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domingo, 26 de diciembre de 2010

La contumacia de los partidos políticos nos condena al desconcierto


Si las hazañas del PSOE nos han llevado a la ruina moral y a la quiebra económica, las peripecias del PP no han servido de bálsamo, más bien al contrario. En nuestro país se está produciendo un fenómeno extravagante, porque los políticos, no todos, pero sí sus principales líderes, quieren manos libres para representar a los ciudadanos incluso contra su voluntad y deseos, algo más propio de un régimen fundamentado en la tiranía que en la democracia. ¿Qué está pasando?

Si en El País hablan de Refundación del PSOE tras estar hartos de las andanzas de su carismático líder del talante, José Luis Rodríguez Zapatero; en el PP no se acaba de resolver con ecuanimidad y reflexión la candidatura ineludible de Francisco Álvarez Cascos al Principado de Asturias. Ambas formaciones se oponen de esta forma a la voluntad de aquellos que las eligieron en su día. Los votantes del PSOE no querían un déficit del Estado del 10 %, un paro de 5 millones de personas, una deuda galopante y un descrédito internacional inconcebible, al igual que los votantes del PP no quieren unos líderes que alfombran su futuro de decisiones inconsistentes, que no han sabido hacer la oposición que se requería en este país y que desprecian desde la autoridad sus fundamentos, representados por las personas que construyeron el Partido Popular de los grandes éxitos: Aznar, Cascos, y todos los que se mantuvieron unidos bajo una misma bandera en los momentos de gloria, no es tiempo de experimentos y diseños, las circunstancias de España no lo permiten.

Manuel Fraga decidió retirarse en su día a su tierra de Galicia y desde allí hizo por el PP y por su país, lo que no se le permitió hacer desde el Gobierno de España; Francisco Álvarez Cascos pretende lo mismo, aunque con la dificultad añadida de que Asturias lleva gobernada por el PSOE desde hace más de treinta años. El PP se ha contagiado de soberbia por el PSOE y eso es una peligrosa circunstancia. No se han dado cuenta de que negando a Cascos, posiblemente nieguen los motivos de más de la mitad de los electores de esta formación política para apoyarla en las urnas, incluso en las circunstancias que estamos viviendo. ¿Qué es un PP que no asuma que Cascos es uno de sus principales valedores políticos? Los españoles no comprenden la ingeniería electoral de diseño, pero si comprenden que cuando se rechaza lo mejor, con una negación inusitada, es que algo no está claro en la oferta que se quiere proponer.

Sin embargo, todo es más fácil de entender, lo del PSOE y lo del PP, si comprendemos que los partidos políticos son formaciones arcaicas que no están conformadas para vivir la libertad que suponen las nuevas tecnologías. Son dinosaurios obsoletos abocados a la extinción al igual que los medios de comunicación tradicionales que los han sostenido con “verdades oficiales” desde las páginas de sus diarios o las ondas. ¿Estamos ante una revolución en las relaciones entre los ciudadanos y los representantes políticos? Evidentemente, así es.

España necesita una regeneración política con urgencia, posiblemente como otros países el mundo, pero los límites de la política existen, el poder siempre ha tratado de acumularse contra la voluntad de los ciudadanos, pero eso es algo que ya no resulta asumible en estos tiempos; el recientemente fallecido Charles Tilly, lo denunciaba en su magnífico libro: “Las revoluciones europeas. 1492-1992”, cuando decía que los países para tener democracia tenían que someter el poder militar al poder civil. Por eso, por mucho que se empeñen en la OTAN y la ONU, en Irak o Afganistán, no puede haber democracia, al igual que en Somalia, Cuba, China, Venezuela o hasta hace pocos años, en las repúblicas balcánicas.

Pero tener democracia no es votar o no votar cada cuatro años, es elegir, no aceptar las designaciones de otros y ratificarlas en las urnas, es por tanto necesario ampliar la tesis del sociólogo de la historia de la política, porque para tener una democracia real y eficaz, todos los poderes –políticos, jurídicos, culturales, económicos- se deben someter al poder civil, representado por los ciudadanos, únicos soberanos reconocidos. Todo aquello que impida que la voluntad de los ciudadanos se manifieste en su máximo esplendor es un obstáculo a la democracia. Y de eso nos ha hablado precisamente Francisco Álvarez Cascos, hace muy pocos días.

Es pueril, a estas alturas de la historia, seguir insistiendo desde la dirección nacional del PP en la negación de la celebración de un Congreso Extraordinario cuando ha sido solicitado por siete mil afiliados, diez alcaldes de los doce existentes y 250 cargos públicos de los 300 que el PP tiene en Asturias y las encuestas ofreciendo una mayoría absoluta al PP con Cascos y una derrota con las demás alternativas. Es inadmisible que el PP se oponga a la nominación de Cascos como candidato escudándose en que cuatro dirigentes regionales, sin apoyo de las bases y solo ungidos por el poder que detentan, se hayan encastillado en la defensa numantina de sus poltronas. Es incoherente e incongruente que el PP niegue a uno de sus principales líderes políticos para presentarse a unas elecciones cuando ha recibido los apoyos de la inmensa mayoría de los dirigentes del PP que han triunfado y triunfan en las urnas, pero que también representan su alma.

