Buscando alguna información actual sobre la sociedad dual, he descubierto que Joaquín Estefanía ha escrito recientemente sobre este mismo tema en El País, aunque lo ha hecho de una forma bastante light, refiriéndolo exclusivamente al mercado laboral. La sociedad dual ha sido descrita por numerosos sociólogos, pero quizás haya sido Alain Touraine el que le ha dedicado más atención.
Este modelo de estructura social, consiste en una fragmentación que discrimina irreversiblemente la sociedad integrada de la sociedad excluida, con una frontera prácticamente inexpugnable entre ambas. Se puede resumir en que una parte de la sociedad tiene acceso completo a prácticamente todos los privilegios, mientras otra parte tiene acceso a todas las desposesiones de la vida social. Entre ambas un magma de gente que aspira a localizarse en el tramo beneficiado y huir del desfavorecido. Algunos autores consideran que el factor diferencial que distingue ambas es el trabajo.
Para determinar la diferencia podemos utilizar dos ejemplos, un funcionario y un inmigrante recién llegado. El funcionario tendrá acceso durante toda la vida a los beneficios de la vida social, mientras el inmigrante solo tendrá acceso a alguno y no de forma continuada. El primero vivirá en un régimen de plenos derechos, y el segundo en uno de plenas dificultades. El primero vivirá en un lugar determinado, tendrá un vehículo, todas las comodidades en su hogar, enviará a sus hijos posiblemente al mismo colegio durante su infancia y tendrá una vida organizada con periodos de trabajo y ocio. El segundo se buscará la vida, posiblemente en la economía sumergida, vivirá en un piso patera con otros en igual situación, solo accederá de vez en cuando a un trabajo con derechos sociales en el que con seguridad será explotado, y posiblemente tenga problemas para fundar una familia, tener hijos, o comprarse una vivienda y disponer de comodidades en el hogar.
Y pueden vivir en la misma ciudad, pasear por las mismas calles, disfrutar de algunos servicios públicos, pero el funcionario podrá acceder a situaciones que el emigrante jamás alcanzará en su vida. Evidentemente, el panorama que nos ofrece este modelo de sociedad es aterrador y forma una burbuja de opresión y violencia que corre peligro de estallar en cualquier momento.
Ciertamente las cosas no son exactamente así, porque el modelo de la sociedad dual que los socialdemócratas se empeñan en asignar a los neoliberales, en realidad no existe, es una proyección delirante al servicio de la propaganda, aunque realmente atractivo para los intereses políticos de los que se benefician de crear “conciencia social” en la población.
Un mundo injusto
Cierto es que el mundo no es demasiado justo en cuanto a la cuestión económica, en las sociedades occidentales el 20 % de la población más privilegiada controla el 60 % de los recursos, y el 20 % de la población más desfavorecida apenas llega al 10 % de los mismos, lo que coincide con las cifras de pobreza en nuestro país.
Riqueza y pobreza siempre la ha habido en la historia social, y no hay ningún país en el mundo que la haya resuelto, incluso tras los experimentos del socialismo real, que mantuvieron prácticamente las mismas cotas de desigualdad, eso sí, con un mensaje de justicia social que nunca se cumplió. No hay igualdad social, ni en Cuba, ni en China, hay privilegiados y desfavorecidos, como en todas partes.
Quienes nos azotan con la necesidad de alcanzar mayores cotas de justicia social, no hablan habitualmente de seres humanos concretos, porque consideran que todos los seres humanos somos iguales y únicamente iguales, lo que resulta una estólida memez. La igualdad plena entre los seres humanos es una utopía, y además una necedad.
Precisamente es la diversidad, como nos refiere Geertz, lo que caracteriza a los seres humanos, porque en una condición de igualdad de oportunidades unos seres humanos se atreven a dar un paso arriesgado hacia su futuro, se caen y se levantan, y siguen adelante lamiéndose las heridas, y otros se quedan esperando a que la oportunidad les visite en su domicilio. Evidentemente, sería extraordinariamente injusto que los dos disfrutaran de las mismas condiciones de vida, solo por el hecho de haber nacido.
En el caso de los inmigrantes, que pronto será un problema en nuestro país, hasta los indicadores económicos consideran que el lugar donde más inmigrantes se asientan es un reflejo de la actividad económica y las oportunidades de ganarse la vida. Y precisamente, es en estos lugares, donde los que no tienen empleo, culpan a los inmigrantes de habérselo arrebatado. Craso error, porque un inmigrante siempre parte con más dificultades para encontrar un trabajo estable, bien remunerado, y cuando lo consigue, no es porque nadie se lo haya regalado, sino porque se lo merece. Y aquí tenemos uno de los graves dilemas a los que se enfrenta la socialdemocracia, porque si favorece a quien le vota, perjudica a quien se ha ganado la oportunidad de trabajar, en desigualdad de condiciones de partida. Sería injusto, muy injusto desposeer al inmigrante de lo que ha logrado por sus propios medios.
