He de reconocerlo, estoy haciendo seguimiento del periplo del Manifiesto por una Lengua Común, sigo sin firmarlo, pero a este paso me van a convencer los que a él se oponen; como sigan insistiendo, firmaré, no por lo que dice el Manifiesto, que no comparto en su forma de exponer el problema, aunque sí en su objetivo; sino porque aún comparto menos las razones que se expresan desde los nacionalismos, el PSOE y la escuadra mediática-intelectual-titiritera del pesebre estatal para no firmarlo .
Hablaré de Cataluña, la comunidad más avanzada en la inmersión lingüística, que es el eufemismo que permite anunciar que los niños educados en Cataluña por el Estado no ven en la escuela una palabra de español hasta los ocho años, y a partir de entonces lo estudian dos horas a la semana, menos tiempo del que se dedica a una lengua extranjera en cualquier comunidad no bilingüe. En Baleares, Galicia y el País Vasco han comenzado hace un par de años.
Algo tan evidente, como es la extinción del español de la enseñanza en estas comunidades por imposición política, los nacionalistas convencidos y las filiales del PSOE nacionalistas lo consideran un hecho normal y democrático, y apelan a la libertad de expresión para asfixiar idiomáticamente a los españoles que residen en sus comunidades.
Dice el presidente de la Generalitat, que no hay problemas con el Castellano en Cataluña, evidentemente él no los tiene, porque gracias a su charneguismo político, él, que es oriundo de Córdoba se ha convencido de que Cataluña es una nación para ser presidente de la Generalitat, y posiblemente haría lo mismo si hubiera sido con la existencia de vida extraterrestre, con tal de ocupar el cargo.
Ibarretxe convoca un referendum y le confiere "legitimidad" con los votos de un partido considerado jurídicamente como una extensión de la banda terrorista ETA. En la cosmopolita Baleares han creado una policía lingüística para perseguir a quienes no rotulen en catalán como han hecho en Cataluña. Y en Galicia, la inmersión va a buen ritmo.
Y Zapatero, el negociador con ETA, el que impulsa la política de pactos con los nacionalistas, el que promovió el "cordón sanitario" para el PP, el que está deshaciendo España y sigue diciendo que no hay crisis económica, para despistar la atención y que no se vea que lo que realmente hay es una crisis política irreparable, además de la económica de dimensiones descomunales, es el principal responsable de lo que está ocurriendo, porque también necesita los votos que sacan sus filiales en Cataluña, Galicia, Baleares y el País Vasco para gobernar en el Estado.
La crisis política que está viviendo nuestro país es la más importante de todas las que han ocurrido desde que recuperamos la democracia, supera incluso al Golpe de Estado del 23 F, que duró un par de días y fue rentabilizado por el PSOE de Felipe González, aquel que defendía a los obreros y los oprimidos, y la no entrada en la OTAN, para ganar las elecciones.
El Gobierno se salta la Constitución y no pasa nada, la justicia está al servicio del Gobierno y no pasa nada, y la reunión de once millones de espabilados, despistados, creyentes, envidiosos, paletos, ignorantes, listillos, y acojonados, es una razón democrática suficiente para que España deje de ser una nación y se convierta en un régimen federal solapado e inconstitucional, que permita a los nacionalistas con dos millones de votos decidir por cuarenta y seis millones de habitantes, gracias a la avaricia y la impostura de un presidente de Gobierno que sería capaz de cualquier cosa por permanecer en el poder, y seguir alimentando a sus secuaces.
Y luego los demócratas critican a Mugabe, porque es un dictador negro, y pretenden incorporar a los inmigrantes al censo electoral porque les dará votos, previa afiliación al PSOE supongo, mientras expulsan a los que no firmen ante notario que les votarán.
Y no saben esta recua de sectarios de la política caníbal que los pueblos oprimidos son muy peligrosos; si supieran algo de la historia de Europa, comprenderían que el triunfo de Hitler en Alemania se produjo porque el Tratado de Versalles asfixiaba literalmente al pueblo alemán política y económicamente, el PSOE asfixia al pueblo español políticamente, y el mundo y los errores cometidos por Zapatero y sus gobiernos, lo asfixia económicamente. Lo mismo ocurrió en la Unión Soviética.
