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lunes, 12 de noviembre de 2007

La transversalidad política a debate (I)

Un nuevo concepto emerge en la política, que anteriormente había surgido en otros ámbitos de la ciencia, la filosofía, o sus respectivas aplicaciones: la transversalidad.

Los precursores filosóficos del concepto, provienen de los diversos planteamientos ideológicos que han brotado a lo largo del relativismo imperante en las últimas décadas del siglo XX. La deconstrucción de Derrida, el pensamiento complejo de Morín, las sociología líquida de Bauman, el clientelismo de Giddens, el social-liberalismo de Bobbio, el pluralismo híbrido de Pániker, el regeneracionismo democrático de Sartori, o el culturalismo de Clifford Geertz.

Desde la ciencia, las posiciones transversales han resultado las más ecuánimes y afortunadas en los últimos tiempos. La transversalidad ha sido un instrumento que ha permitido ampliar la metodología científica, desarrollando alternativas que permiten concitar teorías hasta entonces enfrentadas.

Pero quizás el elemento fundamental que fertiliza el propósito, provenga de la necesidad de superación de los conflictos irredentos, en todos los ámbitos del conocimiento. Evidentemente, la transversalidad es una opción que busca el diálogo entre opciones enfrentadas o divergentes, aunque no esté aún muy claro si este dialéctica se pueda reducir a consenso.

Por circunstancias históricas que exceden el presente debate, los seres humanos hemos organizado nuestras vidas en función de una cultura establecida sobre el maniqueísmo, en esta cuestión las religiones más extendidas han tenido gran influencia, pero también los sistemas políticos organizados sobre elementos de valor.

La caída del muro de Berlín permitió ver la realidad con ojos de futuro. El capitalismo ha demostrado su triunfo económico sobre el socialismo, pero resultando que las formas de redistribución de la riqueza establecidas por el libre mercado no son ni las más justas, ni las más necesarias, ni siquiera las deseables.

El socialismo necesita aceptar que sin el libre mercado es imposible redistribuir otra cosa que no sea la pobreza. Las razones de la incapacidad de creación de riqueza por parte de los Estados socializados, posiblemente se deban más a las características de los actores, que a las propias dificultades de los sistemas, pero esto también forma parte de otro debate.

Lo que resulta evidente es que los sistemas en conflicto resultan positivos desde una perspectiva económica, porque la competitividad sigue siendo más poderosa que la cooperación en la creación de riqueza, pero al mismo tiempo resultan inadecuados desde una perspectiva política para organizar las sociedades que han alcanzado los mínimos necesarios del estado de bienestar keynesiano.

Se puede decir sin temor a equivocarse que lo bueno para el mercado, no es bueno para el Estado y viceversa, y de ese conflicto maniqueo entre alternativas conservadoras y progresistas, en los ejes económico y político, surge una nueva alternativa ideológica que busca apoyo social: la transversalidad.

Los ciudadanos quieren vivir bien, cada día mejor, y alcanzar el grado óptimo en la recepción de recursos siguiendo la ley del mínimo esfuerzo. Queremos vivir bien, trabajando lo menos posible, lo que hace que las economías occidentales se resientan cada día más, porque la disminución de la productividad con el incremento del consumo provoca inflación, desempleo, y reducción del nivel de vida.

En un mundo globalizado, a los sistemas políticos solo les queda encontrarse en la mezcla, de lo bueno con lo bueno, erradicando lo malo. Parece simple, pero no lo es. Hay muchos intereses en mantener lo existente, porque los políticos se han burocratizado en el más de lo mismo, y son incapaces de crear absolutamente nada, fosilizando las posibilidades de evolución social.

Los partidos políticos convencionales están acabados, tanto los de la derecha, como los de la izquierda. De hecho, lo que está ocurriendo es que los principales partidos políticos de la izquierda europea, representados por Blair, Zapatero, Prodi, y Royal, se están desplazando hacia la transversalidad. Y los de la derecha, representados por Sarkozy o Merkel, han hecho lo mismo. Saben que no tienen otra alternativa.

La transversalidad supone la última superación de las posiciones dogmáticas, es la consecuencia lógica de las pretensiones de la síntesis que buscaron los partidos centristas, pero en un nuevo nivel de abstracción que supera la síntesis, aceptando el agregado de propuestas como una alternativa más enriquecedora, haciendo criba al mismo tiempo de las propuestas menos favorecedoras del progreso económico, social y político.

Los inmovilistas del PP, PSOE, y los diversos nacionalismos, tratan de reducir el impacto de la transversalidad sobre sus posiciones agotadas políticamente, incapaces de ofrecer otra respuesta que la bronca permanente entre todos ellos, que conduce a la parálisis social, a retrasar el progreso, y a reducirlo a su mínima expresión.

Por último, el debate electoral en España no puede, ni debe establecerse sobre la necesidad y la urgencia de que la transversalidad entre en la política española como lo ha hecho en otros países del entorno político, social y económico, sino sobre si los partidos convencionales serán capaces de ofrecer lo que necesitamos los ciudadanos de este país.

La transversalidad busca el equilibrio armónico entre las distintas alternativas políticas, que no es otra cosa que el desarrollo de la justicia social aprovechando los recursos del mercado. Igualdad-y-Libertad en un sistema justo, equitativo, y ecuánime. Esa es la mejor definición de progreso, fundamentada en las ideas de Proudhon.