La sociedad escalar: una alternativa a la sociedad dual
No conozco que este término haya sido utilizado con anterioridad, por lo que se hay algún autor al que le esté pisando su trabajo, le pido disculpas, pero me parece oportuno utilizar el modelo para definir algunas cuestiones.
El mundo va hacia una sociedad escalar, no se quedará atrapado en una sociedad dual. La sociedad escalar es la que permite atravesar las fronteras de delimitación entre las clases privilegiadas y las desfavorecidas. En el ejemplo de los inmigrantes que he puesto con anterioridad se aprecia con claridad, hay inmigrantes que se integran plenamente y autóctonos que no lo hacen en su vida, disfrutando incluso de más posibilidades de partida. Los inmigrantes saben que solo pueden vivir del favor público una temporada escasa, pero hay autóctonos que se han habituado a vivir del erario público sin dar golpe, muchos ocupan puestos políticos y sindicales bien remunerados, pero protestan por la injusticia “que afecta a los demás”, y claman por la tremenda injusticia de la pobreza, pero no reparten sus ingresos con los más desfavorecidos, más bien los incrementan en la defensa sistemática de la opresión capitalista que impide a un porcentaje de la sociedad abandonar la pobreza.
Vamos hacia una sociedad en la que el trabajo será un bien escaso, por lo que los que ofrezcan una opción más competitiva se quedarán con los mejores puestos, mientras que los que viven de contarnos la de injusticias que hay en este mundo se quedarán sin trabajo, pero eso no es injusto, es extraordinariamente justo, porque el que más da, más se merece y menos quita, porque los que quitan a los demás sin dar nada, son los que están aprovechándose.
La sociedad escalar es la que realmente se puede considerar justa, quien da lo mejor que tiene, se merece lo mejor, y quien no da nada, pudiendo darlo, se merece lo peor. Pero la sociedad escalar rompe el esquema de vida de los parásitos sociales. Y eso es lo que preocupa a muchos de ellos que llevan utilizando la propaganda desde hace décadas para convencernos de que estar afiliado a un sindicato o a un partido político de izquierdas es un valor, más importante incluso, que haberse hecho una carrera con doctorado incluido.
La sociedad escalar cierra las puertas a los favores y privilegios del poder, y exige que para ocupar un puesto de representación pública hay que demostrar que se reúnen condiciones suficientes para ello, aunque se haya sido elegido por un partido político o un sindicato para obtener el privilegio, no vale con protestar, también hay que dar trigo o haberlo dado, cuando se tuvo ocasión.
Los mejores deben ocupar los puestos más altos de nuestra sociedad, eso es justo, lo injusto es que mediocres reconocidos se vean beneficiados por la fortuna política y ocupen cargos y puestos que no se merecen. Es hora de que la sociedad española se libere del chantaje social a que está siendo sometida desde hace años, por quienes diciendo que defienden a los demás, exclusivamente pretenden mantenerse encaramados en el privilegio, por el mero hecho de contarnos que el mundo es injusto si ellos no están en lo más alto, y llevando años estando en lo más alto, el porcentaje de pobres sigue siendo el mismo, el 20 %, igual que hace 30 años, cuando comenzamos a disfrutar de la democracia en nuestro país y posiblemente aumente a partir de ahora.
La escala de privilegios sociales debe correlacionar exactamente con la escala de esfuerzo demostrado, la injusticia social es precisamente que los que alcancen los privilegios, lo hayan hecho vendiendo el humo de la salvación del prójimo, mientras se salvan ellos exclusivamente.
Si en las sociedades occidentales hemos llegado a alcanzar cotas de bienestar inimaginables hace cien años, ha sido gracias a quienes lo han hecho posible, no a los que se han dedicado a contarnos que se pudo haber hecho mejor.
Biante de Priena
Este modelo de estructura social, consiste en una fragmentación que discrimina irreversiblemente la sociedad integrada de la sociedad excluida, con una frontera prácticamente inexpugnable entre ambas. Se puede resumir en que una parte de la sociedad tiene acceso completo a prácticamente todos los privilegios, mientras otra parte tiene acceso a todas las desposesiones de la vida social. Entre ambas un magma de gente que aspira a localizarse en el tramo beneficiado y huir del desfavorecido. Algunos autores consideran que el factor diferencial que distingue ambas es el trabajo.