Estos "friki-progres" están incubando el huevo de la serpiente y no se dan cuenta, mientras nos enfocan la realidad que les conviene, que en España todo va bien, como en Cuba, y lo hacen sin darse cuenta de que existe internet, de que la gente lee las noticias que da de nuestro país el Financial Times y que además los ciudadanos de este país ya no son analfabetos, aunque lo parezca.
¿Cuánto tiempo podrán seguir ocultando la realidad sin recortar la libertad de los ciudadanos de este país?. No creo que Zapatero llegue a fin de año en el Gobierno, esos sindicatos "independientes" que disfrutamos se echarán a la calle en el momento que sus dirigentes vena peligrar su condumio, ya lo verán; pero antes muchos ciudadanos habrán tenido que vender sus casas y comenzaremos a ver que en la España del milagro económico, algunos volverán a pasar hambre. Viene pobreza, mucha pobreza, proporcional a la inteligencia de nuestros gobernantes.
Biante de Priena
4 comentarios:
¿A quiénes sirven los sindicatos?
Si los sindicatos sirvieran a los trabajadores no existirían las Secciones Sindicales, si no los Comités de Empresa y los Delegados de Personal, auténticos representantes electos de los trabajadores, laminados en su representatividad por las Secciones Sindicales, auténticos sanedrines de enchufados a dedo por las cúpulas sindicales.
Éstos y no aquellos tienen el poder sindical y defienden, como es casi natural, a los que los colocaron en sus poltronas y no a los trabajadores que no les eligieron.
Por esto cada día tienen menos afiliados y menos apoyo sindical. Hoy los sindicatos son estructuras de poder al servicio de los poderes políticos y económicos.
Actualkmente, DICEN que 60.000 familias no pueden pagar la hipoteca, y que se espera el doble antes de fin de a�o.
La casa debe ser para quien la vive, basta de pagar a los chorizos de los bancos, a los estafadores profesionales y a los rateros "legales", eso se acab�.
Viva la Revoluci�n Espa�ola.
Abajo los Zares neonazis.
Si no hay dinero para las pensiones, habrá rebeldía ciudadana
El Banco de España, a través de su gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordoñez, cree que es urgente reformar el sistema de pensiones para que las finanzas publicas sean sostenibles, y ha vaticinado que, sin esas reformas, el gobierno podría tener pronto dificultades para abonar las pensiones. Coincidiendo con esa advertencia, desde algunos ámbitos del poder se lanzan globos sonda que plantean "dificultades" para pagar las pensiones en el futuro.
La advertencia del gobernador y la incapacidad del actual gobierno para afrontar la demoledora crisis económica que atenaza a España hace retornar a los españoles, sin misericordia y sin paracaídas, a los tristes y vergonzosos años ochenta y principios de los noventa, cuando la política económica ruinosa de Felipe González, también con Pedro Solbes al frente de las cuentas públicas, trajo consigo la amenaza constante de la ruina de las arcas del Estado y el miedo a que el gobierno dejara de pagar las pensiones, una época que todos creían lejana y superada.
Si el actual gobierno, por imprevisión e ineficiencia, pusiera en peligro el sistema de pensiones y los ancianos y viudas dejaran de cobrar, nadie duda que los españoles se lanzarían de cabeza a la rebeldía cívica, incapaces de asumir una dosis tan elevada de mal gobierno y sin entender cómo se ha vivido del despilfarro público y del abuso de privilegios sin nutrir y blindar suficientemente las arcas de la Seguridad Social.
Si se hiciera una encuesta, los políticos descubrirían que los españoles exigen una austeridad de hierro al poder público en las presentes circunstancias. Los ciudadanos creen que es justo que quien ha abusado de las arcas den ahora ejemplo de austeridad. En esa encuesta, que nunca se hará porque no conviene al poder, los dirigentes políticos españoles descubrirían que los españoles creen que los cargos públicos y los enchufados son en España una auténtica plaga y que las administraciones públicas podrían funcionar igual que ahora con tres veces menos personal.
Las palabras del gobernador, unidas al espectáculo decepcionante de la pasividad de Zapatero y su gobierno ante el drama económico de la nación, han caído como un jarro de agua fría sobre la sociedad española, que no entiende cómo el gobierno que preside Zapatero, ante las muchas advertencias de que la crisis llegaba, no ha hecho otra cosa que mantener su política de despilfarro, de negar la existencia de la crisis y de incapacidad manifiesta para gestionar con seriedad la economía española.
