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viernes, 12 de julio de 2013

¿Dónde está el límite?



Es la pregunta que cada día se hacen más españoles, ¿dónde está el límite que la opinión pública puede soportar sin hacer nada, ante la deriva que acontece en la política española? Nadie lo sabe.

Los principales partidos políticos españoles que conforman la casta se han convertido en ejemplo de organizaciones mafiosas, que detraen recursos públicos a cuentas privadas de sus principales representantes. No es una cuestión accidental, ni incidental, es una práctica homogénea que se expande por todas las instituciones, por todas las representaciones, por todas las situaciones, a lo largo del tiempo.

¿Qué ocurriría si las prácticas de cualquier organización o empresa de este país fueran similares a las habituales de los partidos políticos en los últimos tiempos? ¿Cuánto tiempo tardaría la justicia en promover su disolución, sentencia, condena e inhabilitación a perpetuidad para acceder a cualquier tipo de recurso público?

Este país no se puede permitir que el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy sea sospechoso de dirigir una banda mafiosa que ha vulnerado la ley para repartir privilegios entre los principales miembros de su partido, incluido él mismo. Ante una situación que indica que no ha actuado lícitamente, guarda silencio, en esta ocasión tiene razón Rubalcaba en lo de que el que calla, otorga, y bien podría aspirar a sustituirle en La Moncloa si en su partido no se estuvieran moviendo en estos momentos casos de corrupción política de dimensiones aún más enormes que las que afectan a su opositor tradicional. El señor Rubalcaba no puede dar lecciones morales a nadie, mientras no explique lo que ha ocurrido en su partido en lugares como Andalucía y Asturias, o en casos como el del ex ministro Blanco, entre otros muchos.

España tiene un grave problema con los principales partidos políticos de este país, que han pasado de ser una alternativa de solución a los problemas de los españoles (así lo venden en las campañas electorales), a ser el principal problema de los españoles del que derivan paro, deuda, déficit público, nepotismo, corrupción, farsa y fraude.

Una democracia no se soporta exclusivamente con los votos de los electores, requiere una honestidad intachable en los elegibles, junto a un compromiso irrenunciable de que van a cumplir la ley (como prometen al acceder a su mandato) y de que van a defender los derechos fundamentales de los españoles por encima de sus propias pretensiones particulares.

El contrato entre ciudadanos y políticos está roto, y por tanto asistimos a una farsa representada que ha desplazado a la democracia, a un fraude elemental que extrae del engaño su legitimidad.  Todavía hay pocos españoles que se den cuenta de que esta coyuntura no tiene solución posible, mientras en los partidos políticos no se realice una criba que separe definitivamente a los corruptos de los que no lo son. El problema es que los corruptos están en las cúpulas de los partidos y son los que tienen que tomar la decisión de hacerse el harakiri para salvar la democracia, de la que se han servido y mancillado.

La democracia no se salva con los votos, sino con el acotamiento del poder político, porque cuando los representantes, elegidos en las urnas, vulneran la ley,  ya no se puede hablar de democracia, sino de impostura, detentación y felonía. Las elecciones vacías de contenido sólo reafirman la ilegitimidad de los mangantes que han utilizado la democracia para medrar, incumplir la ley y mancillar la representación pública.

Sigo diciendo que es hora de reflexionar, no se puede pasar página sobre la delincuencia organizada que existe en los partidos políticos españoles que vulneran las leyes que ellos mismos han dictado. La incoherencia y la incongruencia de estos papanatas codiciosos y lerdos, nos acabará llevando a un conflicto irresoluble y a un futuro desolador.


Enrique Suárez

9 comentarios:

Geppetto dijo...

Este problema no es nuevo.
Desde Suarez la famosa democracia española no ha sido mas que un...esto para ti y esto para mi.
A los españoles les han dicho que la democracia es asi y han tragado.
Les sacan el dinero del bolsilloy no dicen ni pio
Mantienen 19 Gobiernos y 17 estados y no dicen ni pio.
Les suben los impuestos y no dicen ni pio.
Les destrozan la seguridad social y no dicen ni pio.
Les machacan las pensiones y siguen sin decir ni mu.
Sus representantes politicos son unos ladrones de tomo y lomo y se callan.
Sus gobernantes mienten, engañan, destruyen la democracia y los españoles callan.
¿Preguntas hasta cuando aguantaran los españoles?
TU MISMO
http://lapoliticadegeppetto.blogspot.com.es/

fractalio dijo...

Enrique, las prácticas de los partidos políticos, en este país y en todos los mal llamados democráticos, no es que sean similares a las de otras organizaciones o empresas, es que las han importado de ellas, concretamente de las grandes multinacionales. Y la justicia no sólo no ha intervenido contra ellas, sino que ha permitido, permite y permitirá que sean ellas las que dicten las leyes a los políticos, mientras sigamos validando el sistema que así lo impone.
Y son los corruptos “primeros” (los de las grandes multinacionales) los que colocan en las cúpulas de los partidos a los corruptos “segundos”, y no los van a quitar de ahí, porque se encargan de ocultar a los “primeros”, y lo tienen facilísimo mientras sigamos avalando a esos “segundos” sin querer ver a los “primeros”. ¿Para qué se van a hacer el harakiri, si tienen su recompensa asegurada en las urnas?