Para determinar la diferencia podemos utilizar dos ejemplos, un funcionario y un inmigrante recién llegado. El funcionario tendrá acceso durante toda la vida a los beneficios de la vida social, mientras el inmigrante solo tendrá acceso a alguno y no de forma continuada. El primero vivirá en un régimen de plenos derechos, y el segundo en uno de plenas dificultades. El primero vivirá en un lugar determinado, tendrá un vehículo, todas las comodidades en su hogar, enviará a sus hijos posiblemente al mismo colegio durante su infancia y tendrá una vida organizada con periodos de trabajo y ocio. El segundo se buscará la vida, posiblemente en la economía sumergida, vivirá en un piso patera con otros en igual situación, solo accederá de vez en cuando a un trabajo con derechos sociales en el que con seguridad será explotado, y posiblemente tenga problemas para fundar una familia, tener hijos, o comprarse una vivienda y disponer de comodidades en el hogar.
Y pueden vivir en la misma ciudad, pasear por las mismas calles, disfrutar de algunos servicios públicos, pero el funcionario podrá acceder a situaciones que el emigrante jamás alcanzará en su vida. Evidentemente, el panorama que nos ofrece este modelo de sociedad es aterrador y forma una burbuja de opresión y violencia que corre peligro de estallar en cualquier momento.
Ciertamente las cosas no son exactamente así, porque el modelo de la sociedad dual que los socialdemócratas se empeñan en asignar a los neoliberales, en realidad no existe, es una proyección delirante al servicio de la propaganda, aunque realmente atractivo para los intereses políticos de los que se benefician de crear “conciencia social” en la población.
Un mundo injusto
Cierto es que el mundo no es demasiado justo en cuanto a la cuestión económica, en las sociedades occidentales el 20 % de la población más privilegiada controla el 60 % de los recursos, y el 20 % de la población más desfavorecida apenas llega al 10 % de los mismos, lo que coincide con las cifras de pobreza en nuestro país.
Riqueza y pobreza siempre la ha habido en la historia social, y no hay ningún país en el mundo que la haya resuelto, incluso tras los experimentos del socialismo real, que mantuvieron prácticamente las mismas cotas de desigualdad, eso sí, con un mensaje de justicia social que nunca se cumplió. No hay igualdad social, ni en Cuba, ni en China, hay privilegiados y desfavorecidos, como en todas partes.
Quienes nos azotan con la necesidad de alcanzar mayores cotas de justicia social, no hablan habitualmente de seres humanos concretos, porque consideran que todos los seres humanos somos iguales y únicamente iguales, lo que resulta una estólida memez. La igualdad plena entre los seres humanos es una utopía, y además una necedad.
Precisamente es la diversidad, como nos refiere Geertz, lo que caracteriza a los seres humanos, porque en una condición de igualdad de oportunidades unos seres humanos se atreven a dar un paso arriesgado hacia su futuro, se caen y se levantan, y siguen adelante lamiéndose las heridas, y otros se quedan esperando a que la oportunidad les visite en su domicilio. Evidentemente, sería extraordinariamente injusto que los dos disfrutaran de las mismas condiciones de vida, solo por el hecho de haber nacido.
En el caso de los inmigrantes, que pronto será un problema en nuestro país, hasta los indicadores económicos consideran que el lugar donde más inmigrantes se asientan es un reflejo de la actividad económica y las oportunidades de ganarse la vida. Y precisamente, es en estos lugares, donde los que no tienen empleo, culpan a los inmigrantes de habérselo arrebatado. Craso error, porque un inmigrante siempre parte con más dificultades para encontrar un trabajo estable, bien remunerado, y cuando lo consigue, no es porque nadie se lo haya regalado, sino porque se lo merece. Y aquí tenemos uno de los graves dilemas a los que se enfrenta la socialdemocracia, porque si favorece a quien le vota, perjudica a quien se ha ganado la oportunidad de trabajar, en desigualdad de condiciones de partida. Sería injusto, muy injusto desposeer al inmigrante de lo que ha logrado por sus propios medios.
La sociedad escalar: una alternativa a la sociedad dual
No conozco que este término haya sido utilizado con anterioridad, por lo que se hay algún autor al que le esté pisando su trabajo, le pido disculpas, pero me parece oportuno utilizar el modelo para definir algunas cuestiones.
