Hoy hablaba con un amigo y me relató una anécdota ocurrida hace años, él, funcionario público, tras darse cuenta del excesivo gasto que suponía una determinada gestión, se decidió a escribir a su jefe de Madrid para comunicarle que con unos ligeros cambios, se podría ahorrar un 90 % de los gastos de personal, tres meses después, su jefe le contestó diciendo: "no te molestes, no vas a conseguir nada, porque son los sindicatos los que controlan el asunto y son los suyos los que se benefician del exceso de gasto, no pierdas el tiempo".
Hoy también, coincidiendo con una funcionario de otro sector me dijo que en la huelga de justicia que se está celebrando no se ha hablado del principal argumento para reivindicar la igualdad salarial, porque los sindicatos que controlaban el asunto no querían hablar precisamente del origen de la injusticia: "la desigualdad que existe en España entre los trabajadores que realizan las misma tareas en comunidades transferidas y las que están por transferir, porque eso es tema tabú".
Estos dos ejemplos anecdóticos me sirven para lanzar una denuncia pública que espero sea valorada por nuestros lectores. Realmente, que se puede esperar de unos sindicatos, unos partidos políticos o unas organizaciones no gubernamentales que viven al albur del gobierno correspondiente, en la defensa de los derechos de los ciudadanos.
La sociedad española está tomada por la política, hasta el punto de que ya no son los partidos los que deciden lo que les da la gana, sino las organizaciones que habían de enfrentárseles en la reivindicación de los derechos de los ciudadanos, las que actúan en connivencia con los partidos que se encuentren en el poder a nivel nacional, autonómico o municipal.
¿Qué ocurre cuando los defensores de nuestros derechos forman parte de los que han decidido conculcarlos?. Cada día se hace más necesario que los ciudadanos nos agrupemos en la lucha individual por nuestros derechos, más allá de las organizaciones establecidas, creando agrupaciones provisionales orientadas a la resolución de problemas concretos.
Si ayer denunciaba la representación democrática de los partidos políticos, hoy quiero hacerlo con los sindicatos, los colegios profesionales, las organizaciones no gubernamentales, y toda la estructura social creada en connivencia con el poder gubernamental correspondiente.
Los españoles estamos atrapados entre un gobierno más una oposición política que defiende sus intereses utilizando el poder adquirido con engaños en las urnas- recordemos a Solbes diciendo aquello de: "crisis, ¿qué crisis?, o a Pizarro vendiendo soluciones improbables, por no decir imposibles -, pero también por la inmensa mayoría de las organizaciones sociales que deberían defender nuestros derechos, desde las organizaciones de consumidores hasta los sindicatos, desde las ONG hasta las asociaciones de defensa del ciudadano, desde iglesias y sectas hasta organizaciones en defensa de intereses particulares.
Todas están contaminadas por subvenciones e intereses, es tal el grado de corrupción política en nuestra sociedad que los ciudadanos no podemos esperar ninguna solución que provenga de lo existente, y estamos obligados en defensa de nuestros intereses a crear algo nuevo, no contaminado e inmune a la influencia política del administrador del poder correspondiente.
Biante de Priena
Hoy también, coincidiendo con una funcionario de otro sector me dijo que en la huelga de justicia que se está celebrando no se ha hablado del principal argumento para reivindicar la igualdad salarial, porque los sindicatos que controlaban el asunto no querían hablar precisamente del origen de la injusticia: "la desigualdad que existe en España entre los trabajadores que realizan las misma tareas en comunidades transferidas y las que están por transferir, porque eso es tema tabú".
Estos dos ejemplos anecdóticos me sirven para lanzar una denuncia pública que espero sea valorada por nuestros lectores. Realmente, que se puede esperar de unos sindicatos, unos partidos políticos o unas organizaciones no gubernamentales que viven al albur del gobierno correspondiente, en la defensa de los derechos de los ciudadanos.
