De esta forma despectiva denominaba un periodista catalanista a la Selección Nacional de fútbol en la que jugadores catalanes o que juegan en el FC Barcelona han tenido un protagonismo esencial. Ayer mismo, Iniesta, oriundo de Albacete y uno de los jugadores más admirados por su humildad y prudencia, coronó a nuestra selección con un gol mágico, tras una de las más broncas finales de un mundial que se recuerda, dónde la selección holandesa mostró al mundo lo que no es el fútbol.
El triunfo es un logro común de generaciones apasionadas por el deporte rey, del que algunos prefieren apartarse porque no soportan que nuestro país destaque en nada. Hay una oclocracia en este país que trata de envolver la realidad en propaganda para obtener ventajas y beneficios sobre los demás españoles. Su objetivo no es hacer que este país progrese sino más bien que se arruine, que retroceda, y para ello promueven el deterioro de la convivencia, la mentira institucional y la animadversión entre los españoles.
Ayer mismo, el Presidente de Gobierno mostró que todo lo que hace forma parte de una estrategia calculada, y al mismo tiempo denota su cobardía y mezquindad. Cierto es que nuestro país, gracias a los gobiernos nefastos que ha tenido, cada día avanza más por el camino de la creencia y la superstición, media España temblaba ante su presencia en Sudáfrica por su fama de gafe. Al final no acudió, mostrando su cobardía secular y la aceptación de su condición de traer mal fario a este país. Cierto es que ese adefesio político que es Mariano Rajoy tampoco se ha atrevido, por si las moscas.
En la Cataluña oclocrática ayer los mossos d´escuadra suspendieron los actos de celebración del mundial, con una intervención intempestiva según fuentes presenciales (una de las muchas que acumula), que provocó la ira de los aficionados españoles que disfrutaban del triunfo de la Selección. Sin embargo el día anterior, en una manifestación de corte independista patrocinada por las instituciones catalanas, no hizo acto de presencia ni siquiera cuando el Presidente de la Generalidad, José Montilla, estuvo a punto de ser agredido. El criterio de inequidad de esta intervención que ha ocasionado heridos atendidos en los hospitales, es una instantánea de oro de la miserable realidad que se vive en Cataluña, con una aplicación etnicista de las leyes que considera vasallos a los españoles y señores a los que abanderan esteladas. Prodigio de xenofobia bien construida y ocultada a lo largo de los últimos treinta años.
Los vasquistas no han sido menos extravagantes y en las provincias vascas se han producido altercados entre nacionalistas y españoles que han concluido con al menos tres heridos evacuados a un hospital.
Sin embargo la inmensa mayoría del pueblo español, no de sus versiones sindicales o políticas, ha salido a la calle para celebrar el triunfo de la Selección Nacional de fútbol (denominada “la roja” por los inventores de palabras y naciones).
Sí estuvo en la final la Reina de España, alzando los brazos de felicidad, y los Príncipes de Asturias, con un heredero afónico por los nervios tras haber gritado desde el palco de autoridades como cualquier español de bien desde las gradas.
España se ha merecido esta copa del mundial, en concreto ante una de las finales más broncas de la historia, en la que los holandeses dieron pruebas de lo que es jugar a otra cosa del fútbol, los medios internacionales hablan de justicia poética y romántica, en la que los que jugaron al fútbol triunfaron ante los que jugaban a otra cosa.
En fin, la selección de españoles, desde sus Reyes hasta el último contribuyente, ha mostrado que en los tiempos del cólera los jóvenes sacan de sí mismos lo mejor. Gran ejemplo para nuestra juventud asediada por los infames políticos que han convertido en parados a uno de cada dos españoles menores de 25 años.
Ayer ha quedado demostrado que lo único que le sobra a este país para salir adelante es la casta política que mantiene secuestrado al pueblo español para seguir disfrutando de sus privilegios inmerecidos. Cada día se hace más necesario un nuevo Contrato Social entre los españoles, que impida que los políticos más nefastos y corruptos puedan permanecer en la política, sin rendir cuentas de sus descomunales errores, con una patente de tiranía inadmisible para un país europeo en pleno siglo XXI.
Ahora debemos jugar todos juntos para lograrlo, la Selección Nacional de Futbol de España ha abierto la brecha para que los españoles seamos lo que nos corresponde y no el redil de borregos en que nos han convertido los políticos para afianzarse en sus privilegios a nuestra costa.
