Es triste la situación que atraviesa nuestro país, un gobierno inoperante, una oposición inmutable y un pueblo absorto ante la estupidez que le están brindando sus políticos. Unos indignados que no son capaces de agruparse en un objetivo común, otros indignados que no son capaces de salir a la calle, mientras ven en la televisión o internet como todo a su alrededor se desmorona. Mientras tanto vamos a peor, nos introducimos más en el hoyo de la deuda, a la que ya se dedica el 20 % del PIB nacional, lo que quiere decir que los españoles somos un 20 % más pobres, porque de 100 euros que producimos sólo podemos gastar 80 euros durante los próximos años y tal vez menos, esto no se lo contarán ni Rubalcaba, ni Rajoy.
Las mentiras sobre el paro fluirán por la próxima campaña electoral, actualmente estamos creciendo al 0,1 %, con una inflación inflada políticamente, con un déficit que no cumplirá los objetivos impuestos por Europa, por lo tanto menos gasto será posible. Nos esperan medidas dolorosas, como las de Grecia o Italia o peores y cuanto más tiempo se tarde en tomarlas será peor. La realidad es que para que se cree empleo de forma fluida la economía tiene que crecer al 3 %, y eso no se producirá antes de 2020, y menos con un PSOE que perderá casi todo el poder que ha acumulado y tomará las calles y los telediarios, durante los próximos años.
¿Y quién es responsable de lo ocurrido? En el Gobierno nadie ha pedido disculpas, en la oposición nadie ha dicho nada, José Blanco hace un tiempo nos dijo que era que los españoles habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, es curioso, que José Blanco, que posiblemente sea el español que ha vivido más por encima de sus posibilidades se permita impartir doctrina moral a sus compatriotas. ¡Hay que tener la cara más dura que el hormigón armado!
En este país los únicos que cobran por hacer las cosas mal son los políticos, a ningún ciudadano se le paga el salario por hacer las cosas mal en España, pero sí a los políticos, porque ellos funcionan con cláusula de excelencia, por encima del resto de los mortales. Evidentemente habrá alguno que haga las cosas bien, pero son tan numerosos los que las hacen mal o no hacen nada que se cuentan por decenas los eficaces y por decenas de miles los inútiles. Aristóteles, comprendió perfectamente la esencia de la política, cuando definió al ser humano como zoon logikón (animal racional) y zoon politikon (animal político), excluyendo que ambas definiciones fueran compatibles, a pesar de la propaganda que nos han brindado al respecto desde el poder. No hay racionalidad en la política, porque prevalece la intención de sus propósitos, a la explicación de sus actos.
Ciertamente el mayor problema de este país es la burbuja política, porque pagamos como fuera de serie a auténticos inútiles que no tienen capacidad para resolver los problemas que cualquier ciudadano con sentido común y sin experiencia podría resolver. ¡Es necio quien confunde valor y precio!
Sin embargo, por la magia de las urnas, el próximo 20-N volveremos a llenar el Parlamento español de representantes públicos que nada han demostrado para ocupar sus puestos, sencillamente porque en sus partidos alguien ha decidido, habitualmente no más de cinco personas, que deben representar a los demás.
La democracia, desgraciadamente no es magia, y los votos de los ciudadanos, por mucho que nos empeñemos no pueden transformar a auténticos indigentes intelectuales, inexpertos facultados por la escuela del partido, adoctrinados peleles, en los ministros que este país necesita para resolver los problemas que han creado otros tan incapaces como ellos, aunque si tienen la capacidad para ascender a muchos inútiles a lugares con poder, que ni saben para que sirve, ni saben para que deja de servir, pero que terminan convirtiendo en siervos de las mayores veleidades personales a ciudadanos, posiblemente muchos más aptos que ellos para ocupar su puesto, en una elegía a la estupidez humana, cíclica, crónica e insoportable.
Enrique Suárez.
Las mentiras sobre el paro fluirán por la próxima campaña electoral, actualmente estamos creciendo al 0,1 %, con una inflación inflada políticamente, con un déficit que no cumplirá los objetivos impuestos por Europa, por lo tanto menos gasto será posible. Nos esperan medidas dolorosas, como las de Grecia o Italia o peores y cuanto más tiempo se tarde en tomarlas será peor. La realidad es que para que se cree empleo de forma fluida la economía tiene que crecer al 3 %, y eso no se producirá antes de 2020, y menos con un PSOE que perderá casi todo el poder que ha acumulado y tomará las calles y los telediarios, durante los próximos años.