La sociedad española está tomada por la política, hasta el punto de que ya no son los partidos los que deciden lo que les da la gana, sino las organizaciones que habían de enfrentárseles en la reivindicación de los derechos de los ciudadanos, las que actúan en connivencia con los partidos que se encuentren en el poder a nivel nacional, autonómico o municipal.
¿Qué ocurre cuando los defensores de nuestros derechos forman parte de los que han decidido conculcarlos?. Cada día se hace más necesario que los ciudadanos nos agrupemos en la lucha individual por nuestros derechos, más allá de las organizaciones establecidas, creando agrupaciones provisionales orientadas a la resolución de problemas concretos.
Si ayer denunciaba la representación democrática de los partidos políticos, hoy quiero hacerlo con los sindicatos, los colegios profesionales, las organizaciones no gubernamentales, y toda la estructura social creada en connivencia con el poder gubernamental correspondiente.
Los españoles estamos atrapados entre un gobierno más una oposición política que defiende sus intereses utilizando el poder adquirido con engaños en las urnas- recordemos a Solbes diciendo aquello de: "crisis, ¿qué crisis?, o a Pizarro vendiendo soluciones improbables, por no decir imposibles -, pero también por la inmensa mayoría de las organizaciones sociales que deberían defender nuestros derechos, desde las organizaciones de consumidores hasta los sindicatos, desde las ONG hasta las asociaciones de defensa del ciudadano, desde iglesias y sectas hasta organizaciones en defensa de intereses particulares.
Todas están contaminadas por subvenciones e intereses, es tal el grado de corrupción política en nuestra sociedad que los ciudadanos no podemos esperar ninguna solución que provenga de lo existente, y estamos obligados en defensa de nuestros intereses a crear algo nuevo, no contaminado e inmune a la influencia política del administrador del poder correspondiente.
Biante de Priena
4 comentarios:
EStá claro, los sindicatos no tienen honestidad......
Deberían llamarse 'todo por la pasta'
Como me gusta tu blog Doctor, jejeje.
Buen Trabajo. La verdad es que la política es uno de los canceres de esta sociedad. Por eso yo digo siempre que mi política es no hacer política, yo solo hago filosofía. Si contaría mis aventuras con políticos de varios países y de diferentes ideologías, podría afirmar claramente que solo les mueven la pasta y el afán de poder para hacer más dinero aún. Da asco pero es la pura realidad de nuestra hipócrita Sociedad tan moderna.
Todo el mundo lo sabe, pero nadie lo remedia. Lo que deduzco que todos los demócratas, votadores de estos sin vergüenzas, deben ser como mínimo iguales de sin vergüenzas o por lo menos deben tener un problema grave, mental o de ceguera y sordera que necesitan de tus cuidados Doc, jejeje. ¿Cuando vamos a comprender que tenemos los dirigentes que nos merecemos? Si son los ciudadanos que les ponen en su sitio.
¿Que sera que son masoquistas o algo parecido?
Un abrazo.
Richard Wilson
http://cronicasiglo21.zoomblog.com/
De acuerdo, Erasmo. La crisis que vivimos no es una crisis política exclusivamente, es una crisis social de amplio alcance. Recomiendo el artículo de Alfonso Lazo "Metapolítica", publicado el pasado viernes en El Mundo Andalucía.
Lo que no entiendo es cómo se compadece esta visión con el apoyo a UPyD, que está demostrando tener todos los vicios de las organizaciones (políticas y no políticas) supuestamente representativas de la ciudadanía.
Por cierto, ¿cuándo nos ponemos a la labor?
Si todas las partidas de las cuentas públicas fuesen de fácil acceso a la ciudadanía-(exceptuando gasto reservados, controlados por una comisión de parlamentaeios-¿Se atreverían a viajar de morro y comprar voluntades y todos los casos que se denuncian de sindicatos,ONG y adláteres lame....?
¿Verdad que si el dinero dejara de ser anónimo,este post no hubiese existido?
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