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lunes, 29 de abril de 2013

Los pactos de la casta



"Cuando los que gobiernan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto" Georg Christoph Lichtenberg.

En el crepúsculo de su agonía, los de la casta política nos quieren crujir a impuestos, mientras nos hornean en los recortes y otras extorsiones legales. Mira que se tienen bien montado el negocio estos sinvergüenzas del PP, PSOE y los demás. Ellos, tan felices, teniendo ocurrencias y sus votantes pasándolas putas por la gracia de Dios.

No se dan cuenta estos mentecatos, degenerados en mequetrefes, de que los ciudadanos europeos del sur estamos hasta las gónadas de sus ocurrencias, que a ellos les permite seguir viviendo magníficamente, mientras los demás soportamos las inclemencias del tsunami de corrupción que se han inventado para imponer su impostura.

Los españoles estamos fritos a estupideces, como los griegos, los portugueses o los italianos, y creo que somos más de 100 milones de europeos dispuestos a dar la brasa, hasta que desalojemos de las instituciones a tanto mangante y usurpador, que utiliza la democracia para medrar sin merecerse el magnífico sueldo que cobra, mientras diez millones de sus compatriotas mendigan para vivir, a sus familias, a la sociedad o al sursum corda.

Que no van a pasar sobre nuestros hijos para que los suyos se conviertan en el recambio endogámico de la opresión, lo de la casta se ha acabado, además, es hora de imponerles la inhabilitación eterna a todos los que han ocupado cargo político en estos países, tanto si han robado como si han callado, porque inocente no hay ninguno y el que no es delincuente, es cómplice. Que sí, que no hay ninguno que pueda ser salvado de la quema que viene.

Que no se puede consentir bajo ningún concepto que en España haya 6,2 millones de parados que podrían formar una cadena humana desde Lisboa a Bagdad sobre un camino de cuatro metros de ancho tapizado con billetes de 500 euros trincados por el PSOE, PP, IU, UPyD, CIU, PNV, otros y sindicatos, a los españoles desde la corrupción.

Que no vamos a aceptar PACTOS DE LA CASTA (también conocidos como "pactos del duerno"), como los que se han hecho en Grecia entre los socialistas y los conservadores, o recientemente en Italia, para formar gobierno entre los de Bersani y Berlusconi, o como el que propone Rubalcaba, ¡cualquier acuerdo es bueno para salvar su culo!, para tapar toda la mierda de la que tienen que dar explicaciones y esquivar a la justicia que tiene que llevarlos a la cárcel. Como si les importara a la casta si sus torpezas e ineptitudes produjeran pobres o parados.

Se ha acabado el chollo, quien no sabe mandar, no puede exigir a los demás que obedezcan y quien no cumple con su palabra mintiendo a los ciudadanos para alcanzar el poder debe ser expulsado del poder, cuanto antes, porque no sólo es un peligro para el país, sino para las instituciones, la libertad y la democracia.

Así que los jueces españoles ya pueden ir poniéndose las pilas, porque si siguen en la misma actitud complaciente y connivente con el poder, habrá que regresar a la boulé, y a la elección de representantes públicos por sorteo, como se hacía en la antigua Grecia.

Basta de farsas y de fraudes. España se pone en pie,  porque los españoles vamos a por aquellos que la han derribado para mantener sus asquerosos privilegios en un prodigio de impostura. 

Hay que exigir la convocatoria de elecciones, cualquier opción que salga será mejor que la que tenemos en el poder (y en la oposición): unos advenedizos asfixiados por su propia incompetencia.

Enrique Suárez 

4 comentarios:

Unknown dijo...

