La iglesia católica española está cometiendo un grave error tratando de apropiarse del espacio público que ha perdido, con la misma escenografía que utilizan sus detractores. Ni lo necesita, ni tiene sentido alguno. La estructura social de España ha cambiado realmente y la iglesia católica lo que debe hacer es reconocerlo, de no hacerlo, cada vez su posición quedará más desvaida y pretenciosa. A la iglesia católica no le van las celebraciones de visibilidad, al modo salida del armario, ni las necesita, ni le corresponden, ni la benefician. La Conferencia Episcopal Española debe actualizarse en sus propósitos desde la coherencia, la congruencia y la humildad
El origen cristiano de Europa no resulta refutable, por mucho que se empeñen algunos en la erradicación del simbolismo religioso de la cultura española. El cristianismo ha estado imbricado a la evolución cultural de nuestro país para bien y para mal, es un hecho cultural que no se puede borrar de nuestra historia. Pero los comportamientos desesperados de mostrar el orgullo católico como se muestra el orgullo feminista, gay, o pacifista, son una solemne estupidez
Los valores humanistas han sido monopolizados por el cristianismo en Europa tradicionalmente, la reacción a la que asistimos es contra el materialismo rampante que acosa el espacio social europeo. Pero se hace mal, muy mal, y lo único que se logra es convertir a la iglesia católica en "un equipo de futbol político" que compite en la liga de la fe con los partidos políticos y los colectivos organizados, que es lo que precisamente buscan los partidarios de la Nueva Fe. El lugar de la iglesia católica está en la defensa de los valores humanistas, pero no de forma monopolizadora, sino congruente, para bien o para mal, los valores humanistas de los que europa puede enorgullecerse se han logrado a veces con el beneplácito y otros con la excomunión de la iglesia católica. La libertad en Europa tiene su origen en la escisión cristiana de Lutero, el patriarca del libre albedrío. La prevalencia de la vida humana también tiene su origen en el cristianismo, al igual que la lucha contra los materialismos deshumanizadores, como supo en todo momento Juan Pablo II, principal artífice ideológico de la caida de El Muro de Berlín.
La iglesia católica en España debe saber jugar el papel que le corresponde sin entrar en un enfrentamiento con el Estado que no tiene más sentido que mostrar el canto del cisne del adoctrinamiento exhaustivo de la población del pasado siglo. Sencillamente se debe reconocer que los valores cristianos son valores humanistas, y dejarse de tratar de que los valores humanistas sean exclusivamente cristianos, porque la realidad lo desmiente
No se trata de competir entre el humanismo y el materialismo por una cuestión de fe, eso es un grave error cuando el poder político está en manos de representantes fanáticos de su fe, el materialismo. No es hora de regresar a la Doctrina de las Dos Espadas, ni de buscar el reparto de los bienes materiales entre los discípulos de Cesar y los discípulos de Dios, sino de profundizar en la doctrina cristiana y encontrar los valores humanos que forman su patrimonio cultural
El cristianismo es una cultura, antes que una política. Aferrarse a los dogmas en unos tiempos que el pragmatismo impera, es un grave error. El objetivo no debe ser en ningún caso que la iglesia busque visibilidad, sino que sus mensajes nos iluminen como ha hecho en los últimos veinte siglos. Quizás deba regresar a su origen en las catacumbas romanas para salir de nuevo a la luz pública. Y mientras tanto, hay que abandonar la grandilocuencia, que nada tiene que ver con el mensaje cristiano, porque con palabras como las pronunciadas por Rouco Varela diciendo que "sin la familia católica Europa se quedaría sin hijos", es una barbaridad que flaco favor le hace a su propósito de implantarse en la sociedad
