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martes, 1 de julio de 2008

Carta a Biante

Mea culpa, Biante. Yo también he caído, como Agapito Maestre y como los Federicos. Firmé entre los primeros ese manifiesto por la lengua noséqué, estando en el Monte Scopus y viendo las cosas desde cierta altura jajaja, como diría mi buen amigo Bryce Echenique.

Soy especialista en precipitaciones e imprudencias, reincidente en suma a la hora de estrellar la cabeza contra muros de lamentaciones lejanas, pues también creo recordar que en otra vida fui pionero a la hora de sumarme, desde mi Buenos Aires querido aquella vez, a una iniciativa que pintaba bastante bien, encabezada por don Boadella (¡siempre él!), y que terminó como el rosario de la aurora entre aspirantes a mafiosillos made in Granollers y enfermeras de la pera extrarradial y criptomontonera.

En fin, qué le vamos a hacer, Biante. Para ti la perra gorda, pues como a menudo en esta temporada, llevas razón. Poco se puede añadir a lo que escudriñas y desmontas, a lo que escriben los Erasmos y al melancólico réquiem por Expaña que Girauta ha titulado con asesina puntería "Aún hay clases". Por cierto, él también se ha adherido a la cosa ésa, común o como diablos se llame.

¿Por qué hemos firmado, a sabiendas de que nos equivocábamos, de que mezclábamos nuestros nombres y trayectorias con la progresía recién indignada, la que no estuvo en la firma de los 2.300, por ejemplo (¿verdad, querido Boadella, verdad, no tan querido Espada?), o con los petainistas de la peponería?.

Cada uno que cargue con sus sinrazones, como diría el bueno de Sancho. Claro que él también, gruñendo y refunfuñando, una y otra vez seguía la estela que a Barataria le llevaría, aspirando a la buena gobernanza, espejismo en el que un manchego labrador jamás podría creer, por mucha lontananza soleada que marcara el horizonte de la nada.

Lo que ocurre, amigo Biante, es que con manifiesto acomplejado o sin él, la convivencia se ha roto, la ley y la justicia han sido pisadas por los guardianes del templo y la "no paz" ha estallado. Entonces pasa lo que pasa, cada uno se agarra de donde puede, pues respirar es lo último que se pierde.

¿Qué nos queda, políticamente hablando?, ¿Cuás es el frente social y cívico de la resistencia?. Haciendo algunas cuentas rápidas pero no demasiado incompletas: la mitad de los obispos, las tres cuartas partes de la Cope, Libertad Digital, AVT, Hazte Oír, Ciudadanos en la Red, Janarios dispersos, Marios indomables y algunos Junteros filipinos que manquepierdan no se rendirán jamás. Poca cosa para ganarle a tanto mameluco suelto.

Aunque pensándolo bien, mameluco en árabe significa "la cosa poseída", justa definición para aquellos esclavos comprados, sometidos y amaestrados, no recuerdo en qué orden, cuyo precio rondaba los 40 dinares per cápita. Invirtiendo la carga de la prueba, también se podría decir, tal vez: poca cosa para ganarle a un puñado de macabeos.

Shalom.


Dante Pombo de Alvear

4 comentarios:

Anónimo dijo...

En mi opinión somos demasiados para tan pocos nazis.

Entre las ideas teóricas atinadas -impulsadas por los afortunados que
las encontraron- y la conciencia política de la población, media un espacio-tiempo. Ese espacio es la propia teoría materializada en cientos de miles de súbditos-ciudadanos, su sangre y sus lágrimas, cuya adquisición es realizada en el transcurso de la misma lucha, jamás antes. Viene a ser como la hipótesis de Holmes, la única verosímil, por inverosímil que parezca, después de desechar a las demás. Cuando la teoría prende en las masas se hace revolucionaria esa teoría y ninguna más. El tiempo es el que necesite una situación para volverse incontrolable, caótica y socialmente insoportable, a partir de hace al menos 4 años.