Zapatero no ha parado de incrementar el gasto público y el déficit exterior, ya en estado alarmante, es incapaz de practicar la política de austeridad que prometió cuando llegó al poder y ni siquiera sabe qué medidas tomar para hacer frente a una crisis que ya es galopante, que golpea el bolsillo del ciudadano (aunque no el del político) y que él se niega a reconocer.
La gente, simplemente, no entiende que, ante el riesgo extremo de que no puedan pagarse las pensiones, el poder político continúe haciendo exhibición de frivolidad e ineficiencia y que en lugar de tomar medidas urgentes de austeridad y ahorro, siga prometiendo y repartiendo dinero por el mundo, como los 500 millones de euros recién prometidos a la FAO, mientras que ha incrementado el ya nutrido Gabinete Ministerial con un nuevo e innecesario Ministerio (el de Igualdad) y engrosado todavía las legiones de asesores, enchufados y especialistas al servicio del poder, a muchos de los cuales se les ha subido también de categoría y sueldo.
La gente empieza a ponerse nerviosa y se rebela ante las numerosas autosubidas de sueldos de los políticos españoles, especialmente hirientes en tiempos de crisis, hechas casi siempre sin publicidad, sin explicación ni justificación, como la reciente de la alcaldesa socialista de Jaén, que ha subido el sueldo de sus cargos de confianza nada menos que en un 40 por ciento. El caso de Sevilla es especialmente vergonzante: el Ayuntamiento anuncia congelación de sueldos de los altos cargos, pero los sube un cuatro por ciento, un punto menos que la inflación.
Los ciudadanos españoles, ante la gravedad de una crisis que ya golpea sus bolsillos y que amenaza la prosperidad ganada con esfuerzo por toda la sociedad durante las últimas décadas, están escandalizados ante el comportamiento arrogante y provocativo de los políticos, que no han sido capaces de renunciar a ninguno de sus múltiples privilegios y ventajas en tiempos de crisis: ni renuncia a renovar las cada día más nutridas flotas de coches oficiales, ni austeridad en la contratación de nuevos cargos públicos y sueldos, ni renuncia a esos inexplicados repartos de dinero por países de África y América, sustitutos horteras de una diplomacia cada día más ineficaz.
http://www.votoenblanco.com/index.php?action=article&numero=2480&PHPSESSID=7c42b5f0d38b93236dfc8c0abab602fe
Brújula
El entremés político español -que ha supuesto al menos 30 años- ha dejado paso al grueso de la pieza, al plato fuerte, a las beligerancias francas. El telón ha caído y se abre un nuevo acto resplandeciente y definitivo. Ya tenemos al elenco identificado, conocemos a los actores y sus papeles, sabemos sus posiciones en las barricadas, en la palestra vemos a los enemigos enfrente y bien iluminados.
Los neonazis del PSOE han buscado la manera de escalar el monte y se encontraron con unos aliados periféricos antediluvianos; juntos han hecho el camino desbrozador de la Nación Española. Las libertades básicas que disfruta la sociedad moderna provienen políticamente del Renacimiento. Siglos de una práctica política internacional pretende ser abolidos de un plumazo por unos pájaros cuya composición social es de mendigos advenedizos y pendencieros autodenominados “progres” o de “izquierdas”, pero emuladores enanos de los nazis hitlerianos o los stalinistas degenerados.
Por más que esfuercen disimulo no logran tapar sus delirios aspirantes a amos de un rebaño al que quieren ahormar según imposibles deseos. Quieren controlar socialmente vida y muerte, emociones y conductas, ciencia y religión de las personas, en un ejercicio demiúrgico digno de las tribus más salvajes que la humanidad haya conocido. En esto están superando a Hitler, pues si éste buscaba la supremacía de una supuesta raza y la eliminación de las consideradas inferiores; estos neonazis caseros persiguen una “raza” única de población sumisa, cuerpos productores, consumidores, contribuyentes, pero carentes de su carga humana al completo, de su genuina alma. Todo esto no es más que un jalón histórico de Delirium tremens, surgido en suelo hispano a petición del capitalismo decadente.