La iglesia católica española debe defender los valores humanos, la libertad de los seres humanos, la vida, el orden, el derecho a creer en cualquier fe, la razón no fundamentada exclusivamente en la fe, la tradición, su auténtico papel en los cimientos de la civilización occidental. Y si le queda tiempo mostrar que desde la caridad, la piedad, la humildad, y el amor fraterno se puede hacer mucho más en la sociedad que desde el materialismo deshumanizador
La iglesia católica española debe defender al ser humano como unidad básica de la sociedad, impedir su alienación y anomia, promover su ética y dignidad, ensalzar la relación fraterna entre los seres humanos y predicar sus motivos espirituales en libertad, pero no debe hacer más el ridículo, por mucha presión a que se la esté sometiendo por el Gobierno de turno. El derecho a elegir creencia o no elegirla, por encima de la obligación de creer, porque los tiempos han cambiado y nunca volverán atrás
Las hijas de Zapatero no deben ser muy católicas, al igual que sus padres y también forman una familia, que por lo que se ve se siente muy orgullosa de sus valores, poco tienen que ver con los principios cristianos salvo por el color negro de sus vestimentas góticas, tan característico del catolicismo de sotana, estoicismo y oscuridad de muerte. Lo que se teme, muchas veces está próximo a lo que se desea, y me pregunto lo que darían estas niñas por visitar las criptas del Vaticano, y el arzobispo de Madrid sin invitarlas a una excursión guiada, con su papá y su mamá, que con tal de complacer a sus hijas harían lo que fuera, aunque fuera visitar al Papa. Si es que donde no hay "talante", de poco sirve el talento
Enrique Suárez Retuerta
El origen cristiano de Europa no resulta refutable, por mucho que se empeñen algunos en la erradicación del simbolismo religioso de la cultura española. El cristianismo ha estado imbricado a la evolución cultural de nuestro país para bien y para mal, es un hecho cultural que no se puede borrar de nuestra historia. Pero los comportamientos desesperados de mostrar el orgullo católico como se muestra el orgullo feminista, gay, o pacifista, son una solemne estupidez
Los valores humanistas han sido monopolizados por el cristianismo en Europa tradicionalmente, la reacción a la que asistimos es contra el materialismo rampante que acosa el espacio social europeo. Pero se hace mal, muy mal, y lo único que se logra es convertir a la iglesia católica en "un equipo de futbol político" que compite en la liga de la fe con los partidos políticos y los colectivos organizados, que es lo que precisamente buscan los partidarios de la Nueva Fe. El lugar de la iglesia católica está en la defensa de los valores humanistas, pero no de forma monopolizadora, sino congruente, para bien o para mal, los valores humanistas de los que europa puede enorgullecerse se han logrado a veces con el beneplácito y otros con la excomunión de la iglesia católica. La libertad en Europa tiene su origen en la escisión cristiana de Lutero, el patriarca del libre albedrío. La prevalencia de la vida humana también tiene su origen en el cristianismo, al igual que la lucha contra los materialismos deshumanizadores, como supo en todo momento Juan Pablo II, principal artífice ideológico de la caida de El Muro de Berlín.
