
Lástima que el Premio Nóbel de Economía 2008 se lo hayan concedido a Paul Kraugman, un reconocido profesor de la Universidad de Princeton por sus estudios de las pautas de comercio y las nuevas localizaciones (o deslocalizaciones). Fue asesor de Ronald Reagan y columnista en "The New York Times", con una sección titulada: "La conciencia de un liberal", aunque ha criticado a los neocon de Bush, para nada representa a la socialdemocracia.
Los rumores crecen, Miguel Sebastián y José Blanco, con la anuencia de Pedro Solbes, los sindicatos mudos de clase CCOO y UGT, la Junta de Andalucía, los presidentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia, y los niños de un colegio de Badajoz, más la sección femenina del Ministerio de Igualdad, se han juramentado para que el próximo año Zapatero sea un candidato con posibilidades al reconocido galardón sueco en el apartado de Economía.
Este año no ha vuelto a salir Premio Nóbel de la Paz, ni por la genial idea de la Alianza de Civilizacions, ni por la petición de moratoria para la pena de muerte en la ONU, ni por haber sacado las tropas de la guerra de Irak, ni por su diálogo con los terroristas de ETA, ni por su colaboración permanente en la colocación de cascos azules por el mundo, ni por su denuedo en la defensa de los derechos sociales, la lucha contra el hambre, la política de migraciones, o la defensa ecológica contra el cambio climático.
Sobrado de méritos, el Presidente español espera su reconocimiento mundial, le está saliendo tan mal como cuando trató de colocar a Elena Salgado -ni sanitaria, ni experta- en la dirección de la OMS.
Aznar por lo menos tuvo a Rato en la presidencia del FMI, y no es justo, con todo lo que se ha hecho en política internacional en este país con ese encomiable ministro que es Moratinos, que el mundo dé la espalda a las grandes cualidades de este hombre que es nuestro presidente para alcanzar la inmortalidad.
¿Por qué el mundo no reconoce a Zapatero sus enormes y nunca bien ponderados méritos?. Tal vez sea porque en España se ha incrementado bajo su mandato la violencia de género, pero él no puede hacer más. Quizás porque ahora España es la octava potencia mundial de exportación de armamento, especialmente a los países no democráticos más pobres. Pero en realidad, lo que se piensa en los mentideros próximos a La Moncloa es que hay un veto implícito del Presidente de los Estados Unidos, que le tiene manía desde que convirtió a España en un aliado de segundo grado de la potencia norteamericana.
El presidente Zapatero ha hecho todo lo posible para que no hubiera crisis, ha cerrado fuertemente los ojos, ha engañado a los españoles para volver a ser presidente del Gobierno, y ha hablado con Sarkozy y Brown para decirles lo que hay que hacer, que lo sabe él porque tiene 640 asesores y la escuadra progresista mundial de economistas post-marxistas procurándole información: la salida debe ser concertada, el coro de Bruselas al unísono y bajo su batuta egregia, cantará de nuevo el "we are the champions".
Hoy ha tenido, además, una hermosa frase que pone definitivamente las cosas en su sitio, se ha dejado decir que: "Estados Unidos sumió al mundo en la crisis y la Unión Europea lo sacará de ella". ¡Ay madre!. Que nos van a acabar declarando la guerra económica los chicos de Bush, y vamos a tener la misma tecnología que Mozambique o Uganda. Este tío nos devuelve a la edad de piedra, como le dejen seguir hablando.
Para añadir a continuación: "La crisis demuestra que la fiebre por reducir el papel del Estado no funciona", y poco después: "que ve con cierta lógica que los gobiernos "progresistas" tengan la iniciativa", y más adelante: "Este es un tiempo sin duda para políticas socialdemócratas; la socialdemocracia va a demostrar su fortaleza ideológica y su capacidad de resolver mejor los problemas".
Pero quizás la frase fundamental que mejor nos dibuja la mentalidad de Rodríguez Zapatero es la de que: "la crisis ha conducido a la hoguera a miles de páginas de la literatura económica liberal".
