“La política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados” Groucho Marx
Todo es relativo en política, aunque pudiera no serlo, si realmente los ciudadanos exigiéramos coherencia entre los discursos sobre los propósitos anunciados y los hechos realizados. No hay consecuencia alguna en la política. Tenemos en el Gobierno, todavía, a un Presidente que prometió en su día pleno empleo y hoy, hay en España cinco millones de parados. Este país no puede funcionar bien cuando cualquier ciudadano exige con vehemencia una restitución a un camarero que le ha dado mal la vuelta al pagar una consumición, mientras que a un mandatario que ha estafado, dialécticamente hablando, a 46 millones de españoles, no le exige nada.
¿Por qué los ciudadanos actuamos con inusual prudencia con los políticos que nos engañan cada día, sin propósito alguno de enmienda? No se puede ser tan tolerante, tan condescendiente, con un Gobierno que cobra impuestos con precisión científica, mientras ofrece resultados espureos e intangibles. Ni con una oposición que no sabe intervenir para corregir los dislates. A igualdad de sueldo, a un profesional, a un funcionario, a cualquier trabajador, se le exige cien veces más que a un político, que sólo está sujeto a leyes especiales y aforamientos feudales, y a no rendir cuentas más que ante las urnas, eso es una injusticia inadmisible, un principio de desigualdad que condiciona todo lo demás.
¿Por qué nos respetamos tan poco? El problema no es exclusivamente que los políticos no respeten a los ciudadanos que les eligen, sino que los ciudadanos que elegimos a los políticos no nos respetamos en absoluto, al elegirlos con la garantía de que nos acabarán defraudando y seguimos haciéndolo, sin saber las condiciones del contrato, ni los resultados que pueden ofrecernos realmente. No lo haríamos nunca al compra un móvil, un cohe o un electrodoméstico, pero la política nos hipnotiza de tal forma que dejamos de ser seres racionales para convertirnos en adocenados votantes.
Es triste el desenfoque que los ciudadanos tenemos de la realidad, gracias a los medios de desinformación que padecemos. Los problemas en España no se dirimen entre que el PSOE o el PP tengan razón, eso es lo más intrascendente, porque debemos enfocar nuestra atención a que los personajes que nos representan cobran todos los meses sueldos enormes, que ni les corresponden por su inteligencia, ni por su esfuerzo, ni por su dedicación, para hacer las cosas mal y no rendir cuentas ante nadie.
Sin duda, esperar que en este país se produzcan soluciones que provengan de la política es algo tan probable como encontrar una aguja en un pajar con diez toneladas de paja, algo que se acerca más a la imposibilidad que a la improbabilidad.
¿Por qué los políticos no se examinan para poder ocupar un cargo con poder que puede fastidiarnos la vida?. Cualquier trabajador de este país para acceder a un cargo público debe hacer una oposición y competir con otros para obtener un puesto, mientras que los políticos sustituyen la demostración de su habilidad personal y adecuación oportuna, por el carnet de un partido que les permite acceder al poder, sin más requisitos que la mayoría de edad.
La gente se pregunta en la calle como pueden ir las cosas tan mal, es fácil comprender el porqué; si usted coloca a los más inútiles de nuestra sociedad tomando las decisiones sobre nuestra vida pública y privada, el resultado sólo puede ser el que estamos contemplando: un auténtico desastre.
Creo que la crisis económica, nacional e internacional, está ocultando realmente lo que los políticos no quieren que se sepa: su tremenda incapacidad para abordar los problemas que existen en nuestra sociedad y lo carísimos que nos salen no sólo por lo que cobran directamente, sino por todo lo que despilfarran con sus decisiones insólitas.
En un sistema con libertad una perversión tan infame, un expolio tan flagrante, una depravación tan diletante sólo se puede sostener con un aparato de propaganda y adoctrinamiento más propio de regímenes totalitarios que democráticos, es decir, gracias a unos medios de comunicación que desinforman e intoxican a los ciudadanos con insidia, y orientan la opinión pública hacia lo accesorio, mientras la apartan de lo fundamental.
Si España ha regresado veinte años hacia atrás gracias al PSOE que nos anunciaba progreso, ni me imagino hasta donde podemos llegar el día que los conservadores intenten mantener las cosas como están, para no perder sus privilegios. Es necesario avanzar por nuevos caminos para llegar a destinos diferentes, salir de este empantanamiento político en el que vivimos, antes de que el fango que producen los próceres nos acabe asfixiando. ¡Como para no estar indignado y absorto!
Enrique Suárez
Todo es relativo en política, aunque pudiera no serlo, si realmente los ciudadanos exigiéramos coherencia entre los discursos sobre los propósitos anunciados y los hechos realizados. No hay consecuencia alguna en la política. Tenemos en el Gobierno, todavía, a un Presidente que prometió en su día pleno empleo y hoy, hay en España cinco millones de parados. Este país no puede funcionar bien cuando cualquier ciudadano exige con vehemencia una restitución a un camarero que le ha dado mal la vuelta al pagar una consumición, mientras que a un mandatario que ha estafado, dialécticamente hablando, a 46 millones de españoles, no le exige nada.