Desde otro ángulo: el aborregamiento social es propio en todo lugar y en todas las sociedades en la Historia; tal vez ahora sea más efectivo tanto por los medios de aturdimiento de masas, como por el bienestar material del grueso social. Eso nos indica en el mejor de los casos que el disparo de salida tardará un poco más en llegar de lo que nos gustaría a escala de nuestro tiempo individual, lo que equivale a decir que los cambios debidos a procesos históricos no tienen relación con nuestra vida particular, la prueba es que hasta ahora no habíamos caído que desde la transición han venido colocando un cuento bastante aceptable, excepto para los cuatro primeros de la clase, esos Vicentitos que a veces llevan más razón que santos y laicos juntos.

La cuestión nuclear es que no hay alternativas políticas “oficiales” ni desarrollo social conocido al caso. La casta en general -2 ó 3 millones de personas, está internamente peleada y aunque sus bonzos están obligados a unirse como vamos viendo por días, las bases presionan en sentido ciudadano, lo que significa que la penetración de la “teoría”; es decir, la toma de conciencia política se produce por todas partes como también vamos viendo. Hasta entonces continuará la confusión, como la del polivalente manifiesto pro español o la del fútbol.

Un día de estos se juntará el hambre con las ganas de comer, nunca mejor dicho. Por arriba, con unos follones incalculables, como por ejemplo la frase de Huguet de que está dispuesto a devolver competencias, y por abajo penurias y dificultades nunca imaginadas por los actuales españoles.

Menos eran los de Leónidas y fastidiaron al malísimo Jerjes; cosas veredes.

Enrique Suárez dijo...

Gracias Dante, por tu respuesta. El manifiesto por la lengua común tiene una intención política clara, y no es otro que mostrar la discrepancia de una parte de la izquierda de este país, (la más racional, se supone) contra las concesiones de la izquierda que gobierna. En esta discrepancia, creo que desde una posición liberal hay que abstenerse, este manifiesto es una declaración de guerra interina entre las izquierdas de este país; LLamazares, el que representa a los que apoyan el referendum de Ibarretxe, y Ramoncín, que representa los intereses "de clase" del establishment, se han opuesto a él, el PSOE no ve motivos para hacer algo, ni siquiera ve el problema desde la altura que ha alcanzado su Olimpo de poder.

Se están reagrupando, socialistas históricos contra socialistas pragmáticos. A mí, en esa guerra no me pillan, hablan del derecho de hablar en la lengua común, no de la libertad de expresarse en el idioma español.

Ésto no es un problema de derechos, sino de libertad y justicia, he ahí la diferencia, derechos tenemos de sobra para que no se cumplan, no nos hacen falta más derechos, lo que se necesita es que los que tenemos se respeten, por eso no he firmado el manifiesto, ni lo voy a firmar.

Erasmo

sisa dijo...

Erasmo, desde cuando los firmantes Boadella, Arcadi y Vargas llosa no son liberales.
¿Porque les situas en la izquierda?
¿Porque siempre matais al mensajero?

Enrique Suárez dijo...

Sisa a Boadella le tengo un especial cariño, me parece uno de los personajes más honestos de esta realidad de mierda (Dante verás que también lo reconoce). A Arcadi no le acabo de entender, no por lo que dice, sino por lo que hace y no hace. Y a Mario le he leído y me ha gustado.

Creo que estos tres y alguno más, como Maestre, Federico, Cesar, Luis del Pino, y algunos del PP, les ha cogido el tema a la desesperada, que es un poco lo que dice Dante, total, ¿qué más da?, y posiblemente como hayas hecho tú.

Leches, pero así no regresamos a Ítaca, que coño de lengua común y bien democrático, el español es el idioma de los españoles, y punto.

No se negocia con la lengua, no se pide por favor que nos dejen hablar en una lengua común, ¿acaso lo han hecho los nazis?

Y tú, precisamente sabes que no es por tocar las narices, sino porque como aceptemos que "TODO ES NEGOCIABLE Y RELATIVO", entonces estaremos perdidos.

Este viaje no nos salva, nos permite recuperar aliento, nada más.

Saludos

Erasmo (el de la perra gorda, jejeje)

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