El mundo va hacia una sociedad escalar, no se quedará atrapado en una sociedad dual. La sociedad escalar es la que permite atravesar las fronteras de delimitación entre las clases privilegiadas y las desfavorecidas. En el ejemplo de los inmigrantes que he puesto con anterioridad se aprecia con claridad, hay inmigrantes que se integran plenamente y autóctonos que no lo hacen en su vida, disfrutando incluso de más posibilidades de partida. Los inmigrantes saben que solo pueden vivir del favor público una temporada escasa, pero hay autóctonos que se han habituado a vivir del erario público sin dar golpe, muchos ocupan puestos políticos y sindicales bien remunerados, pero protestan por la injusticia “que afecta a los demás”, y claman por la tremenda injusticia de la pobreza, pero no reparten sus ingresos con los más desfavorecidos, más bien los incrementan en la defensa sistemática de la opresión capitalista que impide a un porcentaje de la sociedad abandonar la pobreza.
Vamos hacia una sociedad en la que el trabajo será un bien escaso, por lo que los que ofrezcan una opción más competitiva se quedarán con los mejores puestos, mientras que los que viven de contarnos la de injusticias que hay en este mundo se quedarán sin trabajo, pero eso no es injusto, es extraordinariamente justo, porque el que más da, más se merece y menos quita, porque los que quitan a los demás sin dar nada, son los que están aprovechándose.
La sociedad escalar es la que realmente se puede considerar justa, quien da lo mejor que tiene, se merece lo mejor, y quien no da nada, pudiendo darlo, se merece lo peor. Pero la sociedad escalar rompe el esquema de vida de los parásitos sociales. Y eso es lo que preocupa a muchos de ellos que llevan utilizando la propaganda desde hace décadas para convencernos de que estar afiliado a un sindicato o a un partido político de izquierdas es un valor, más importante incluso, que haberse hecho una carrera con doctorado incluido.
La sociedad escalar cierra las puertas a los favores y privilegios del poder, y exige que para ocupar un puesto de representación pública hay que demostrar que se reúnen condiciones suficientes para ello, aunque se haya sido elegido por un partido político o un sindicato para obtener el privilegio, no vale con protestar, también hay que dar trigo o haberlo dado, cuando se tuvo ocasión.
Los mejores deben ocupar los puestos más altos de nuestra sociedad, eso es justo, lo injusto es que mediocres reconocidos se vean beneficiados por la fortuna política y ocupen cargos y puestos que no se merecen. Es hora de que la sociedad española se libere del chantaje social a que está siendo sometida desde hace años, por quienes diciendo que defienden a los demás, exclusivamente pretenden mantenerse encaramados en el privilegio, por el mero hecho de contarnos que el mundo es injusto si ellos no están en lo más alto, y llevando años estando en lo más alto, el porcentaje de pobres sigue siendo el mismo, el 20 %, igual que hace 30 años, cuando comenzamos a disfrutar de la democracia en nuestro país y posiblemente aumente a partir de ahora.
La escala de privilegios sociales debe correlacionar exactamente con la escala de esfuerzo demostrado, la injusticia social es precisamente que los que alcancen los privilegios, lo hayan hecho vendiendo el humo de la salvación del prójimo, mientras se salvan ellos exclusivamente.
Si en las sociedades occidentales hemos llegado a alcanzar cotas de bienestar inimaginables hace cien años, ha sido gracias a quienes lo han hecho posible, no a los que se han dedicado a contarnos que se pudo haber hecho mejor.
Biante de Priena
9 comentarios:
Pepiño 9.000 euros/mes
Montilla 14.000 euros/mes
Corbacho 10.000 euros/mes
Cuando acaben la carrera sera ello
...
¿"Todos los miembros de la sociedad"? ¿También los que no trabajan? ¿Dónde se queda, entonces, el "fruto íntegro del trabajo"? ¿O sólo los miembros de la sociedad que trabajan? ¿Dónde dejamos, entonces, el "derecho igual" de todos los miembros de la sociedad?
Sin embargo, lo de "todos los miembros de la sociedad" y "el derecho igual" no son, manifiestamente, más que frases. Lo esencial del asunto está en que, en esta sociedad comunista, todo obrero debe obtener el "fruto íntegro del trabajo" lassalleano.
Tomemos, en primer lugar, las palabras "el fruto del trabajo" en el sentido del producto del trabajo; entonces, el fruto del trabajo colectivo serála totalidad del producto social.
Ahora, de aquí hay que deducir:
Primero: una parte para reponer los medios de producción consumidos.
Segundo: una parte suplementaria para ampliar la producción.
Tercero: el fondo de reserva o de seguro contra accidentes, trastornos debidos a fenómenos naturales, etc.
Estas deducciones del "fruto íntegro del trabajo" constituyen una necesidad económica, y su magnitud se determinará según los medios y fuerzas existentes, y en parte, por medio del cálculo de probabilidades, pero de ningún modo puede calcularse partiendo de la equidad.
