En la Carta Magna española, de 1978, queda establecido el derecho de asociación en el texto que se expresa a continuación:
Artículo 22
1.Se reconoce el derecho de asociación.
pero quizás para el tema que nos ocupa, sea más importante el artículo 23, que dice en sus apartados uno y dos lo siguiente:
Artículo 23
1.Los ciudadanos tiene el derecho a participar en los asuntos públicos, directamente o por medio de representantes, libremente elegidos en elecciones periódicas por sufragio universal.
2.Asimismo, tienen derecho a acceder en condiciones de igualdad a las funciones y cargos públicos, con los requisitos que señalen las leyes.
Durante el último mes, tras el apasionante estallido electoral de Ciudadanos – Partido de la Ciudadanía en las elecciones catalanas, han comenzado a aparecer por todo el territorio nacional, nuevas opciones políticas que nada tienen que ver con la nuestra, pero que promueven acciones políticas similares o equivalentes.
Parecerá en principio, que sólo el oportunismo es la única razón que explica esta cuestión, sin embargo, haciendo un análisis más detallado, y con buena fe, se puede decir que en España se presenta una concurrencia de ánimo, encaminada a que los ciudadanos puedan controlar y optimizar la forma de hacer política en nuestro país.
Parece ser que mucha gente dispersa por el territorio español, estaba pensando lo mismo que nosotros y al ver que Ciudadanos ha sido capaz de entrar en el juego político, han decidido lanzar su oferta. Puede ser así o no. Soy de los que prefiere pensar bien hasta que se demuestre lo contrario.
LA REVOLUCION CIUDADANA
Hay varios motivos que pueden explicar la eclosión en España, de movimientos ciudadanos con finalidad política, a lo largo de este año, y todos tienen que ver con una cuestión fundamental de la vida social: la representación política.
Hay dos tendencias definidas, sobre la cuestión de la representación política en este país, que agregadas pueden explicar mejor por qué han brotado estas nuevas formaciones, entre las que se encuentra nuestro partido: Ciudadanos.
Tendencia negativa: los ciudadanos no se sienten bien representados por los partidos políticos tradicionales y requieren cambios en su forma de hacer las cosas. Los medios de comunicación han jugado un papel importante en el descubrimiento de determinadas conductas políticas de nuestros representantes que transgreden los mínimos principios irrenunciables de honestidad y responsabilidad.
Tendencia positiva: los ciudadanos quieren representarse a sí mismos, de forma directa, por que consideran que están preparados para hacerlo, y al menos lo harán tan bien como lo hacen los políticos que les representan actualmente.
Hannah Pitkin, una de las politólogas más prestigiosas de las últimas décadas, en su obra “El concepto de representación política”, publicado en 1985 en Madrid, por el Centro de Estudios Constitucionales, refiere que la representación política es un concepto multidimensional que se define por cinco funciones básicas que serían las siguientes:
la representación como autorización
la representación como responsabilidad
la representación descriptiva
la representación simbólica
la representación como actuación sustantiva
El desarrollo explicativo de estas funciones se pueden encontrar en el interesante trabajo de la socióloga mejicana María Antonia Martínez, titulado: “La representación política y la calidad de la democracia”, que se puede leer en la sección TEXTOS CIUDADANOS de nuestros blogs.
UN FUTURO SIN REPRESENTACIÓN POLITICA
Nadie puede atribuirse la representación última de los ciudadanos, ese es precisamente el grave error que han cometido los partidos políticos tradicionales del “electorario” español. En los tiempos que vivimos, los ciudadanos deben recuperar buena parte del poder concedido a los políticos, pues no hay ninguna necesidad de que éstos les representen en todos los ámbitos de su vida.
La representación política es posiblemente el problema crucial de la Democracia. En una correcta interpretación de la Ley, la soberanía siempre y en cualquier circunstancia, pertenece a los ciudadanos; sus representantes, son simplemente delegados de sus demandas políticas, que deben saber transformar en ofertas políticas. Es decir, los políticos, son instrumentales al proceso democrático que separa la decisión ciudadana de la su realización política.
En definitiva, la revolución ciudadana a la que estamos asistiendo, está sin duda relacionada con la cuestión de la representación política, y además, estoy seguro de que por mucho que los partidos políticos tradicionales, se empeñen en corregir el error que han cometido, no se producirá una regresión a posiciones anteriores.
El desarrollo de la política, no sé por que extraña razón, sigue un paralelismo con la Teoría de la Evolución expuesta por Darwin (y que nadie entienda mis palabras como un alegato sociobiológico, que por supuesto no comparto), y cuando un cambio se produce y emerge en la realidad, resulta irreversible.
Analizando la evolución histórica de las reivindicaciones ciudadanas, se puede comprobar esta hipótesis, de la que se puede deducir como conclusión provisional, que una vez que los ciudadanos han decidido representarse a sí mismos, no hay vuelta atrás, los políticos tendrán que renunciar a su representación.
Estoy seguro de que con el estallido de Ciudadanos, sólo estamos asistiendo a la primera batalla de una larga guerra, que no sólo se desarrollará en España, sino que se expandirá por todo el mundo en los próximos años.
Será dura la proeza, por que para que los ciudadanos ocupen el entramado institucional, que les corresponde, deberá transformarse el contrato social que sustenta la democracia, y los políticos tendrán que abandonar el poder que detentan.
Ciudadanos va a tener muchas dificultades para alcanzar los objetivos últimos que se ha propuesto, su revolución naranja sólo ha comenzado; por qué los partidos tradicionales tratarán de impedir por todos los medios que su mensaje y sus acciones sean aceptadas por los demás ciudadanos, como ya se está viendo.
Pero por otra parte, van a surgir numerosos movimientos y partidos, al albur de nuestra formación, que tratarán de representar legítimamente la opción de cambio social que ha sugerido Ciudadanos al electorado.
En la aventura épica de Ciudadanos, habrá que ir despacio, para no detenerse, o para no ser detenidos, aunque seamos condenados de forma permanente, por todo lo que hagamos y por todo lo que dejemos de hacer.
Enrique Suárez Retuerta
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