecto que tengamos cada día más miedo a enfermar, de esta forma, sin percibirlo, nos vamos haciendo más dependientes y vulnerables, y por lo tanto más maleables y solícitos a cualquier mensaje que nos infunda confianza, sea en forma de publicidad o propaganda.
La de cosas que vamos a tener que consumir para seguir como estamos, todo por no aceptar que es imposible no envejecer, no estar enfermo, y no morirse. Todo por querer ser algo diferente a lo que somos, seres humanos con una caducidad establecida desde el nacimiento.
Cuanta razón llevaba Freud cuando dijo aquello de que los neuróticos -que somos todos- terminaremos construyendo una sociedad neurótica, que al final creará un mundo neurótico en el que los neuróticos cada día seremos más neuróticos. El mercado se ha enterado que el miedo humano es un gran negocio, y en la era de la información y las nuevas tecnologías de marketing, el mejor de todos.
Biante de Priena
2 comentarios:
El gasto sanitario se lleva la mayor parte de los presupuestos de las autonomías, y la gestión es nefasta, además.
Gracias Maestro.
El lobbi farmacéutico junto con el armamento son los puntales del poder capitalista.
¿¿y el mercado de las drogas legales??, tranquimacin, transilium, prozac y demás porritos de farmacia.
Todo un negocio que en muchas ocasiones convierte al medico en camello, con sus buenas plusvalías incluidas.
Nunca entenderé que un medico de ambulatorio recete un "caramelito" adictivo sin pormenorizar el nivel adictivo del paciente, así ha quedado un gran numero de personas yonkis de la sanidad.
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