Biante de Priena
El triunfo es un logro común de generaciones apasionadas por el deporte rey, del que algunos prefieren apartarse porque no soportan que nuestro país destaque en nada. Hay una oclocracia en este país que trata de envolver la realidad en propaganda para obtener ventajas y beneficios sobre los demás españoles. Su objetivo no es hacer que este país progrese sino más bien que se arruine, que retroceda, y para ello promueven el deterioro de la convivencia, la mentira institucional y la animadversión entre los españoles.
Ayer mismo, el Presidente de Gobierno mostró que todo lo que hace forma parte de una estrategia calculada, y al mismo tiempo denota su cobardía y mezquindad. Cierto es que nuestro país, gracias a los gobiernos nefastos que ha tenido, cada día avanza más por el camino de la creencia y la superstición, media España temblaba ante su presencia en Sudáfrica por su fama de gafe. Al final no acudió, mostrando su cobardía secular y la aceptación de su condición de traer mal fario a este país. Cierto es que ese adefesio político que es Mariano Rajoy tampoco se ha atrevido, por si las moscas.
En la Cataluña oclocrática ayer los mossos d´escuadra suspendieron los actos de celebración del mundial, con una intervención intempestiva según fuentes presenciales (una de las muchas que acumula), que provocó la ira de los aficionados españoles que disfrutaban del triunfo de la Selección. Sin embargo el día anterior, en una manifestación de corte independista patrocinada por las instituciones catalanas, no hizo acto de presencia ni siquiera cuando el Presidente de la Generalidad, José Montilla, estuvo a punto de ser agredido. El criterio de inequidad de esta intervención que ha ocasionado heridos atendidos en los hospitales, es una instantánea de oro de la miserable realidad que se vive en Cataluña, con una aplicación etnicista de las leyes que considera vasallos a los españoles y señores a los que abanderan esteladas. Prodigio de xenofobia bien construida y ocultada a lo largo de los últimos treinta años.
Los vasquistas no han sido menos extravagantes y en las provincias vascas se han producido altercados entre nacionalistas y españoles que han concluido con al menos tres heridos evacuados a un hospital.
Sin embargo la inmensa mayoría del pueblo español, no de sus versiones sindicales o políticas, ha salido a la calle para celebrar el triunfo de la Selección Nacional de fútbol (denominada “la roja” por los inventores de palabras y naciones).
Sí estuvo en la final la Reina de España, alzando los brazos de felicidad, y los Príncipes de Asturias, con un heredero afónico por los nervios tras haber gritado desde el palco de autoridades como cualquier español de bien desde las gradas.
España se ha merecido esta copa del mundial, en concreto ante una de las finales más broncas de la historia, en la que los holandeses dieron pruebas de lo que es jugar a otra cosa del fútbol, los medios internacionales hablan de justicia poética y romántica, en la que los que jugaron al fútbol triunfaron ante los que jugaban a otra cosa.
En fin, la selección de españoles, desde sus Reyes hasta el último contribuyente, ha mostrado que en los tiempos del cólera los jóvenes sacan de sí mismos lo mejor. Gran ejemplo para nuestra juventud asediada por los infames políticos que han convertido en parados a uno de cada dos españoles menores de 25 años.
Ayer ha quedado demostrado que lo único que le sobra a este país para salir adelante es la casta política que mantiene secuestrado al pueblo español para seguir disfrutando de sus privilegios inmerecidos. Cada día se hace más necesario un nuevo Contrato Social entre los españoles, que impida que los políticos más nefastos y corruptos puedan permanecer en la política, sin rendir cuentas de sus descomunales errores, con una patente de tiranía inadmisible para un país europeo en pleno siglo XXI.
Ahora debemos jugar todos juntos para lograrlo, la Selección Nacional de Futbol de España ha abierto la brecha para que los españoles seamos lo que nos corresponde y no el redil de borregos en que nos han convertido los políticos para afianzarse en sus privilegios a nuestra costa.
Biante de Priena
3 comentarios:
¡Que viva ESPAÑA!
http://www.youtube.com/watch?v=pWTB_aCKJXQ
Estos alemanes que majos
Cada día se hace más necesario un nuevo Contrato Social entre los españoles, que impida que los políticos más nefastos y corruptos puedan permanecer en la política, sin rendir cuentas de sus descomunales errores, con una patente de tiranía inadmisible para un país europeo en pleno siglo XXI.
¿Este párrafo quiere decir que es tempo de manifestarnos delante del congreso, mientras se celebra el estado de la nación?
Si no es el momento, que no lo es, si sería el tiempo de organizarlo para el final del verano.
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