Queda la parte restante del producto total, destinada a servir de medios de consumo.
Pero, antes de que esta parte llegue al reparto individual, de ella hay que deducir todavía:
Primero: los gastos generales de administración, no concernientes*** a la producción.
Esta parte será, desde el primer momento, considerablemente reducida en comparación con la sociedad actual, e irá disminuyendo a medida que la nueva sociedad se desarrolle.
Segundo: la parte que se destine a satisfacer necesidades colectivas, tales como escuelas, instituciones sanitarias, etc.
Esta parte aumentará considerablemente desde el primer momento, en comparación con la sociedad actual, y seguirá aumentando en la medida en que la nueva sociedad se desarrolle.
Tercero: los fondos de sostenimiento de las personas no capacitadas para el trabajo, etc.; en una palabra, lo que hoy compete a la llamada beneficencia oficial.
Sólo después de esto podemos proceder al "reparto", es decir, a lo único que, bajo la influencia de Lassalle y con una concepción estrecha, tiene presente el programa, es decir, a Ia parte de los medios de consumo que se reparte entre los productores individuales de la colectividad.
………
En el seno de una sociedad colectivista, basada en la propiedad común de los medios de producción, los productores no cambian sus productos; el trabajo invertido en los productos no se presenta aquí, tampoco, como valor de estos productos, como una cualidad material, poseida por ellos, pues aquí, por oposición a lo que sucede en la sociedad capitalista, los trabajos individuales no forman ya parte integrante del trabajo común mediante un rodeo, sino directamente. La expresión "el fruto del trabajo", ya hoy recusable por su ambiguedad, pierde así todo sentido.
De lo que aquí se trata no es de una sociedad comunista que se ha desarrollado sobre su propia base, sino, al contrario, de una que acaba de salir precisamente de la sociedad capitalista y que, por tanto, presenta todavía en todos sus aspectos, en el económico, en el moral y en el intelectual, el sello de la vieja sociedad de cuya entraña procede. Con gruentemente con esto, en ella el productor individual obtiene de la sociedad -- después de hechas las obligadas deducciones -- exactamente lo que ha dado. Lo que el productor ha dado a la sociedad es su cuota individual de trabajo. Así, por ejemplo, la jornada social de trabajo se compone de la suma de las horas de trabajo individual; el tiempo individual de trabajo de cada productor por separado es la parte de la jornada social de trabajo que él aporta, su participación en ella. La sociedad le entrega un bono consignando que ha rendido tal o cual cantidad de trabajo (después de descontar lo que ha trabajado para el fondo común), y con este bono saca de los depósitos sociales de medios de consu mo la parte equivalente a la cantidad de trabajo que rindió. La misma cantidad de trabajo que ha dado a la sociedad bajo una forma, la recibe de esta bajo otra distinta.
Aquí reina, evidentemente, el mismo principio que regula el intercambio de mercancias, por cuanto éste es intercambio de equivalentes. Han variado la forma y el contenido, por que bajo las nuevas condiciones nadie puede dar sino su trabajo, y porque, por otra parte, ahora nada puede pasar a ser propiedad del individuo, fuera de los medios individuales de consumo. Pero, en lo que se refiere a la distribución de estos entre los distintos productores, rige el mismo principio que en el intercambio de mercancias equivalentes: se cambia una cantidad de trabajo, bajo una forma, por otra cantidad igual de trabajo, bajo otra forma distinta.
Por eso, el derecho igual sigue siendo aquí, en principio, el derecho burgués, aunque ahora el principio y la práctica ya no se tiran de los pelos, mientras que en el regimen de intercambio de mercancias, el intercambio de equivalentes no se da más que como término medio, y no en los casos individuales.
A pesar de este progreso, este derecho igual sigue llevando implícita una limitación burguesa. El derecho de los productores es proporcionalal trabajo que han rendido; la igualdad, aquí, consiste en que se mide por el mismo rasero: por el trabajo.