La transversalidad es el mejor camino para alcanzar el futuro en las democracias occidentales, el camino que debemos recorrer los españoles para que dejemos atrás la transición democrática de una vez, precisamente por donde lo están haciendo los demás países occidentales; mientras que el PP, el PSOE y los nacionalistas, siguen discutiendo si la memoria histórica debe ser incluyente o excluyente. Está claro quien mira al futuro, y quien vive en el pasado.


Enrique Suárez Retuerta

11 comentarios:

Anónimo dijo...

muy bien. pues me gustaria transversalidad aqui mismo, donde se agreden y amenazan a los que piensan por su cuentan.



tereso

Enrique Suárez dijo...

Tal vez sea porque sus argumentos no buscan hacer nada por que la transversalidad prospera, sino todo lo contrario...

Quien se acantona en la oposición permanente a todo lo que se dice, se ubica en un claro ejemplo de dogmatismo.

Anónimo dijo...

ay... dos cositas:

1.- acaba de disculpar agresiones y amenazas con un "porque sus argumentos no buscan (...)".

2.- obviamente no me he acantonado en oposicion a todo lo que se dice. y aunque fuera asi, podria ser motivado por mi dogmatismo, pero tambien por el del contrincante, como tambien por ninguno, hablando yo como un ciudadano libre.

cosa que me devuelve al punto numero uno: esta usted disculpando las agresiones y amenazas documentadas contra mi en este blog con una supuesta falta mia de estar en sintonia con los demas.

disfruta usted de un perspicaz poder de observacion y analisis, señor mio


tereso

Enrique Suárez dijo...

Evidentemente usted es un aspirante a predicador tereso, pero en periodo de prácticas....

Confunde explicación, con excusa, justificación o disculpa, y eso es imperdonable.

Si le digo que entiendo que a alguien a quien se le dispara un tiro en la nuca es probable que se muera, no se de donde puede deducir usted que justifique la acción.

Entra usted en el oscuro territorio de la demagogia con tal de proseguir en las polémicas.

Un predicador, tereso, lo dicho

Anónimo dijo...

vale. perdon. digamoslo como es. usted solo ha explicado el porque de los insultos y la amenaza que he recibido.

y el porque esta en mis propias actuaciones.

en prestar la nuca, vamos. no en el tiro.

¿de verdad usted me acusa a mi de alguna confusion "imperdonable"?



tereso

Enrique Suárez dijo...

no, tereso, no se confunda de nuevo, si le acuso de algo es de atraer la atención sobre su persona con la finalidad de que los comentarios de este artículo queden desvirtuados, de eso sí le acuso.

Porque permíteme que le pregunte

¿Qué opina ustede sobre la transversalidad?

Que tenga una buena tarde

Anónimo dijo...

atraigo los tiros porque tengo nuca.

oiga, señor, ¿alguna vez se le ha occurido que puede estar en una situacion en la que toda palabra que añada solo empeora su posicion?

la amenaza a la que me refiero tuvo lugar en un hilo de usted, sin que usted reaccionara, no lo olvidemos.

con todo esto, ¿realmente cree que es lugar de preguntarme por mi postura hacia la transversalidad, o se de cuenta que en el contexto de su "comprension" con los verdugos cada disputa teorico-politica ya es sobrevenida?



tereso

Enrique Suárez dijo...

Le he respondido al tiempo que usted escribía precisamente esto, puede leer la respuesta en el artículo de El Maine, señor mío. Dejemos este artículo para comentarios pertinentes, no malogremos todos con la estéril polémica sobre sus sentimientos de indefensión.

Cordiales saludos

Anónimo dijo...

me defiendo a mi mismo de puta madre. que otra cosa sino esta se ve en

www.blogger.com/comment.g?blogID=
8248718002189918912&postID=8056848298458221768

bastante acostumbrado a prestar mi preciosa nuca a los francotiradores, recurro a la ironia donde cabe.

en el plano mas amplio, empero, debo insistir seriamente en que pongan sus palabras en accion.

critiquen lo criticable. haganlo sin viga en el ojo propio.

puesto que no se enteran de lo basico de la cuestion, sirvales yo de prueba de su coherencia.

si pueden hablar de lo bonito que es la transversalidad cuando al mismo tiempo se ven incapaces de criticar las amenazas que vienen de su campo, amenazas movidas por la ceguera ideologica que estan en las antipodas de la transversalidad, haganme el favor de no hablar de transversalidad.

o, en otras palabras, si predican democracia y ley, no vulneren estos conceptos.

esto, señor mio, no tiene nada de esteril.


tereso

Anónimo dijo...

Es cierto que aquella amenaza contra tereso en este blog fue inaceptable. Era un mensaje anónimo, no compartido, estoy seguro, por los redactores y dueños de este blog. También estoys seguro de que lo condenan. Dicho esto, pasemos al debate sobre transversalidad.

Anónimo dijo...

gracias, sencillo. entendras que no me puedo pronunciar en favor de la transversalidad viendo que se propugna pero no se cumple con ella.

pues obviamente me parece buena cosa. precisamente porque la transversalidad exige un dialogo constante. si este se hace con el respeto debido (newspeech para respeto: politicamente correcto) no es transversal.

este respeto me parece su esencia. para romper los moldes de una politica confrontista hay que buscar lo comun para todos los ciudadanos sin ser populista.

este punto comun no sabe de ideologias. bienvenido sea.



tereso

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