Allá por la época de los gobiernos de Felipe González, sufrí una crisis de desesperanza y depresión, al ver cómo, éste país, aceptaba a toda velocidad y sin la menor reticencia entrar en la Economía Neo-liberal y el consumismo más delirante (¡¡disfrazados de "progresismo" y, encima, de la mano de un partido que se decía "socialista"!!).
Me ayudó a salir de esa situación una entrevista a José Luis Sanpedro, que tuve la ocasión de leer en la revista Muy Interesante. Venía a decir allí, lo que después a repetido y desarrollado en múltiples ocasiones: que esta civilización (o "modelo de sociedad", si lo prefieren) está ya en su última etapa y que, inevitablemente y, como siempre ha ocurrido en la Historia, será sustituida por otra nueva. Recordé, también, entonces una sentencia de Ortega y Gasset: "Todas las civilizaciones (...) tienen la pretensión de ser eternas".
Sin necesidad de recurrir a "teorías conspiranoicas" y siguiendo, simplemente la dinámica implícita en los "mecanismos" del mercado, puede verse que, lo que está ocurriendo, no es ninguna "crisis", sino la aceleración, vertiginosa, eso si, del proceso iniciado allá por el s. XV, de cada vez mayor porción de la "riqueza" mundial en cada vez menos manos.
No nos engañemos: los "políticos" son solo un instrumento (mediante la sumisión al "sistema", el espejismo de "formar parte" de las élites del poder, y el soborno puro y duro -la "corrupción"-) de las cúpulas económico-financieras que dominan el Mundo. Un instrumento que está empezando a ser prescindible, en cuanto que, con el proyecto del control absoluto, a través de los bancos, una vez eliminado el dinero efectivo, de toda operación económica, por mínima que sea, les bastará con un reducido equipo de "gestores técnicos" para dirigirlo todo.
Ante esto, al ciudadano (que cada día lo es menos) de a pie, solo le queda, o languidecer, hasta morir, en la ilusoria esperanza de una "corrección", de una "vuelta atrás• o buscar alternativas de supervivencia en los márgenes, las rendijas, los pliegues, del "sistema" (ya está comenzando a ocurrir) que, en la medida en que se consoliden y extiendan, formará la base de la futura civilización.
Entre tanto, la resistencia (activa y pasiva), las movilizaciones, mejor cuanto más masivas sean, cumplen dos funciones importantes: ralentizar, en la medida de lo posible, el proceso de destrucción (disminuyendo así los niveles de sufrimiento) y de elemento de "distracción" evitando que la atención de los poderosos se fije demasiado en esas otras alternativas económicas (y también sociales y políticas, en cuanto que no podrán darse sino en un ambiente de solidaridad y participación).
Todo esto, seguramente les parecerá exagerado, catastrofista y hasta apocalíptico. Pero, por favor, infórmense, observen y analicen el discurrir de los acontecimientos y saquen sus propias conclusiones.

fractalio dijo...

Juan Ramón, no puedo estar más de acuerdo. Exactamente lo que has expresado en este comentario es lo que vengo diciendo aquí y en otros blogs, así como en vivo y en directo a todos los de mi entorno. Porque no hay más que abrir los ojos para ver lo que ocurre. Y lo que ocurre es inalterable, cuando lo ves ya ha ocurrido, y eso no hay quien lo cambie, por mucho que te suelten la manida retahíla del color del cristal con que se mira, y de que no hay verdades absolutas, todo es relativo, y bla, bla, bla.

Pero hay dos cosas curiosas en esto. Una es que todos aquellos que te han discutido hasta la saciedad, te han llamado todo tipo de lindezas y te han mirado con desprecio absoluto por no repetir como un loro las consignas vomitadas por los medios de comunicación, los tertulistos y los econolistos, al cabo de los años son los que te vienen a convencer a ti de lo mismo que te discutieron hace tiempo. Ni siquiera se preocupan de echar mano de la memoria, para decírselo a otro, no precisamente al que le trató de convencer de abrir los ojos cuando se negaba. Y la otra curiosidad es que nadie se siente parte de la trama, nadie considera que ha sido un colaboracionista más, por activa o por pasiva, con el sistema colapsado. La culpa siempre es de los demás. Curioso, curioso.

Enrique Suárez dijo...

Las teorías pueden ser diversas para explicar los hechos, más cuando los hechos resultan inexplicables.

Lo que está ocurriendo no es otra cosa que la elevación al poder de la chusma más incompetente que ha acontecido en este país desde la época en que Godoy era nombrado Príncipe de la Paz.

Los contextos globales, ni históricos, no explican mejor que los locales y circunstanciales lo acontecido.

Simplemente lo que varían son los puntos de vista.

José Ramón y Fractalio, no puede acudirse al elevado crecimiento de la criminalidad para explicar el crimen de Cuenca, salvo que se quiera ocultar quienes fueron sus autores. Se puede hacer extensivo al 11-M, el 23-F o cualquier otra circunstancia singular acontecida en España.

fractalio dijo...

Cuando los contextos locales y circunstanciales se enmarcan en los globales e históricos, es mucho más seguro analizar desde éstos y después descender con las conclusiones a aquellos. Así el error es minimizado, mientras que en el proceso contrario, el error se multiplica.

Cuando se ha visto un absoluto paralelismo, aunque en diferido, en los procesos de la gestión de lo privado a nivel multinacional y el posterior copia-pega a la gestión de lo público, también a nivel multinacional, es sencillísimo predecir lo que ocurrirá en el segundo ámbito simplemente aplicando un sencillo silogismo. Lo que está ocurriendo ahora en la administración de lo público es exactamente lo que ya lleva décadas ocurriendo en la administración de lo privado. Si se han copiado los mecanismos, los resultados serán idénticos. Cuando se inflaciona todo, todo casca, tan simple como eso. Cuando se infla un globo ininterrumpidamente, tarde o temprano revienta, no hay discusión posible. Y cuando en la huída por delante fue necesario colocar en los puestos clave de la gestión de lo privado a personas cada vez más sumisas y menos preparadas para pensar, y después esas mismas personas y/o otras con el mismo perfil son cada vez más imprescindibles en la gestión de lo público, ¿puede ocurrir algo diferente? Evidentemente, NO.

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