¿Y quién es responsable de lo ocurrido? En el Gobierno nadie ha pedido disculpas, en la oposición nadie ha dicho nada, José Blanco hace un tiempo nos dijo que era que los españoles habíamos vivido por encima de nuestras posibilidades, es curioso, que José Blanco, que posiblemente sea el español que ha vivido más por encima de sus posibilidades se permita impartir doctrina moral a sus compatriotas. ¡Hay que tener la cara más dura que el hormigón armado!
En este país los únicos que cobran por hacer las cosas mal son los políticos, a ningún ciudadano se le paga el salario por hacer las cosas mal en España, pero sí a los políticos, porque ellos funcionan con cláusula de excelencia, por encima del resto de los mortales. Evidentemente habrá alguno que haga las cosas bien, pero son tan numerosos los que las hacen mal o no hacen nada que se cuentan por decenas los eficaces y por decenas de miles los inútiles. Aristóteles, comprendió perfectamente la esencia de la política, cuando definió al ser humano como zoon logikón (animal racional) y zoon politikon (animal político), excluyendo que ambas definiciones fueran compatibles, a pesar de la propaganda que nos han brindado al respecto desde el poder. No hay racionalidad en la política, porque prevalece la intención de sus propósitos, a la explicación de sus actos.
Ciertamente el mayor problema de este país es la burbuja política, porque pagamos como fuera de serie a auténticos inútiles que no tienen capacidad para resolver los problemas que cualquier ciudadano con sentido común y sin experiencia podría resolver. ¡Es necio quien confunde valor y precio!
Sin embargo, por la magia de las urnas, el próximo 20-N volveremos a llenar el Parlamento español de representantes públicos que nada han demostrado para ocupar sus puestos, sencillamente porque en sus partidos alguien ha decidido, habitualmente no más de cinco personas, que deben representar a los demás.
La democracia, desgraciadamente no es magia, y los votos de los ciudadanos, por mucho que nos empeñemos no pueden transformar a auténticos indigentes intelectuales, inexpertos facultados por la escuela del partido, adoctrinados peleles, en los ministros que este país necesita para resolver los problemas que han creado otros tan incapaces como ellos, aunque si tienen la capacidad para ascender a muchos inútiles a lugares con poder, que ni saben para que sirve, ni saben para que deja de servir, pero que terminan convirtiendo en siervos de las mayores veleidades personales a ciudadanos, posiblemente muchos más aptos que ellos para ocupar su puesto, en una elegía a la estupidez humana, cíclica, crónica e insoportable.
Enrique Suárez.
4 comentarios:
Estoy de acuerdo en todo lo que ha dicho, Enrique. Lo curioso del caso, es que usted pedirá la participación en las urnas para votar a uno de esos “representantes públicos que nada han demostrado para ocupar sus puestos”, sencillamente porque él ha decidido que debe representar a los demás. Y claro, si se pide que la gente vote, será para que cada cual vote al que le dé la gana, no al que usted diga, con lo que volveremos a tener la misma colaboración con la banda de adoctrinados peleles que en ocasiones anteriores, con el resultado de siempre: dar permiso a los mafiosos para que continúen con sus mafias. Creo que es mucho más racional pedir la abstención total, la negación de ese permiso con el que se sienten respaldados unos y otros para seguir robando a manos llenas.
Pues claro que abstención total. Es la única solución para echar a estos mafiosos ded toda laya. La representación de la cara dura en grado sumo. ¿Pedir disculpas estos rufianes? En eso están pensando ellos. Eencima te pisan el cuello después de haberse embolsado el cheque en blanco de las urnas que les mantiene en el machito. En Francia hay una definición de la cara dura, le CULOT MONSTRE, que les cuadra a la perfección a estos pandilleros: "chier devant une porte et sonner pour demander du papier"
HClaude Henri de Rouvroi, conde de Saint Simon :
«Si Francia perdiera sus principales físicos, químicos, banqueros, negociantes, agricultores, herreros, etcétera, sería un cuerpo sin alma; en cambio, si perdiera a todos los hombres considerados más importantes del Estado, el hecho no reportaría más pena que la sentimental"
Los partidos políticos, con 2,76, las instituciones peor valoradas del país, según la última encuesta del CIS 2,76 pa los partidos
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