Pero unos individuos son superiores, fisica e intelectualmente a otros y rinden, pues, en el mismo tiempo, más trabajo, o pueden trabajar más tiempo; y el trabajo, para servir de medida, tiene que determinarse en cuanto a duración o intensidad; de otro modo, deja de ser una medida. Este derecho igual es un derecho desigual para trabajo desigual. No reconoce ninguna distinción de clase, porque aquí cada individuo no es más que un trabajador como los demás; pero reconoce, tacitamente, como otros tantos privilegios naturales, las desiguales aptitudes individuales****, y, por consiguiente, la desigual capacidad de rendimiento. En el fondo es, por tanto, como todo derecho, el derecho de la desigualdad. El derecho sólo puede consistir, por naturaleza, en la aplicación de una medida igual; pero los individuos desiguales (y no serían distintos individuos si no fuesen desiguales) sólo pueden medirse por la misma medida siempre y cuando que se les coloque bajo un mismo punto de vista y se les mire solamente en un aspecto determinado ; por ejemplo, en el caso dado, sólo en cuanto obreros, y no se vea en ellos ninguna otra cosa, es decir, se prescinda de todo lo demás. Prosigamos: un obrero está casado y otro no; uno tiene más hijos que otro, etc., etc. A igual trabajo y, por consiguiente, a igual participación en el fondo social de consumo, uno obtiene de hecho más que otro, uno es más rico que otro, etc. Para evitar todos estos inconvenientes, el derecho no tendría que ser igual, sino desigual.
Pero estos defectos son inevitables en la primera fase de la sociedad comunista, tal y como brota de la sociedad capitalista después de un largo y doloroso alumbramiento. El derecho no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado.
En una fase superior de la sociedad comunista, cuando haya desaparecido la subordinación esclavizadora de los individuos a la división del trabajo, y con ella, el contraste entre el trabajo intelectual y el trabajo manual; cuando el trabajo no sea solamente un medio de vida, sino la primera necesidad vital; cuando, con el desarrollo de los individuos en todos sus aspectos, crezcan también las fuerzas productivas y corran a chorro lleno los manantiales de la riqueza colectiva, sólo entonces podrá rebasarse totalmente el estrecho horizonte del derecho burgués y la sociedad podrá escribir en sus banderas: ¡De cada cual, según sus capacidades; a cada cual según sus necesidades!
…
http://www.marxists.org/espanol/m-e/1870s/gotha/gotha.htm
13.000 NOMBRES
Actores, deportistas, bancos, familiares: se hace pública la lista de afectados por Madoff
http://www.eleconomista.es/imag/_v2/documentos/listaMadoff.pdf
Sabio, científico, patriota, español universal insigne D. Santiago Ramón y Cajal, en su opúsculo “El pesimista corregido”:
…
Y ¿qué diremos del
entendimiento y de la voluntad? Que son digno coronamiento de un engendro infeliz, de
una lastimosa equivocación... Tan endeble es nuestro intelecto que debate aún, como en
tiempo de Jenófanes y de Pirron, la cuestión de la sustancia y el criterio de certeza; la
memoria tan frágil, que, llegados los trances difíciles, se nubla con la emoción, y, en
cambio, hace desfilar, en interminable cabalgata, sus inoportunas imágenes durante las
horas destinadas al sueño; nuestra facultad crítica, tan enteca y miope, que confunde la
verdad con la bondad, la demostración con la creencia, y sigue en todo caso, antes que los
dictados de la razón, el halagador señuelo del deseo. Con ser deplorables y gravísimas las
deficiencias de la sensibilidad y del entendimiento, lo son todavía más las tocantes a la
voluntad. ¡Cuán desarmado y desvalido aparece el hombre en las cruentas luchas por la
vida! ¡Miradle pálido y
tembloroso en presencia del peligro! Parece débil y anonadado, cual pájaro fascinado por
la serpiente. Dispone para su defensa de ojos que atisban al enemigo; de instinto
defensivo, que le dicta las reacciones motrices salvadoras; de previsión, que ordena echar
en la hornilla todo el carbón..., y, sin embargo, llegado el trance supremo, como si un
ángel malo le fascinara, siente el corazón latir dolorosa y tumultuosamente, experimenta
ansiosa opresión en el pecho y ve con angustia que sus brazos flaquean, las piernas se
doblan, y su inteligencia, al primer embite desarmada, se oscurece y entrega. ¿Y éste es el
tan decantado rey de la creación? ¿Esta la imagen de Dios en la tierra? ¡Qué sangrienta
ironía! ¡Qué cruel sarcasmo! ...................................
…..
• Anónimo dijo...
Roma no paga traidores.
El negocio de la Santa Madre Iglesia es muy serio, no sólo desde el punto de vista de poder y recursos y tampoco por su dilatada empresa de milenios, sino principalmente por su materia prima productiva y rentable en muchas almas humanas pasadas, presentes y futuras. Ella, madre superviviente e invicta en feroces batallas y curtida en los más duros choques, equipada con sabiduría plena,. cabal conciencia de sus intereses y perfectamente coherente con su doctrina teo-antropo-estratégica, ha venido ayer en persona a cantarle las cuarenta al mago tunante de la Moncloa.