La iglesia católica en España debe saber jugar el papel que le corresponde sin entrar en un enfrentamiento con el Estado que no tiene más sentido que mostrar el canto del cisne del adoctrinamiento exhaustivo de la población del pasado siglo. Sencillamente se debe reconocer que los valores cristianos son valores humanistas, y dejarse de tratar de que los valores humanistas sean exclusivamente cristianos, porque la realidad lo desmiente
No se trata de competir entre el humanismo y el materialismo por una cuestión de fe, eso es un grave error cuando el poder político está en manos de representantes fanáticos de su fe, el materialismo. No es hora de regresar a la Doctrina de las Dos Espadas, ni de buscar el reparto de los bienes materiales entre los discípulos de Cesar y los discípulos de Dios, sino de profundizar en la doctrina cristiana y encontrar los valores humanos que forman su patrimonio cultural
El cristianismo es una cultura, antes que una política. Aferrarse a los dogmas en unos tiempos que el pragmatismo impera, es un grave error. El objetivo no debe ser en ningún caso que la iglesia busque visibilidad, sino que sus mensajes nos iluminen como ha hecho en los últimos veinte siglos. Quizás deba regresar a su origen en las catacumbas romanas para salir de nuevo a la luz pública. Y mientras tanto, hay que abandonar la grandilocuencia, que nada tiene que ver con el mensaje cristiano, porque con palabras como las pronunciadas por Rouco Varela diciendo que "sin la familia católica Europa se quedaría sin hijos", es una barbaridad que flaco favor le hace a su propósito de implantarse en la sociedad
La iglesia católica española debe defender los valores humanos, la libertad de los seres humanos, la vida, el orden, el derecho a creer en cualquier fe, la razón no fundamentada exclusivamente en la fe, la tradición, su auténtico papel en los cimientos de la civilización occidental. Y si le queda tiempo mostrar que desde la caridad, la piedad, la humildad, y el amor fraterno se puede hacer mucho más en la sociedad que desde el materialismo deshumanizador
La iglesia católica española debe defender al ser humano como unidad básica de la sociedad, impedir su alienación y anomia, promover su ética y dignidad, ensalzar la relación fraterna entre los seres humanos y predicar sus motivos espirituales en libertad, pero no debe hacer más el ridículo, por mucha presión a que se la esté sometiendo por el Gobierno de turno. El derecho a elegir creencia o no elegirla, por encima de la obligación de creer, porque los tiempos han cambiado y nunca volverán atrás
Las hijas de Zapatero no deben ser muy católicas, al igual que sus padres y también forman una familia, que por lo que se ve se siente muy orgullosa de sus valores, poco tienen que ver con los principios cristianos salvo por el color negro de sus vestimentas góticas, tan característico del catolicismo de sotana, estoicismo y oscuridad de muerte. Lo que se teme, muchas veces está próximo a lo que se desea, y me pregunto lo que darían estas niñas por visitar las criptas del Vaticano, y el arzobispo de Madrid sin invitarlas a una excursión guiada, con su papá y su mamá, que con tal de complacer a sus hijas harían lo que fuera, aunque fuera visitar al Papa. Si es que donde no hay "talante", de poco sirve el talento
Enrique Suárez Retuerta
Un ciudadano español que no renuncia a su soberanía.
4 comentarios:
En Valencia se lo pasan mejor, la música en el Mercado Central o como llegar al publico.
Señores míos, esto también pasa en España.
http://www.youtube.com/watch?v=Ds8ryWd5aFw
Hay que censurar a estos que no escriben ni una frase entendible.
Díez, Gorriarán, Marcos, Fabo, sois detestables por falsos y por jugar con la ilusión de millones de buenas personas en este país.
diez cobra dinero público, pero gorriaran, fabo y marcos creo que no. diez puede ser acusada de falsa, pero gorri, marc, y fab no porque no viven del dinero publico. censor...
¿(...) La iglesia católica en España debe saber jugar el papel que le corresponde sin entrar en un enfrentamiento con el Estado (...)?
La actual persecución contra la Iglesia católica en España, aun siendo de baja intensidad, ha producido en los años recientes una saludable depuración del mensaje cristiano en la mayor parte de nuestros templos, donde no hay tales enfrentamientos, sino una transmisión cada vez más fiel de las palabras de Cristo. Si éstas le interesan, puede el comentarista recibirlas gratuitamente y "on line", por ejemplo sentándose a las 8 p.m. en los bancos de la parroquia Ntra.Sra.de la Luz (C/Fernán Núñez, 4, 2B016 Madrid), donde cuando toque (porque tampoco es realmente una cuestión tan importante en relación con muchas otras), escuchará un comentario seguramente conciso pero iluminador, amable pero riguroso, sobre el significado de aquéllo de que "Os envío como corderos a un mundo de lobos".
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