¿Por qué los ciudadanos actuamos con inusual prudencia con los políticos que nos engañan cada día, sin propósito alguno de enmienda? No se puede ser tan tolerante, tan condescendiente, con un Gobierno que cobra impuestos con precisión científica, mientras ofrece resultados espureos e intangibles. Ni con una oposición que no sabe intervenir para corregir los dislates. A igualdad de sueldo, a un profesional, a un funcionario, a cualquier trabajador, se le exige cien veces más que a un político, que sólo está sujeto a leyes especiales y aforamientos feudales, y a no rendir cuentas más que ante las urnas, eso es una injusticia inadmisible, un principio de desigualdad que condiciona todo lo demás.
¿Por qué nos respetamos tan poco? El problema no es exclusivamente que los políticos no respeten a los ciudadanos que les eligen, sino que los ciudadanos que elegimos a los políticos no nos respetamos en absoluto, al elegirlos con la garantía de que nos acabarán defraudando y seguimos haciéndolo, sin saber las condiciones del contrato, ni los resultados que pueden ofrecernos realmente. No lo haríamos nunca al compra un móvil, un cohe o un electrodoméstico, pero la política nos hipnotiza de tal forma que dejamos de ser seres racionales para convertirnos en adocenados votantes.
Es triste el desenfoque que los ciudadanos tenemos de la realidad, gracias a los medios de desinformación que padecemos. Los problemas en España no se dirimen entre que el PSOE o el PP tengan razón, eso es lo más intrascendente, porque debemos enfocar nuestra atención a que los personajes que nos representan cobran todos los meses sueldos enormes, que ni les corresponden por su inteligencia, ni por su esfuerzo, ni por su dedicación, para hacer las cosas mal y no rendir cuentas ante nadie.
Sin duda, esperar que en este país se produzcan soluciones que provengan de la política es algo tan probable como encontrar una aguja en un pajar con diez toneladas de paja, algo que se acerca más a la imposibilidad que a la improbabilidad.
¿Por qué los políticos no se examinan para poder ocupar un cargo con poder que puede fastidiarnos la vida?. Cualquier trabajador de este país para acceder a un cargo público debe hacer una oposición y competir con otros para obtener un puesto, mientras que los políticos sustituyen la demostración de su habilidad personal y adecuación oportuna, por el carnet de un partido que les permite acceder al poder, sin más requisitos que la mayoría de edad.
La gente se pregunta en la calle como pueden ir las cosas tan mal, es fácil comprender el porqué; si usted coloca a los más inútiles de nuestra sociedad tomando las decisiones sobre nuestra vida pública y privada, el resultado sólo puede ser el que estamos contemplando: un auténtico desastre.
Creo que la crisis económica, nacional e internacional, está ocultando realmente lo que los políticos no quieren que se sepa: su tremenda incapacidad para abordar los problemas que existen en nuestra sociedad y lo carísimos que nos salen no sólo por lo que cobran directamente, sino por todo lo que despilfarran con sus decisiones insólitas.
En un sistema con libertad una perversión tan infame, un expolio tan flagrante, una depravación tan diletante sólo se puede sostener con un aparato de propaganda y adoctrinamiento más propio de regímenes totalitarios que democráticos, es decir, gracias a unos medios de comunicación que desinforman e intoxican a los ciudadanos con insidia, y orientan la opinión pública hacia lo accesorio, mientras la apartan de lo fundamental.
Si España ha regresado veinte años hacia atrás gracias al PSOE que nos anunciaba progreso, ni me imagino hasta donde podemos llegar el día que los conservadores intenten mantener las cosas como están, para no perder sus privilegios. Es necesario avanzar por nuevos caminos para llegar a destinos diferentes, salir de este empantanamiento político en el que vivimos, antes de que el fango que producen los próceres nos acabe asfixiando. ¡Como para no estar indignado y absorto!
Enrique Suárez
7 comentarios:
Un inútil, si ve que no puede con ello xq se le hace grande o imposible la obra, siempre puede pedir ayuda, que alguien le eche una mano.
Ya no es solo que sean inútiles, es que pecan de soberbios y carecen de conciencia.
¿Cómo se puede exigir coherencia dándoles permiso con el voto para seguir haciendo lo mismo? Y mucho me temo que usted irá a votar el 20N. Pues le diría que menos bla bla bla y más retirar el permiso para poder después pedir responsabilidades. Porque usted sabe perfectamente que mientras haya un 75% de participación, aquí nada cambiará, y si no lo sabe, ya se lo digo yo. Es de cajón: con esos permisos, seguirán legislando para sus jefes, como lo han hecho hasta ahora. Y a cambio sus jefes les seguirán concediendo el blindaje legal suficiente como para que nadie les pueda tocar las narices (además de mantenerles las suculentas prebendas y el blindaje económico). Aquí, y en todo el mundo.