“O dejas de meterte en nuestras cosas o te echamos de España ahora mismo” Y el gobierno ha entendido de golpe eso de: “Sancho, con la iglesia hemos dado”. No han dado ni rueda de prensa, ha sido el embajador de la Ciudad Eterna quién ha ejercido de estrella total en el rapapolvo. He aquí por una parte cómo está de debilitado y vencido el gabinete de Drácula Jr. Zp, y cómo en Spain is Diferent la “clase política” no pinta absolutamente nada más que un fondo colorido al paisaje. Resulta que los curas -debidamente encuadrados en su vetusta oficina italiana donde el Pastor Pontífice dirige su orbe anímico- tienen más poder político en la patria que cualquier otra fuerza conocida; y aunque al cabo eso siempre ha sido aproximadamente así, esta vez la Congregación Apostólica está del lado español-ciudadano en la guerra y de momento, porque así lo ha dispuesto la historia y la concreta vida socio-política nacional. (En otros países las religiones se relacionan con el poder político de manera diferente.)
Ese conflicto “inter pares” de los de arriba, es una versión más del mismo litigio que se observa en las universales peleas económicas o políticas, que en cada lugar, organismo, sede…, cobra forma, motivo, protagonistas o pretextos variados, pero constituyen una sóla y única cosa: los propietarios disputan despojos, prebendas o futuro, en una textura socio-histórica completamente agotada por su colapso económico y el séquito socio-político derivado, y donde los dignatarios mundiales no saben qué hacer, qué decir, qué emprender o qué inventar. Como también los poderosos (pero menos) ceden en todos los terrenos frente al empuje, presencia y amenaza ciudadana, que cada día cobra más y más conciencia millonaria del desastre y el presente espacio-tiempo de disputa en el que está envuelto y aún más severamente se verá impelido.
Los ciudadanos nacionales que vayan obteniendo el poder político en sus respectivas naciones, deberán pactar con la Religión Católica como también lo harán con aquellos Estados que todavía permanezcan provisionalmente en manos de sus decrépitos, parásitos, ilegales y corruptos dueños actuales.
Roma bien vale un acuerdo porque su posible derrota sólo almas futuras pueden procurarlo.
• 5 DE FEBRERO DE 2009 13:23:00 CET
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La victoria del pueblo es tan segura que ya se duelen. Sarkozy: "Sin decisiones estructurales ante la crisis, la gente se sublevará y tendrá razón"
AGENCIAS | 1:44 - 6/02/2009
http://www.eleconomista.es/europa/noticias/1017189/02/09/Sarkozy-Sin-decisiones-estructurales-ante-la-crisis-la-gente-se-sublevara-y-tendra-razon.html
Ni los nacionales españoles ni de otra Nación van a pedir permiso a nadie para hacerse cargo de sus PROPIEDADES PUBLICAS. La pelea planetaria que se contempla entre la banda de perdedores capitalistas sean políticos, financieros, internacionales, intergubernamentales..., está haciendo el muy noble, justo y leal trabajo de autofagia entre parásitos en tiempo real, directo y "autorizado para todos los públicos", y eso conseguirá un considerable ahorro en trabajo y luchas. Dicho de otra forma: a los enemigos de los ciudadanos no les une más que la rapiña, mientras el resto de mortales son de una especie UNIDA en rango superior y además, tienen todos los resortes del funcionamiento social y todas las banderas de su Inminente Victoria. El sistema capitalista ya es historia de ayer.
Parece mentira que todavía se puedan escribir semejantes chorradas.
Juan Carlos
La defunción del capitalismo comentada por sus propios enterradores.
Los norteamericanos son los mejores, sus peleas son directas, claras, con nombre y apellidos que expresan nítidamente los intereses representados y al mismo tiempo enseña didácticamente a su población. Esta sonada pelea es la cima del gran cisma, el clímax del desastre y he ahí el foco donde el mundo verá el grandioso espectáculo que le ofrece la Historia.
La frase lapidaria (nunca mejor dicho): "No podemos rescatar el presente si hipotecamos el futuro", es la justa y exacta confesión de la muerte. El resto de representaciones políticas será trepidante, asombrosa, astracanada…
Demócratas y republicanos logran un acuerdo sobre el plan de estímulo y podría votarse el martes
AGENCIAS | 9:04 - 7/02/2009
Los líderes del Senado de EEUU han logrado un acuerdo sobre un plan de estímulo de 780.000 millones de dólares para conjurar una catástrofe económica y que podría ser votado en una sesuón previsiblemente el martes. El acuerdo, logrado tras una semana de luchas ideológicas y recriminaciones, redujo el monto de la versión original de la Cámara Alta, que había superado ya los 900.000 millones de dólares.