Hacia el final de su dominio planetario, el sistema capitalista ha esculpido a sus auténticos partidarios en una España campeona mundial de esta pesadilla. El extremismo codicioso del capital les ha dotado en nuestra Patria con su verdadero credo, han enseñado sus intenciones verbalizándolas y puestas en práctica en el país, mostrando de qué manera tratan de sobrevivir como es forjando una masa social plena de idiocia porque de otra forma saben que su mando es superfluo y efímero. En el fondo es la hoja de ruta de unos perdedores desesperados sin rumbo ni concierto, sin orden ni sentido, sin ley ni justicia, sin libertad ni democracia, y con una ideología hecha a base de retales harapientos que han encontrado en la historia de la ignominia humana, en el estercolero de los bajos instintos depredadores, en la sentina de la más vil escoria animal.
El proyecto neonazi español impulsado por el PSOE y aceptado por gran parte del núcleo dirigente del PP, está diseñado para una época de vacas gordas donde el bienestar material habría de soportar los efectos de sus embestidas políticas irracionales e ilegales y sus atropellos más grotescos y patentes, así como las perturbaciones sociales que ha generado debieran sufrirse sobre un zócalo henchido de pan y circo. Como se sabe, la situación económica nacional es digna de record mundial y no ha hecho más que empezar tanto a verse como a notarse. Lo que supone que el requisito material del proyecto, su aplicación en las “debidas” condiciones de abundancia de la sociedad, es todo un fracaso clamoroso ya en el presente.
Estos neobrujos también se equivocan en el momento de acometer la puesta en práctica explícita y definitiva de sus planes. Han pensado que su siembra durante lustros, hedonista, falsa, doctrinaria y superficial de una parte de la sociedad a la que han estado “trabajando”, supone un número suficiente de aliados en su seno, pero no deja de ser un quimérico deseo, pues además del desastroso escenario económico, los postulados de su plan han sido y son debidamente desmenuzados, despreciados, refutados e incluso odiados por la gran mayoría social española, como indica la resistencia social creciente y contundente, en todos los ámbitos de su existencia. En lo sucesivo sólo cabe esperar una mayor intensidad opositora aunque ya desprovista de los partidos actuales.
El panorama ofrece además una aclaración diáfana de la relación entre economía y política. El trasiego de políticos al mundo económico o a la inversa, señala con nitidez el carácter de vulgares empleados de las empresas privadas, a muchos hombres públicos. Casos como Zaplana, Imaz u otros lo ilustran perfectamente. Y como de lo que se trata esencialmente en España es de la Libertad, una vez resuelto la posición de unos y otros al respecto, lo restante dentro de los grupos políticos es la asimilación laboral de esa actividad pública, la obtención de plazas en esas agencias laborales. En el fondo de los debates del PP por ejemplo, detrás de la jerga viajera al centro moderado o de la simpatía, lo que se juega es quién se queda en los puestos retribuidos y quién no puede aspirar a ese sueldo en cuyo origen está el dinero público para la dedicación a las cuestiones sociales. Este hecho es un reflejo de la composición socio política gobernante española: la casta dominante está compuesta de sus beneficiados directos, sea en las estructuras centrales de la Nación o en las preconfiguraciones de los futuros "estaditos"; he ahí unos intereses minoritarios frente al cuerpo nacional en su conjunto y esta es la verdadera división y estado de las fuerzas que litigan. Como se puede comprender, la desproporción es abismal a favor de los ciudadanos corrientes y molientes frente a tan maligno quiste formado por los grupos políticos oficiales y su régimen monárquico.
Parodiando a los nacionalistas en aquello de que “el que no sea nacionalista no tiene derecho a vivir”, los izquierdistas parecen haber acuñado lo de que “el que no sea de izquierdas no tiene derecho a vivir”, en un corrimiento lógico de la concepción despótica de estos neonazis. A tal extremo ha llegado la confusión de términos y conceptos alimentada por el neolenguaje, que es perentorio calificar de neonazis a los autodenominados de “izquierdas”, sobretodo a los que ostenten el poder político o sean partidarios de esos detentadores. Es necesario la adjetivación más simple para los combates que se avecinan, igual que los símbolos, palabras o frases ya integradas en el pertrecho ideológico de los ciudadanos, como castas, neocaciques, neonazis, taifas, etc.
Los españoles tienen suficiente educación democrática para impedir que los devuelvan al establo, el espectáculo que presenciamos y su conclusión, será todo un ejemplo para la humanidad que participará también en esta fértil tragedia a punto de dar comienzo en todas las Españas.
Antonio Ceballos
Anhäufen ab fleißig spanisch
5-6-08
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