Mire Enrique, cuando haya políticos mileuristas que tomen la determinación de que no pase ni un día más sin comenzar a desmantelar los paraísos fiscales y las leyes que los permiten, no creeré en ninguno de ellos, por muy maravilloso que pueda parecer. Y eso es un asunto internacional, no es asunto de PP ni P$ó€. Y eso es asunto de la población, de todos nosotros, no de los políticos ni de los banqueros ni de los presidentes de las mafias multinacionales asociadas.
fractalio, ¿por qué coinciden tus argumentos de exposición y explicación de la crisis con los que trata de colocarnos el PSOE?. La verdad que me maravilla la coincidencia, y al mismo tiempo, por cierto, exculpar a los políticos españoles de cualquier responsabilidad en la crisis política, económica e institucional en España.
Por todas esas razones tan magistralmente expuestas Sr. Suarez, los que sí nos respetamos y no permitimos que se insulte a nuestra inteligencia NO VOTAMOS. Creo que el problema va a encontrar en breve la solución. Estamos en puertas de una ruina estrepitosa y total con hospitales, centros de salud, escuelas, bancos, ministerios y Congreso (de la infamia) cerrados a cal y canto, sin ejército ni policía. Todo desaparecido por falta de pago. Sin luz ni para semáforos. Es la única solución, que está muy próxima, que limpiará todo de gentuza, la verdadera limpieza de los establos de Augías. No se podrá votar porque no habrá ni tan siquiera colegios electorales. Por un tiempo reinará el mundo de Mad Max mientras ante el desastre, buscamos y encontramos soluciones entre la gente válida y honrada, que la hay, por supuesto.
Enrique, he estado un buen rato leyendo y releyendo mi anterior comentario, intentando ver de dónde se puede extraer, de forma explícita o tácita, o leyendo entre líneas, o las posibles entrelíneas de las entrelíneas, la conclusión de que mis argumentos de exposición coinciden con la explicación de la crisis que trata de colocarnos el P$ó€, y de verdad que me considero incapaz de averiguarlo.
Sólo he dicho: diciendo lo que dice de los políticos (y estoy de acuerdo con todo), ¿por qué va usted a votar y a pedir el voto a Cascos? ¿Es el Robin Hood de la política, o el Llanero Solitario? ¿Es que no ha demostrado ya suficientemente que no lo es? Y suponiendo que lo fuese, ¿cree que se iba a poder jalar una rosca entre la gentuza que le rodea? Y he añadido: el problema que tenemos es que no somos capaces de exigir a nuestros representantes que vayan ya, de una puñetera vez, a sacar lo robado del escondite y a devolverlo a sus legítimos dueños.
Y todo eso no tiene nada que ver, que yo sepa, con la explicación que trata de colocarnos el P$ó€ sobre la crisis.
En cuanto a exculpar a los políticos españoles de cualquier responsabilidad en la crisis política, económica e institucional de España, bien sabe usted que no es así, no nos conocemos precisamente desde ayer. De acuerdo que cuando he dicho que “no es asunto de PP ni P$ó€”, debería haber dicho “no es asunto de PP ó de P$ó€”. Cualquiera que lea un comentario mío por primera vez, podría interpretar esa exculpación, pero vamos, a nada que haya leído más comentarios, es imposible llegar a tal conclusión.
Sigo diciendo lo mismo de siempre, que este país no está aislado, que es un engranaje más de la maquinaria mundial, y que nuestro problema no es exclusivo nuestro, aunque seamos de los alumnos más aventajados. Repito y repetiré hasta que se me caiga la lengua a cachitos que TODOS los políticos son delincuentes, ya sólo por el hecho de colaborar y de encubrir a una sistema MAFIOSO, que no sólo legisla a favor únicamente de ellos y de sus dueños, sino que para más INRI y colmo de los colmos, se pasan las leyes por el forro de los mismísimos cada vez que les interesa o que se lo ordenan desde arriba.
Don Enrique pues a aplicarse la lección porque votar para tener lo que ahora tememos en el Principado de Asturias es como el chiste del lorito...Yo no voto, no tengo partido que me represente y si mucha gente hicera lo mismo, otro gallo cantaría, porque visto lo visto, entre ZP y Cascos, tanto monta, monta tanto... un dolor y no veo yo la diferencia,y para no gobernar o dejar a ASTURIAS como un solar como está haciendo Foro vale más quedarse en casa y para más inri tú que defiendes tanto a todos estos lo poco que hacen lo hacen mal y mayoría de los asturianos hasta el gorro de tragar cristales de botella con todos los dislates de estos si ahora en España consigue que le voten sus afiliados que se de con un canto en los dientes.
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