Las aviesas intenciones del progresismo son extraordinariamente peligrosas para el futuro inmediato de la cultura occidental. Esta ideología política residual que proviene del estrepitoso fracaso del socialismo real y la frustración en la implantación mundial de las premisas marxistas, tiene como único objetivo derrocar la razón como criterio válido y valioso en la adaptación de los seres humanos a la vida social.
El progresismo considera que la razón, que ha sido el criterio que ha permitido que la cultura occidental alcance los máximos niveles de riqueza, democracia y libertad en la historia de la especie, es un error, porque no permite que todo el mundo pueda vivir en iguales condiciones, porque no resuelve la pobreza, porque es injusta desde una perspectiva social, y porque está fundamentada en el autoritarismo y el uso y abuso de la violencia, para lograr sus propósitos.
El progresismo entiende, que la razón hegemónica en la cultura occidental es la razón capitalista, fundamentada en el humanismo cristiano y la libertad, estableciendo una delirante visión fantasmagórica de la realidad. El progresismo denuncia la forma de vivir occidental, para aprovecharse de la riqueza acumulada colectivamente en la organización de un mundo a la medida de sus intereses, que no son otros que la ocupación de todos los espacios de poder y la implantación de su tiranía cultural, especialmente en la juventud, con evidentes intereses de perpetuación.
Pero en realidad, el progresismo, es un movimiento detractor de lo existente, un entramado parásito que deconstruye lo edificado, con la intención de reconstruir el mundo a la medida de sus pretensiones, siempre negativas, prestas al conflicto, y dispuestas a culpar a los ciudadanos de sus “pecados” civilizados.
En realidad, el progresismo no quiere cambiar nada, sólo pretende ocupar los espacios de poder, aunque para ello tenga que destruir la cohesión de pueblos y territorios, la coherencia en la interacción de los ciudadanos, la congruencia en la relación de los ciudadanos con las instituciones del Estado. Como cualquier ideología doctrinaria, busca la homogeneidad de caracteres en los seres humanos en un proceso de clonación cultural.
La socialización progresista conlleva la deshumanización de individuos libres para convertirlos en elementos seriados. Tras las palabras huecas del progresismo,se ocultan aviesas intenciones, mucha demagogia, la intención de acabar con las reglas de juego,para implantar otras que permitan que los más incapaces puedan ocupar en la política los mejores puestos, cobrar los mejores sueldos, apartando a los que realmente se los merecen.
Nunca tantos tarugos han estado tan bien pagados en este país, por el único mérito de haber hecho la pelota al cacique de turno, haberse callado la boca ante las inequidades, haber hecho trampas en el juego de vivir.
La única aportación del progresismo actual en España, es haber convertido en ministros y líderes políticos a individuos que en la vida que debemos vivir los demás, habrían tenido serias dificultades para llegar a fin de mes. Auténticos inútiles incultos guían hoy el destino de este país hacia su futuro que será sórdido. De donde no hay no se puede sacar nada.
Nunca las condiciones de los más preparados para la vida han sido peores y nunca han sido mejores las circunstancias en las que viven los más aprovechados, los que no han dado palo al agua, los que se han afiliado a un partido o sindicato exclusivamente para medrar.
Esto es lo que ha traído el progresismo a España, la división en dos clases como en el feudalismo: los que viven con más derechos de los que les corresponden, y los que viven con más deberes de los que les corresponden, los señores de la política y los siervos de la ciudadanía, esta es la igualdad que procura el progresimo, el regreso al clasismo marxista, con los más sectarios en lo más elevado y los realmente diversos en lo más bajo.
Magnífico, hemos conseguido que los más sinvergüenzas de este país estén ocupando los lugares sociales que les corresponden a los más formados, trabajadores, y capaces. Y todavía hay algún ingenuo que piensa que vamos a salir de la crisis, ¿cómo vamos a salir de la crisis si los que mandan necesitan que estemos permanentemente en ella para poder vivir de forma extraordinaria sin merecérselo, a costa de que los que realmente se lo merecen vivan como esclavos?.
Seguiremos en crisis décadas, hasta que la civilización que conocemos desaparezca, convirtiendo el escenario de nuestras vidas en lo que necesiten estos gandules para seguir disfrutando de la vida, mientras todos los demás estamos más jodidos cada día, pagando más impuestos y recibiendo peores servicios, y agotando la esperanza de que las cosas puedan cambiar en el futuro.
