El Rey ha agradecido el apoyo que le han demostrado sus invitados durante los años de su reinado, para pasar a reconocer el buen oficio de todos ellos en la construcción de “una España unida y diversa, moderna y plural, próspera y solidaria".
Añadiendo a continuación que hoy hay: "una España hecha por todos y para todos, de progreso y bienestar, en el marco de estabilidad y armónica convivencia que sustentan los principios, valores y reglas de la Constitución"
Esta es la España que define nuestro Rey, Juan Carlos I, desde el idealismo más puro y señero. Su Majestad hace tiempo que no desciende a la calle, que no ve las noticias, que no escucha a los taxistas o las peluqueras. Se ha quedado con la foto fija de otra época pretérita, en la que los españoles teníamos una idea bien determinada de lo que queríamos para nuestro país.
Esa es la España que todos quisiéramos, pero desafortunadamente no es la que existe, alguien debería comunicarle a Su Majestad que en Cataluña queman sus retratos y cuelgan sus representaciones simbólicas, que Ibarretxe y Carod-Rovira han convocado referendums en sus respectivas comunidades para promover su autodeterminación.
En Cataluña no hay posibilidad alguna de que los niños españoles puedan estudiar en español en la enseñanza pública, y parece mentira, que hoy en día se pueda estudiar más fácilmente en nuestro idioma en algunas localidades de Estados Unidos, Alemania, Francia, Reino Unido o Italia, que en algunos lugares de España. En el País Vasco no se respeta la libertad de los ciudadanos que se oponen a la tiranía política de la coalición independentista político-terrorista, ni tampoco sus vidas.
No Majestad, España no está unida, siempre fue diversa y por lo tanto plural, y lo de próspera, moderna y solidaria según como se mire, más bien parece que cada día es menos próspera, menos moderna y menos solidaria, tras la información que nos llega sobre nuestra coyuntura socioeconómica.
Es cierto que todos hemos hecho esta España, pero lo del progreso y el bienestar no está demasiado claro, hay que recordar que es una cuestión cuantitativa, porque salvo los países que están en guerra, todos más o menos progresan hacia el bienestar, la cuestión es la velocidad con que lo hacen, y España en algunas cosas importantes va mucho más despacio de lo que le correspondería por sus recursos humanos y materiales.
Por último, quiero fijarme en sus palabras sobre los principios, valores y reglas de nuestra Constitución, que definen un marco de estabilidad y armónica convivencia. Lamento defraudar sus buenas intenciones y deseos, Majestad, pero la Constitución no se respeta en España. En determinadas comunidades autónomas, como Cataluña y el País Vasco, hay derechos fundamentales, (recogidos también en la Declaración Universal de los Derechos Humanos), que se vulneran, y el Tribunal Constitucional, no hace absolutamente nada para remediarlo.
Alguien debería informar a Su Majestad de lo que realmente está ocurriendo en España, que poco tiene que ver con su descripción magnífica de un ideal que la mayoría de los españoles estaríamos dispuestos a compartir, si fuera realidad. Pero lamentablemente, las cosas en España no son como las describe su Rey.
Pronto llegaremos a Mayo y se celebrará otra onoomástica, los doscientos años desde la rebelión del pueblo español ante la invasión del ejército francés. Es un buen momento para recordar la proclama que Napoleón dedicó a los españoles cuando Carlos IV, tras ser restituido como monarca por la renuncia obligada de su hijo Fernando VII, abdicó en Bayona de sus derechos como monarca español en beneficio del mandatario francés.
Carlos IV también tuvo la fortuna de tener a Godoy, otro "Príncipe de la Paz" en su corte, que precisamente fue quien redactó su ominosa abdicación en favor de Bonaparte y su dinastía familiar; leyendo las palabras del gran corso, podemos hacernos una idea de la consideración que le merecía lo ocurrido en nuestro país:
"...Españoles: después de una larga agonía vuestra nación iba a perecer. He visto vuestros males y voy a remediarlos... Vuestros príncipes me han cedido todos sus derechos a la corona de las Españas; yo no quiero reinar en vuestras provincias... y os haré gozar de los beneficios de una reforma sin que experimentéis quebrantos, desordenes y convulsiones. Españoles: he hecho convocar una asamblea general de las diputaciones, de las provincias y de las ciudades. Yo mismo quiero saber vuestros deseos y vuestras necesidades...asegurandoos al mismo tiempo una Constitución que concilie la santa y saludable autoridad del Soberano con las libertades y privilegios del pueblo. Españoles: acordaos de lo que han sido vuestros padres, y mirad a lo que habéis llegado. No es vuestra la culpa, si no del mal gobierno que os regía. Yo quiero que mi memoria llegue hasta vuestros últimos nietos y que exclamen: es el regenerador de nuestra patria”. Napoleón. 25 de Mayo de 1808.