Enrique Suárez dijo...

fractalio, las multinacionales negocian con la casta, pero la casta se crea a sí misma, para negociar con las multinacionales. No confundamos causas y efectos. Quien entra en la política para "negociar con las multinacionales" es un delincuente, no salvemos al ladrón echándole la culpa a lo robado...

José M Magallon dijo...

O somos o cabardes o aún hay limite de sufrimiento, pero es que da igual, sea PP que los demás, todos están pringaos unos por protagonistas, otros por "in cresendo, in vigilando" nadie se libra.

fractalio dijo...

Enrique, la casta es el efecto, no la causa. Los verdaderos ladrones son los que hacen la preselección de los aspirantes a casta, y los votantes son los que hacen la entrevista y deciden quiénes serán contratados con un sueldo fijo de por vida y enormes comisiones mientras estén legislando a favor de los grandes ladrones. Lo jodido de todo esto es que somos los ciudadanos los que pagamos los sueldos y las comisiones de la casta, pero además -y ahí está el grueso de la cuestión- el beneficio ingente de los ladrones. Mientras sigamos pensando sólo en lo que se llevan los políticos y no queramos ver lo que están amasando impunemente sus empresarios, no podremos salir del bucle en el que estamos. Y mientras tanto, grandes ladrones y casta han ido tejiendo un inexpugnable blindaje mutuo que nos han dejado en la mayor de las indefensiones imaginable. De ahí que el límite ese que preguntas dónde está sea invisible e inimaginable.

Enrique Suárez dijo...

fractalio, creo que no nos vamos a poner de acuerdo, porque tu consideras casta el lugar donde acaba el dinero, y yo considero casta el lugar por donde se escapa, y se escapa por los políticos corruptos. Lo que tu denominas casta yo lo denomino negocios, pero eso es una cuestión ideológica.
A mí no me importa que alguien se forre, lo que me importa es que lo haga con el dinero de los demás que administra, vulnerando la ley y prometiendo justicia cuando comete corrupción ininterrumpida.

Vamos a dejarnos de cuestiones morales, que no vienen al caso, y vayamos a los hechos. Hay ladrones en el poder, hay que eliminarlos y a los que les apoyan también.

fractalio dijo...

Bueno, en una cosa sí estamos de acuerdo, y es en que no nos vamos a poner de acuerdo. Porque lo que tú denominas “negocios” son los amos del infinito capital amasado fraudulentamente gracias a las leyes injustas y a su favor, dictadas por la casta (impuesta y controlada por ellos como legisladores y gobernantes), que dejan en la indefensión y en la ruina más absoluta a cualquiera que intente competir honestamente con ellos. De cada cien euros que se escapa de nuestros bolsillos sin tenerse que haber escapado, uno o dos van para la casta, y noventa y ocho o noventa y nueve para los de los “negocios”. Y además cuentan con la propiedad y el control de los mass media, a través de los cuales nos lavan el cerebro y nos van etiquetando como gilipollas si no consumimos las auténticas chorradas que van desfilando por sus muestrarios absurdos e hilarantes. Y para colmo, nos creemos en posesión de la libertad, porque consumimos lo que nos da la gana. A mí sí me importa que alguien se forre con estos métodos que desgraciadamente parecen ser todavía ocultos, cuando están más a las claras que la luz del sol.
Avanzaríamos mucho más si eliminásemos directamente a los que ponen a los ladrones en el poder para que actúen a su dictado, porque a éstos no hay manera humana de eliminarlos mientras tengan el setenta y cinco por ciento de fans, a los que es imposible eliminar.

Enrique Suárez dijo...

La única diferencia de España con otros países, fractalio, es que mientras en otros lugares saben que los políticos les hacen daño, aquí la gente todavía piensa que "sólo algunos políticos corruptos" les hacen daño, a los "demás" se les puede salvar, por ejemplo a los de IU y UPyD, por poner un par de ejemplos... Pretenden cambiar los collares a los perros que les acabarán devorando. Eso sólo pasa en España, país de creyentes...

fractalio dijo...

Bueno, pues al parecer, eso pasa en todos los países, de ahí que no se salga de demócratas y republicanos, laboristas y conservadores, socialdemócratas y demócrata-cristianos... O sea, los equivalentes al PP$ó€. Estoy de acuerdo en lo de los creyentes que pretenden cambiar los collares a los perros, pero no tienen nada que hacer, en el momento en el que empezaran a tener una relevancia significativa, serían diluidos cual azucarillos dentro del PP o del el P$ó€, o eliminados de un plumazo por tocapelotas por los corruptos primeros, que son los que han aprendido que sólo desde el forofismo bipartidista les funcionan los “negocios” a la perfección.
Y en otros países, puede que sepan que los políticos les hacen daño (creo que no, a la vista de las participaciones electorales), pero lo que tampoco saben, igual que aquí, es el daño que les están haciendo los jefes de sus políticos, que son los mismos que los de los políticos de todos los países.
Imposible vencer a un enemigo que no sólo no es considerado como tal, sino que para más inri es percibido como amigo. ¡Anda, que lo llevamos claro!

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