Biante de Priena
El progresismo considera que la razón, que ha sido el criterio que ha permitido que la cultura occidental alcance los máximos niveles de riqueza, democracia y libertad en la historia de la especie, es un error, porque no permite que todo el mundo pueda vivir en iguales condiciones, porque no resuelve la pobreza, porque es injusta desde una perspectiva social, y porque está fundamentada en el autoritarismo y el uso y abuso de la violencia, para lograr sus propósitos.
El progresismo entiende, que la razón hegemónica en la cultura occidental es la razón capitalista, fundamentada en el humanismo cristiano y la libertad, estableciendo una delirante visión fantasmagórica de la realidad. El progresismo denuncia la forma de vivir occidental, para aprovecharse de la riqueza acumulada colectivamente en la organización de un mundo a la medida de sus intereses, que no son otros que la ocupación de todos los espacios de poder y la implantación de su tiranía cultural, especialmente en la juventud, con evidentes intereses de perpetuación.
Pero en realidad, el progresismo, es un movimiento detractor de lo existente, un entramado parásito que deconstruye lo edificado, con la intención de reconstruir el mundo a la medida de sus pretensiones, siempre negativas, prestas al conflicto, y dispuestas a culpar a los ciudadanos de sus “pecados” civilizados.
En realidad, el progresismo no quiere cambiar nada, sólo pretende ocupar los espacios de poder, aunque para ello tenga que destruir la cohesión de pueblos y territorios, la coherencia en la interacción de los ciudadanos, la congruencia en la relación de los ciudadanos con las instituciones del Estado. Como cualquier ideología doctrinaria, busca la homogeneidad de caracteres en los seres humanos en un proceso de clonación cultural.
La socialización progresista conlleva la deshumanización de individuos libres para convertirlos en elementos seriados. Tras las palabras huecas del progresismo,se ocultan aviesas intenciones, mucha demagogia, la intención de acabar con las reglas de juego,para implantar otras que permitan que los más incapaces puedan ocupar en la política los mejores puestos, cobrar los mejores sueldos, apartando a los que realmente se los merecen.
Nunca tantos tarugos han estado tan bien pagados en este país, por el único mérito de haber hecho la pelota al cacique de turno, haberse callado la boca ante las inequidades, haber hecho trampas en el juego de vivir.
La única aportación del progresismo actual en España, es haber convertido en ministros y líderes políticos a individuos que en la vida que debemos vivir los demás, habrían tenido serias dificultades para llegar a fin de mes. Auténticos inútiles incultos guían hoy el destino de este país hacia su futuro que será sórdido. De donde no hay no se puede sacar nada.
Nunca las condiciones de los más preparados para la vida han sido peores y nunca han sido mejores las circunstancias en las que viven los más aprovechados, los que no han dado palo al agua, los que se han afiliado a un partido o sindicato exclusivamente para medrar.
Esto es lo que ha traído el progresismo a España, la división en dos clases como en el feudalismo: los que viven con más derechos de los que les corresponden, y los que viven con más deberes de los que les corresponden, los señores de la política y los siervos de la ciudadanía, esta es la igualdad que procura el progresimo, el regreso al clasismo marxista, con los más sectarios en lo más elevado y los realmente diversos en lo más bajo.
Magnífico, hemos conseguido que los más sinvergüenzas de este país estén ocupando los lugares sociales que les corresponden a los más formados, trabajadores, y capaces. Y todavía hay algún ingenuo que piensa que vamos a salir de la crisis, ¿cómo vamos a salir de la crisis si los que mandan necesitan que estemos permanentemente en ella para poder vivir de forma extraordinaria sin merecérselo, a costa de que los que realmente se lo merecen vivan como esclavos?.
Seguiremos en crisis décadas, hasta que la civilización que conocemos desaparezca, convirtiendo el escenario de nuestras vidas en lo que necesiten estos gandules para seguir disfrutando de la vida, mientras todos los demás estamos más jodidos cada día, pagando más impuestos y recibiendo peores servicios, y agotando la esperanza de que las cosas puedan cambiar en el futuro.
Biante de Priena
3 comentarios:
¡La viñeta, genial!
¡Así va bajando "la mierda" en los partidos políticos!
No es caca, dicen que está "nevando" y cuando se mean al público dicen que está "lloviendo".
Matrix manifiesta y metafisicamente inviable, imposible, provisional.
El chiste: oportunísimo.
Uno, que hace lo que puede, aunque no tiene tanto tino (reconocido)y sabe que la autopromoción no es muy elegante, se permite invitar a aquellos que sean fans del señor que usa bambas, que se pasen por mi blog:
http://muysenoresmios.blogspot.com/
Saludos.
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