En esos momentos, el pueblo de Madrid se había levantado contra el opresor francés, expulsaba a José I el hermano de Napoleón, y el alcalde de Móstoles declaraba la guerra a los franceses, mientras los antepasados de nuestro Rey abdicaban en Bayona de sus responsabilidades, derechos y deberes. Es quizás el peor momento que vivió nuestra nación en su historia, y precisamente fue porque su Rey, tampoco se había enterado muy bien de lo que estaba ocurriendo en su reino, y cuando lo hizo, era ya demasiado tarde.
España no está bien, Majestad, pregúntele a su pueblo, no a los políticos; verá como descubre que la realidad es muy diferente a lo que le dicen sus asesores que debe decir, no le hacen un favor convirtiéndole en un altavoz de la propaganda de un gobierno determinado, el del señor Rodríguez Zapatero.
Su pueblo quiere escuchar la voz independiente de su Rey, como en aquella ocasión reciente en la Cumbre de las Américas. Esa es la forma de afianzar la monarquía en España, y también, la de afianzar nuestra nación, desde la sinceridad y el coraje que corresponden a su magisterio y dignidad. La forma de atravesar la puerta de la historia con la admiración de su pueblo.
Reciba mi cordial felicitación por su septuagésima onomástica.
Biante de Priena
13 comentarios:
Lección de gramática española: de (preposición) + el (artículo) = DEL
LA ESPAÑA DEL REY
¡Un poquito de corrección, por favor!
Y este mirando la punta del dedo.....
no. mirando por lo que tira y que se reivindica: el castellano.
t.
tereso,
¿el castellano... en Cataluña?, ¿quiere decir que hay algún problema con el castellano en Cataluña?.
Cuente, cuente, tereso
Erasmo
no. en la red. es donde estamos. es la que usamos. y esas son las reivindicaciones. aqui, erasmo.
pero si, por supuesto que hay varios problemas con el castellano en cataluña. pero no viene esto al caso.
t.
Para algo uno es maestro navarro, t.
Es patético que sigáis sin corregir el título de esta entrada. No hay nada que justifique escribir "de El Rey", pues el artículo no forma parte del nomrbe propio. Así, se ha de escribir en todo caso "del Rey". Si no os lo creéis, lección de gramática y dudas:
http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltConsulta?lema=del
Parece mentira que estén ustedes a favor de educar en castellano, pero al mismo tiempo parece que les da igual el propio idioma.
Como dije al principio, tengan ustedes un poquito de corrección, por favor.
contémplelo como licencia poética. de uso, por cierto, frecuente norma de uso del lenguaje, y comprenda usted, el concepto hombre...
La España de El Rey no tiene la fuerza poética de La España del Rey, nos referimos no a que España sea del Rey, sino a que hay una España de El Rey, como visión/posesión de esa persona ¿Comprende usted Don Alarcos?, que hay que explicarlo todo.
La España de El Greco, La España de El Renacimiento, La España de El siglo de oro....La España de El franquismo, La obra de El Rey Lear, ¿o ponemos "del Rey Lear? ¿ta claro, so listo?
de el Rey" (Google)
485000 referencias
Salud
Era bastante patético el espectáculo del hijo halagando al padre diciéndole Patrón y que es un modelo a seguir.
Cuánto silencio en la familia real , estos tres últimos años, mientras desde Moncloa se viene llevando a cabo la demolición de España desde Moncloa.
No dan una, les han dejao el cerebro en la etapa de El Reptil; un estrapalucio en la mollera.
¡Pena de tropa!
Titula Don Juan de Mariana, año 1605 "De el Rey y de la institución real", no digo el tema de que trata que me acusan de apología.
Pa enteraos
LD narra así el saludo del rey a sus invitados, antes de la cena para 450 personas en Zarzuela:
"En ese momento se pudo ver la satisfacción del Rey cuando se detuvo especialmente con algunos invitados como la alcaldesa de Córdoba, Rosa Aguilar, el presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, o el propio Carrillo, entre otros."
Es así, desgraciadamente. Este rey se pone muy simpático con el asesino en serie Carrillo, uno de los responsables de los miles de muertos en Paracuellos, cion la estalinista Aguilar y con el idiota útil Revilla.
Cuánta gentuza.
"...del apetito lascivo de el Rey..."
"El Zapatero y el Rey", de D. José de Zorrilla, página 39
El Zapatero y el Rey
Publicar un comentario