La realidad en Cuba no pueden opinar, o bien es 'a escondido' o tienen el cerebro con la cosecha de los años de ideas solo de Fidel, en conclusión no pueden tener mas ideas.
Bueno, en realidad hay muchos disidentes en Cuba. Algunos en la cárcel (más de 300), muchos en residencia vigilada (no pueden salir de su casa-prisión, vigilada por los chivatos del barrio), y muchos más en la opacidad más o menos controlada por la inmensa isla-checa. Os cuento una anécdota: en la alianza francesa de la Habana, dirigida conjuntamente por el estado cubano y por la embajada francesa, asisten a clases disidentes y chivatos de la policía. En cada aula y en cada clase de francés hay un chivato a sueldo, es así y todo el mundo sabe quién es. Es eso, o se cierra la alianza, algo que los cubanos disidentes no quieren. Por lo menos, es un lugar donde pueden estar mejor que en sus casas o que en la calle, acceder a conocimientos más abiertos (aunque hay censura previa de todo lo que pse publica acerca de Cuba en la prensa francesa a disposición de los estudiantes), comunicarse con personal europeo... La gente que va allí es extraordinaria, son intelectuales, estudiosos, homosexuales perseguidos, cristianos, artistas, o sencillamente personas que aspiran a la normalidad democrática, por muy imperfecta que sea: vivir en un país donde no te vigilen constantemente, donde puedas elegir la radio o el periódico que te dé la gana, donde puedas entrar a una librería sion que haya una selección ideológica previa de las obras, donde te puedas conectar a internet en tu casa o en un locutorio, donde te puedas buscar la vida sin pasar por las oficinas del estado socialista, donde no tengas tarjetas de racionamiento, donde tu gente viva con dignidad, sin prostituirse por unos pantalones (cuando yo fui, a principios de los 90, era por un dólar) con extranjeros sin escrúpulos, donde puedas opinar sin hablar en voz baja y sin mirar alrededor.
Sobre lo último, muchos en España saben de qué estoy hablando, por ejemplo en el País Vasco o en ciertos ámbitos profesionales catalanes.
6 comentarios:
Sobre todo los que han salido de Cuba hartos de la miseria que ha producido los 50 años del gobierno de Fidel.
Sobre todo los que están por Miami
No, si los hay en España casi peores... mirad el curriculum de Llamazares en la wikipedia, formado en Salud Pública en Cuba...
Así nos va.
Si queréis solidarizaros con los disidentes cubanos, visitad la web de Payá, la de la fundación hispano-cubana y otras:
http://www.oswaldopaya.org/es/
http://www.hispanocubana.org/
http://www.procubalibre.org/
La realidad en Cuba no pueden opinar, o bien es 'a escondido' o tienen el cerebro con la cosecha de los años de ideas solo de Fidel, en conclusión no pueden tener mas ideas.
Bueno, en realidad hay muchos disidentes en Cuba. Algunos en la cárcel (más de 300), muchos en residencia vigilada (no pueden salir de su casa-prisión, vigilada por los chivatos del barrio), y muchos más en la opacidad más o menos controlada por la inmensa isla-checa. Os cuento una anécdota: en la alianza francesa de la Habana, dirigida conjuntamente por el estado cubano y por la embajada francesa, asisten a clases disidentes y chivatos de la policía. En cada aula y en cada clase de francés hay un chivato a sueldo, es así y todo el mundo sabe quién es. Es eso, o se cierra la alianza, algo que los cubanos disidentes no quieren. Por lo menos, es un lugar donde pueden estar mejor que en sus casas o que en la calle, acceder a conocimientos más abiertos (aunque hay censura previa de todo lo que pse publica acerca de Cuba en la prensa francesa a disposición de los estudiantes), comunicarse con personal europeo... La gente que va allí es extraordinaria, son intelectuales, estudiosos, homosexuales perseguidos, cristianos, artistas, o sencillamente personas que aspiran a la normalidad democrática, por muy imperfecta que sea: vivir en un país donde no te vigilen constantemente, donde puedas elegir la radio o el periódico que te dé la gana, donde puedas entrar a una librería sion que haya una selección ideológica previa de las obras, donde te puedas conectar a internet en tu casa o en un locutorio, donde te puedas buscar la vida sin pasar por las oficinas del estado socialista, donde no tengas tarjetas de racionamiento, donde tu gente viva con dignidad, sin prostituirse por unos pantalones (cuando yo fui, a principios de los 90, era por un dólar) con extranjeros sin escrúpulos, donde puedas opinar sin hablar en voz baja y sin mirar alrededor.
Sobre lo último, muchos en España saben de qué estoy hablando, por ejemplo en el País Vasco o en ciertos ámbitos profesionales catalanes.
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