Las críticas no se han hecho esperar, Jesús Cacho ha escrito que no comprende como se va a dedicar un 15 del PIB español, para salvar al enfermo más sano del mundo, Josep Ramoneda desde El País, acusa a Zapatero de contradicciones, excesivo protagonismo, y errónea imprudencia. Por algo lo definió Cebrián como "ingenuo, incapaz y advenedizo", en la crisis estamos conociendo su auténtico talante.
El exultante cejudo visita Flandes dando lecciones, pisando fuerte, marcando paquete, arrimándose al mihura de la crisis. Tierras en las que España dejó de ser lo que fue gracias a los banqueros que hipotecaron a Felipe II, y se quedaron con toda la riqueza de las Américas, porque no pasaron por el aro del catolicismo ultramontano.
Volvemos a repetir errores, en tiempos de crisis, Zapatero, observa y calla, como hacen los demás, que están a ver que pasa. Menos mal que Sarkozy y Brown se han dado cuenta del vendedor de alfombras voladoras que les viene de España, y le dan palmaditas en la espalda, mientras sudan para adentro, habilidad extraordinaria de los buenos políticos.
Y dice que la socialdemocracia va a salvarnos, ¿pero sabe lo qué dice?, la socialdemocracia en economía está muerta y enterrada, desde que gasta siempre mucho más de lo que produce, sólo ha funcionado en los países nórdicos porque la corrupción es un delito, no como en las democracias mediterráneas en las que es un símbolo de abuso de poder político, y la crisis es la lápida en la que se escribirá su epitafio para la posterioridad: "aquí yace la socialdemocrazia".
La crisis se resolverá cuando diga el mercado cuantos políticos le sobran en la desparasitación, precisamente lo contrario de lo que dice el ínclito. Es el Estado y sus intempestuosas intervenciones lo que le sobra al mercado, la bolsa escupe las ayudas, y hasta Botín dice que un poquito de por favor.
Lo primero que tiene que hacer Zapatero es pedir disculpas a los españoles que le han votado mientras les mentía diciendo que no habría crisis, y en caso de que la hubiera, España no sufriría sus consecuencias. Primero negándola y ahora dando el espectáculo bochornoso por el mundo.
¿Pero quién ha votado a este tío?.
Biante de Priena
Los rumores crecen, Miguel Sebastián y José Blanco, con la anuencia de Pedro Solbes, los sindicatos mudos de clase CCOO y UGT, la Junta de Andalucía, los presidentes de Venezuela, Ecuador y Bolivia, y los niños de un colegio de Badajoz, más la sección femenina del Ministerio de Igualdad, se han juramentado para que el próximo año Zapatero sea un candidato con posibilidades al reconocido galardón sueco en el apartado de Economía.
Este año no ha vuelto a salir Premio Nóbel de la Paz, ni por la genial idea de la Alianza de Civilizacions, ni por la petición de moratoria para la pena de muerte en la ONU, ni por haber sacado las tropas de la guerra de Irak, ni por su diálogo con los terroristas de ETA, ni por su colaboración permanente en la colocación de cascos azules por el mundo, ni por su denuedo en la defensa de los derechos sociales, la lucha contra el hambre, la política de migraciones, o la defensa ecológica contra el cambio climático.
Sobrado de méritos, el Presidente español espera su reconocimiento mundial, le está saliendo tan mal como cuando trató de colocar a Elena Salgado -ni sanitaria, ni experta- en la dirección de la OMS.
Aznar por lo menos tuvo a Rato en la presidencia del FMI, y no es justo, con todo lo que se ha hecho en política internacional en este país con ese encomiable ministro que es Moratinos, que el mundo dé la espalda a las grandes cualidades de este hombre que es nuestro presidente para alcanzar la inmortalidad.
¿Por qué el mundo no reconoce a Zapatero sus enormes y nunca bien ponderados méritos?. Tal vez sea porque en España se ha incrementado bajo su mandato la violencia de género, pero él no puede hacer más. Quizás porque ahora España es la octava potencia mundial de exportación de armamento, especialmente a los países no democráticos más pobres. Pero en realidad, lo que se piensa en los mentideros próximos a La Moncloa es que hay un veto implícito del Presidente de los Estados Unidos, que le tiene manía desde que convirtió a España en un aliado de segundo grado de la potencia norteamericana.