Cascos brilla con luz propia y cuanto más va brillando, más se van oscureciendo los inexplicados motivos para su rechazo en la dirección nacional del PP. Siempre se ha acusado a Francisco Álvarez Cascos de un carácter altanero y arrogante, pero nos está mostrando, con su saber hacer, lealtad y conducta, que es el más leal de los afiliados a su partido y que tiene tesón, prudencia, paciencia y perseverancia suficientes para asumir lo inasumible, pocas políticos de este país serían capaces de recorrer el calvario al que le están sometiendo los dirigentes de su partido. Que gran lección para los arrivistas ambiciosos.

La negación de la dirección del PP a Cascos parece urdida por el mismo Rasputín, como si negar a Cascos –el dóberman de las juventudes del PSOE- le diera al PP un marchamo de novedad, de modernidad, de progresismo, de ruptura con el pasado. Craso error, extraña barbaridad, confundirse con los argumentos del rival para resaltar. Eso estaría bien para un partido sin alma, sin valores morales, sin principios y sin criterios propios, cortoplacista y advenedizo, pero no para el PP. Esa incitación a la negación de Cascos nos recuerda los episodios épicos en que se construyen los héroes que permanecen y todavía engrandece más la leyenda del líder asturiano. Nos han encadenado de nuevo a Prometeo, queridos amigos, por haberle dado el fuego del poder a los hombres para volver a civilizar la política y reconstruir los destrozos acontecidos.

Creo que algunos se están equivocando en su utilización artera del poder, porque todo autoritarismo es inconcebible en los tiempos actuales y Cascos emerge desde la ciudadanía su conquista de la realidad, apoyado por unos cuantos fieles, animado por otros de su partido, como un demócrata, que sirve de espejo a la estridencia de las decisiones inaceptables. En esta singular batalla, la democracia está de lado de Cascos, su negación forma parte de su usurpación desde la imposición de unas reglas que se han quedado obsoletas ante los hechos de la realidad.

El PP se la juega, negar a Cascos es abandonar la democracia para buscar atajos hacia el poder, los electores lo tendrán posiblemente en cuenta. Lo dije y lo mantengo, Francisco Álvarez Cascos es el talón de Aquiles de todas las buenas expectativas electorales que ahora mismo tiene el PP en España, pero en Asturias es algo más, su rechazo llevará sin duda a la ruptura del partido, porque no se dan cuenta de que el problema no es que los militantes del PP asturiano quieran a Cascos, sino que rechazan a todos los representantes políticos que tiene el PP en Asturias en estos momentos. Algo que se hace extensivo a la inmensa mayoría de los asturianos como anuncian las encuestas. Por eso en Asturias queremos a Cascos...Mariano Rajoy. Quien se niega a la democracia, no puede ser aceptado como demócrata.

Enrique Suárez

2 comentarios:

vacas flacas no perdonan dijo...

Medidas extraordinarias, que cortan el aire:

http://www.laverdad.es/murcia/20101223/local/region/miles-manifestantes-frente-asamblea-201012230954.html


El tijeretazo vulnera la ley, según los sindicatos

Miles de funcionarios claman contra el tijeretazo

Valcárcel: «No me someto a la presión ni al chantaje de nadie»
Acorralan y agreden a cargos del Partido Popular

Retegui se deja ver frente a la casa de Valcárcel entre los manifestantes

Gritos pancartas y lanzamiento de huevos frente a la Cámara de Comercio

La nueva ley reduce hasta el 30% el número de liberados sindicales

fijate tú como se han puestos éstos cuando les tocan 'el puesto'


¿quines han hecho semejante desaguisado? NO apoya el PSoe y si el PP los sindicagos en activo

1º fuero los 'privilegios de controladores' luego otros priviligiados... los politicos no cuentan dijo...

El tijeretazo en once medidas

1) La jornada semanal pasará de 35 horas a 37,5 y 40 para funcionarios con dedicación normal o especial

2) Se reducirá el coste de sustituciones por bajas laborales y no habrá oferta de empleo público

3) Se rebajan un 10% los complementos de las guardias y turnos del personal del Servicio Murciano de Salud

4) Los docentes no universitarios cobrarán 100 euros al mes por el 'efecto horario' en lugar de los anteriores 175

5) Suspensión coyuntural de las aportaciones al plan de pensiones y de 15 acuerdos con los sindicatos

6) Se reduce en un 30% el número de liberados sindicales en la Administración regional

7) Se reduce en hasta un 80% la asignación a la televisión autonómica 7RM

8) Supresión en el plazo de dos años del 70% de los entes autonómicos

9) Suspensión de gastos de imagen exterior de la Región prescindibles

10) Venta de inmuebles improductivos de la Comunidad

11) Mayor fiscalización de los organismos y consejerías

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