El grupo negociador de 20 senadores, liderado por el demócrata Ben Nelson y la republicana Susan Collins, acordó el nuevo monto del plan de estímulo ante presiones políticas para reducir el gasto fiscal.
Según Nelson, los senadores "peinaron" el proyecto de ley, "renglón por renglón y dólar por dólar" para llegar al monto actual, que refleja la eliminación o reducción de algunos programas y recortes tributarios.
Nelson destacó la urgencia de aprobar el plan ante la ansiedad nacional por la pérdida de empleos y la incertidumbre sobre el futuro.
Los demócratas, pendientes de los 60 votos
Sin embargo, no está claro que los demócratas reúnan los 60 votos necesarios para su aprobación. El líder de la minoría republicana, Mitch McConnell, dijo que se opone al plan aún con los cambios, porque no cree que reactivará a la economía.
Consciente del escepticismo de los republicanos, que tienen 41 repersentantes en la Cámara Alta, Collins dijo: "El pueblo estadounidense quiere que trabajemos juntos. No quieren vernos divididos en torno a la crisis más grave que afronta nuestro país".
El republicano George Voinovich se retiró de las pláticas porque cree que el acuerdo no es "oportuno", carece de enfoque y contiene demasiados gastos fiscales.
"No podemos rescatar el presente si hipotecamos el futuro", argumentó.
El líder demócrata, optimista
El líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, dijo que ha sido un proceso abierto pero difícil, y expresó su confianza en que pronto sea aprobado.
"Estamos tratando de hacerle la vida más fácil a la clase media, que está atrapada entre el aumento de los precios y la desaparición de los ingresos", afirmó Reid.
La Casa Blanca se mostró complacida con los avances logrados hasta ahora en el Senado.
"Estamos complacidos de que este proceso marcha hacia adelante y estamos más cerca de darle a los estadounidenses un plan que crea millones de empleos y pone a trabajar a la gente", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Robert Gibbs en un comunicado.
Si bien en el Senado hay consenso sobre la gravedad de la crisis, que ha producido la pérdida de 3,6 millones de empleos desde que comenzó la recesión en 2007, surgieron agrias disputas desde el lunes pasado sobre cómo y dónde reducir parte del componente fiscal del plan.
Obama volcado en la aprobación
Desde su investidura el pasado 20 de enero, el presidente Barack Obama ha invertido casi todo su capital político en la aprobación del paquete de estímulo, ingeniado para insuflar vida a la economía mediante la creación o preservación de entre tres y cuatro millones de empleos e inversiones públicas en los próximos dos años.
Pese a sus ansias de cooperación bipartidista, ninguno de los 77 republicanos de la Cámara Baja votó a favor del plan la semana pasada.
Obama, que ha mantenido contacto con Reid, dijo hoy que cualquier demora adicional en el plan sería "injustificable e irresponsable".
Su jefe de Gabinete, Rahm Emanuel, se sumó hoy a las negociaciones entre bambalinas, consciente de que los demócratas, que sumaron 58 -incluyendo a los independientes que suelen votar con ellos- necesitan apoyo republicano para alcanzar los 60 votos.
Votaron más enmiendas
A lo largo de la noche, los senadores continuaron votando sobre al menos once enmiendas para pulir el texto definitivo que salga del Senado, y que tendrá que ser armonizado en sesión bicameral con la versión de 819.000 millones de dólares que aprobó la Cámara de Representantes la semana pasada.
La meta es aprobar y enviar el texto final a Obama a más tardar el próximo 13 de febrero.
Una enmienda bipartidista, que pretendía transferir fondos de un programa de prevención de enfermedades venéreas y cesación de fumar a uno hipotecario fue derrotada, 39-57.
Crece el desempleo
Pero se aprobó otra, del demócrata Christopher Dodd para ayudar a cerca de dos millones de familias a evitar ejecuciones hipotecarias y cuyos fondos saldrán del plan de rescate de Wall Street aprobado en octubre de 2008.
El acuerdo se alcanzó el mismo día en que el Departamento del Trabajo dijo que la tasa de desempleo nacional subió del 7,2 al 7,6 por ciento, tras la pérdida de 598.000 empleos el mes pasado.
El voto en el Senado pondrá a prueba el poder de persuasión de Obama, quien continuará su campaña a favor del plan en dos ciudades golpeadas por altas tasas de desempleo.
Obama viajará a Elkhart (Indiana) el lunes y a Ft. Meyers (Florida) el martes, para explicar el alcance del plan de estímulo
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