El presidente Zapatero ha hecho todo lo posible para que no hubiera crisis, ha cerrado fuertemente los ojos, ha engañado a los españoles para volver a ser presidente del Gobierno, y ha hablado con Sarkozy y Brown para decirles lo que hay que hacer, que lo sabe él porque tiene 640 asesores y la escuadra progresista mundial de economistas post-marxistas procurándole información: la salida debe ser concertada, el coro de Bruselas al unísono y bajo su batuta egregia, cantará de nuevo el "we are the champions".
Hoy ha tenido, además, una hermosa frase que pone definitivamente las cosas en su sitio, se ha dejado decir que: "Estados Unidos sumió al mundo en la crisis y la Unión Europea lo sacará de ella". ¡Ay madre!. Que nos van a acabar declarando la guerra económica los chicos de Bush, y vamos a tener la misma tecnología que Mozambique o Uganda. Este tío nos devuelve a la edad de piedra, como le dejen seguir hablando.
Para añadir a continuación: "La crisis demuestra que la fiebre por reducir el papel del Estado no funciona", y poco después: "que ve con cierta lógica que los gobiernos "progresistas" tengan la iniciativa", y más adelante: "Este es un tiempo sin duda para políticas socialdemócratas; la socialdemocracia va a demostrar su fortaleza ideológica y su capacidad de resolver mejor los problemas".
Pero quizás la frase fundamental que mejor nos dibuja la mentalidad de Rodríguez Zapatero es la de que: "la crisis ha conducido a la hoguera a miles de páginas de la literatura económica liberal".
Las críticas no se han hecho esperar, Jesús Cacho ha escrito que no comprende como se va a dedicar un 15 del PIB español, para salvar al enfermo más sano del mundo, Josep Ramoneda desde El País, acusa a Zapatero de contradicciones, excesivo protagonismo, y errónea imprudencia. Por algo lo definió Cebrián como "ingenuo, incapaz y advenedizo", en la crisis estamos conociendo su auténtico talante.
El exultante cejudo visita Flandes dando lecciones, pisando fuerte, marcando paquete, arrimándose al mihura de la crisis. Tierras en las que España dejó de ser lo que fue gracias a los banqueros que hipotecaron a Felipe II, y se quedaron con toda la riqueza de las Américas, porque no pasaron por el aro del catolicismo ultramontano.
Volvemos a repetir errores, en tiempos de crisis, Zapatero, observa y calla, como hacen los demás, que están a ver que pasa. Menos mal que Sarkozy y Brown se han dado cuenta del vendedor de alfombras voladoras que les viene de España, y le dan palmaditas en la espalda, mientras sudan para adentro, habilidad extraordinaria de los buenos políticos.
Y dice que la socialdemocracia va a salvarnos, ¿pero sabe lo qué dice?, la socialdemocracia en economía está muerta y enterrada, desde que gasta siempre mucho más de lo que produce, sólo ha funcionado en los países nórdicos porque la corrupción es un delito, no como en las democracias mediterráneas en las que es un símbolo de abuso de poder político, y la crisis es la lápida en la que se escribirá su epitafio para la posterioridad: "aquí yace la socialdemocrazia".
La crisis se resolverá cuando diga el mercado cuantos políticos le sobran en la desparasitación, precisamente lo contrario de lo que dice el ínclito. Es el Estado y sus intempestuosas intervenciones lo que le sobra al mercado, la bolsa escupe las ayudas, y hasta Botín dice que un poquito de por favor.
Lo primero que tiene que hacer Zapatero es pedir disculpas a los españoles que le han votado mientras les mentía diciendo que no habría crisis, y en caso de que la hubiera, España no sufriría sus consecuencias. Primero negándola y ahora dando el espectáculo bochornoso por el mundo.
¿Pero quién ha votado a este tío?.
Biante de Priena