Ciutadans: "La extinción de la esperanza"

"Los peores lugares del infierno se han reservado a aquellos, que en tiempo de crisis, permanecieron neutrales"
La Divina comedia
Dante Alighieri (1265-1321)

Otra carta abierta a Albert Rivera

El partido Ciutadans ha abandonado el mundo de las posibilidades para ocupar su merecido lugar en el de las hipótesis refutadas. Al final se ha demostrado su inutilidad política tanto a nivel autonómico en Cataluña, como en el ámbito nacional español.

Ciutadans ha obtenido en el ámbito nacional, 45.750 votos, 0,18 % de los emitidos en toda España, de los que 27.408 corresponden a Cataluña, lo que supone un 0,74 % del total autonómico. De los que 24.161 corresponden a Barcelona, ciudad en la que se obtiene un 0,87 % de todos los votos emitidos.

Ciertamente el partido que se configuró en su día como la esperanza de regeneración democrática de la política española, y un ariete contra las injusticias organizadas desde los nacionalismos, ha quedado reducido prácticamente a la inexistencia política, y eso que ha contado con el "respeto fraterno" de UPyD que ha hecho en Cataluña una campaña testimonial, para no ser acusado de cainismo político. En Madrid, Ciutadans, ha quedado por debajo del partido antitaurino, con sus 3.926 votos, con eso se dice todo sobre la capacidad de su representación política en la capital española.

Realmente estos resultados definen claramente lo que es Ciutadans: una plataforma de promoción personal al servicio de los intereses del grupo que ha elegido a Albert Rivera como su representante público. En realidad, un partido político que no se distingue en nada de la mayoría de los partidos políticos que compiten en Esapña.

Hace siete meses le dirigí una carta a Albert Rivera, al tiempo que decidía darme de baja en el partido Ciutadans, se titulaba: "Escucha, pequeño hombrecito", y en aquella ocasión trataba de exponerle al presidente de mi partido qué errores había cometido hasta entonces, hablando exclusivamente de su persona, para ver si le llegaba el mensaje por el canal narcisista, pero ni con esas.

Hoy sin embargo le voy a decir los errores que cometió en cuanto a las personas que se habían apuntado al proyecto que él dirigía, y lamentablemente representaba. Y se lo puedo decir, porque en Ciudadanos en la Red se han agrupado un buen grupo de personas con las ideas claras sobre la nefasta gestión política que ser ha ejercido en Ciutadans, no solo del capital ideológico, aquel "Espíritu del Tívoli" establecido en el ideario al que se renunció, sino del capital humano, que es mucho más importante. Se lo digo, porque he visto llorar a gente, jóvenes y viejos, cuando observaron la tomadura de pelo que representaba Albert Rivera y su gente. Se lo digo para que quede constancia de su falta de respeto hacia los suyos, su talante mezquino y su singular osadía. Se lo digo, porque se lo merece.

Verás Albert, la mayoría de las personas que nos afiliamos a ciutadans a lo largo del año 2006 lo hicimos por diversas razones, quizás la más importante fuera la opresión que se estaba haciendo de todo lo que oliera a español en Cataluña, la inmersión lingüística del castellano, y el efecto llamada de los intelectuales progenitores del partido y sus comunicados

Los que nos afiliamos desde otros lugares de España, lo hicimos por solidaridad con los españoles que residen en Cataluña, pero también porque estábamos hartos de la opresión política sectaria del PSOE y la lapidaria del PP, por la incapacidad de ambos para ponerse de acuerdo en los puntos claves de nuestra Constitución, y porque considerábamos que la vida política en España había entrado en proceso de putrefacción desde hacía bastante tiempo.

Nunca pensasteis en los militantes del partido más que como mano de obra barata, pega-carteles gratuitos, y relleno de las actuaciones estelares de tus actos y los que tú decidieras como elegidos, en el más ampuloso liderazgo fascista que he conocido en mi vida. Quizás lo que más me dolió, fue ver cómo iban cayendo buenas personas con buenas intenciones ante tú sectarismo inmisericorde, en ocasiones cruel.

Costó trabajo, pero poco a poco hemos logrado desenmascarar tu estrategia personal y todas vuestras aspiraciones personales, porque en Ciudadanos en la Red, como acto de honestidad con los ciudadanos que habían apoyado la pantomima que habíamos contribuido a crear, nos comprometimos a no dejar en la escena política una formación que iba a engañar a los votantes ingenuos al arrebol de la política catalana. Era nuestra responsabilidad dar a conocer a los ciudadanos en qué se había convertido el partido de Boadella, porque si UPyD será siempre el partido de Rosa Díez, Ciutadans será siempre el partido de Boadella.

Y respetamos a Albert Boadella, como una buena parte de la sociedad catalana, que todos sabemos que sigue siendo española, menos los iluminados de turno, porque le hemos visto luchar contra todos los poderes durante toda su vida, fueran del color fueran, incluso arriesgando realmente su vida y libertad. Qué simetría tan grosera nos ha entregado la vida al observarte al lado de Albert Boadella, que se desnuda como ser humano ante su gente siendo actor, y la tuya, la del político Albert Rivera, que se disfraza de desnudo ante sus posibles víctimas políticas.

En todo este viaje de desencuentro, nos sorprendió gratamente la llegada de Ciudadano Ubú y su corriente zanahoria, ese baluarte del compromiso que supuso la gente de Cerdañola como estandarte de la lucha dentro de Cataluña, los "outsiders" de Madrid, los "acostistas" de Andalucía, algunos "heróes" de Valencia, Baleares, Galicia, Castilla-León, Aragón, Murcia, y de otros tantos lugares.

También nos sorprendió el coraje de Luis Bouza-Brey, que al frente de Regeneración Democrática, y con muy poca información sobre los problemas internos del partido, asumió dar la cara para enfrentarse contigo en el Congreso. Y cómo no, a la izquierda más honesta del partido, la que lo abandonó al día siguiente del congreso, y que se arremolinó en Alternativa Ciudadana Progresista.

Fuimos muchos los que vimos los que estabais haciendo, y sin ponernos de acuerdo previamente, nos encontramos en el mismo barco, empujados por tus errores, haciendo frente al monstruo que habíamos creado y habíamos amado, y que tú representabas tan maravillosamente, hasta que logramos desenmascararte, quitándote el disfraz de desnudo que no tenía nada que ocultar. Alguien dijo en cierta ocasión que lo peor de un político es lo que muestra.

Este es un resumen final, creo que será la última ocasión en la que puedas disfrutar de mis crónicas del desencuentro, porque esta carta que te dedico a ti, y a los que te acompañan en ese viaje a ninguna parte que habéis decidido emprender, para mí es el epitafio que siempre quise escribir sobre el final de Ciutadans, y el comienzo de una nueva era en la política española, que es la rebelión de los ciudadanos dentro de los partidos políticos cuando sus líderes tratan de apropiarse del trabajo de todos en su propio beneficio.

En cierta forma, puedo decirte que ahora me alegra todo lo que ha ocurrido, porque hemos demostrado que es posible hacerle frente a los políticos profesionales desde la unión libre de los ciudadanos, y también derrotarles. En su momento, decidimos plantarnos y erradicar de la vida política lo que no sirve para lo que anuncia. Y te aseguro, como podrás comprobar en los comentarios de este artículo, que mucha gente se ha alegrado del final de Ciutadans, unos pocos menos que los mismos que nos alegramos de su nacimiento. Sé feliz.

Enrique Suárez Retuerta