19h58 : Acaba la inmensa concentración de rebeldía ciudadana con el himno nacional. Hoy ha sido el día de las víctimas y el día de España. Un clamor, una cólera interior, un genio contenido, una determinación inquebrantable se han esparcido como un rumor por las avenidas de Madrid.
Más de un millón de personas, representantes de muchos millones más, han estado allí para apoyar a las víctimas, protagonistas políticos de la inverosímil situación que vive nuestro país. Víctimas y ciudadanos que no han venido a pedir concordia y reclamar la paz. No, lo que ha salido de su garganta es una ira pensada, sólida, estable y duradera. Una ira contra Eta, contra la injustica, contra la posibilidad de ver el estado de derecho ceder ante los asesinos. Han venido a decir, con voz pausada y voluntad férrea, que no lo van a permitir.
Ira ordenada la del primer discurso de cierre, con la reiteración implacable de los errores del actual gobierno. Ira espontánea de las víctimas que ni perdonan ni olvidan, en boca de la hermana Becerril. Ira política de Alcaraz, repitiéndole al presidente que no vamos a tolerar la rendición. Ira ciudadana de Mikel Buesa, conminando a un presidente indigno, con palabras de una dureza inédita, a cambiar el rumbo, o a dejar que los españoles decidan su futuro, sin él y su siniestro proceso de "paz".
Con ecos de vivencia antifranquista, la apelación a la resistencia de los ciudadanos y a la rebeldía de una España con futuro no serán apreciados en su justa dimensión por los más jóvenes, por los desmemoriados y por los iluminados de la negociación. Quienes sí hemos oído el timbre, escuchado el tono y observado el temple de la reacción ciudadana de hoy sabemos que se ha dado un salto de calidad en la escalada de la confrontación para defender la libertad y la democracia.
La ira de las víctimas se ha materializado hoy en arma política. Son la vanguardia de nuestra lucha contra Eta, contra quienes la defienden, quienes la justifican y quienes estrechan comprensivamente o por miedo la mano del asesino.
Es mucho más que un aviso. Es una cuenta atrás.
Más de un millón de personas, representantes de muchos millones más, han estado allí para apoyar a las víctimas, protagonistas políticos de la inverosímil situación que vive nuestro país. Víctimas y ciudadanos que no han venido a pedir concordia y reclamar la paz. No, lo que ha salido de su garganta es una ira pensada, sólida, estable y duradera. Una ira contra Eta, contra la injustica, contra la posibilidad de ver el estado de derecho ceder ante los asesinos. Han venido a decir, con voz pausada y voluntad férrea, que no lo van a permitir.
Ira ordenada la del primer discurso de cierre, con la reiteración implacable de los errores del actual gobierno. Ira espontánea de las víctimas que ni perdonan ni olvidan, en boca de la hermana Becerril. Ira política de Alcaraz, repitiéndole al presidente que no vamos a tolerar la rendición. Ira ciudadana de Mikel Buesa, conminando a un presidente indigno, con palabras de una dureza inédita, a cambiar el rumbo, o a dejar que los españoles decidan su futuro, sin él y su siniestro proceso de "paz".
Con ecos de vivencia antifranquista, la apelación a la resistencia de los ciudadanos y a la rebeldía de una España con futuro no serán apreciados en su justa dimensión por los más jóvenes, por los desmemoriados y por los iluminados de la negociación. Quienes sí hemos oído el timbre, escuchado el tono y observado el temple de la reacción ciudadana de hoy sabemos que se ha dado un salto de calidad en la escalada de la confrontación para defender la libertad y la democracia.
La ira de las víctimas se ha materializado hoy en arma política. Son la vanguardia de nuestra lucha contra Eta, contra quienes la defienden, quienes la justifican y quienes estrechan comprensivamente o por miedo la mano del asesino.
Es mucho más que un aviso. Es una cuenta atrás.
2 comentarios:
Enhorabuena Ciudadanos en la Red, por el seguimiento que habeis hecho, ahora llega la reflexión y el análisis.
F.D.
Excelente comentario y certero análisis.
Saludos y muy buen trabajo.
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