¡Viva la igualdá!

Con ese desparpajo gaditano que caracteriza a la Ministra de Igualdad degenerada, es de decir de género y nada más, nos vamos enterando de las grandes aportaciones a la política española de este grupo de apadrinadas del zapaterismo social.

El presupuesto de gestión del Ministerio de igualdá, vamos que da igual, que lo mismo, lo que se diga, lo que se haga, que lo que se piense, como en cualquier dictadura que se precie, se eleva a 17 millones de euros, de los que seis millones serán para pagar los sueldos de 127 proselitistas de esta curiosa forma de segregar que es dividir a los hombres -todos potencialmente malos- y las mujeres -todas potencialmente buenas-, que nos recuerda los cuentos de Caperucita, Blancanieves, y la Bella Durmiente, todos juntos y reunidos en el lema preventivo: "mujer ten cuidado con los hombres, te pueden hacer daño, hombre, ten cuidado con las mujeres, te pueden denunciar". Ya saben que mi hipótesis es cuanto más conflictos, mejor para el socialismo que vive de ellos, ninguna otra ideología convierte el conflicto en valor mercantil como el socialismo, y cuando no los hay, los inventa, porque lo más importante sobrevivir en el poder, aunque sea llenando el frontispicio de la historia del futuro de enormes patrañas. Grecia legó al mundo el Partenón, y el gobierno de Zapatero dejará al futuro el "Maternon".


A lo que vamos, 51.000 euros anuales de sueldo medio para las afortunadas (me juego la uña del meñique izquierdo a que son más mujeres que hombres), defensoras de la propaganda feminista, y de la inquisición general contra los hombres. Pero esto no es lo peor, no, lo peor es que el presupuesto general del ministerio es de 640 millones de euros, y que cada una de estas virtuosas vestales de la estupidez, dispondrá de casi cinco millones de euros para subvencionar votos al nuevo Mesías. Especialmente por el sur, que es donde mejor funciona el caciquismo, diciéndonos que la violencia es cosa de hombres.

En este manicomio en el que Zapatero ha convertido España, sorprende una noticia como la que hoy aparece en Periodista Digital: "A Ángela Merkel no le gusta que Sarkozy la manosee", que ella es luterana y prusiana, y la expresión de sentimientos no es costumbre entre los nórdicos, aunque sea necesidad entre los mediterráneos. Está bien que lo recuerde, la primera presidenta de la historia de Alemania, el país más importante, rico y habitado de Europa, como también podría decirlo Margaret Thatcher en su día, o a la presidenta de aquel gobierno noruego, en el que había más mujeres que hombres, y que luego fue directora de la OMS, me estoy refiriendo a Gro Harlem Brundtland, por no mencionar a la fracasada política socialista Segolene Royal, candidata a la Presidencia francesa, todas ellas mujeres que destacan en la historia por su capacidad demostrada, y no porque les regalen el puesto por ser mujeres, como ocurre en España. Y a eso lo llaman igualdad, que consiste en definir la justicia exclusivamente como estadística, y la memez, como criterio, supongo.

Estoy viendo lo que viene en España, es para ponerse a temblar: todo hombre nacerá estigmatizado con el pecado original, porque en realidad la serpiente era un gay que se alió con las mujeres contra Dios, el gran patriarca. Hay que expulsar al hombre como sea del paraíso, y lo mejor es comenzar por el ministerio de igualdá, un lugar hecho por las mujeres para defensa exclusivamente de las mujeres, eso sí, con el dinero de todos, hombres y mujeres.

¿Acaso no es justicia la restitución de los bienes usurpados?. ¿Hasta cuándo vamos a permitir los españoles que los políticos nos sigan robando gratuitamente?. ¿Cuántas guillotinas se pueden comprar con 640 millones de euros?.

Y ahora vete tú, al Ministerio de Igual-da, y di que no tienes trabajo, que eres inmigrante y te quieres volver al origen, que no puedes pagar la hipoteca, que te sientes acosado en el País Vasco, o que tus hijos no pueden estudiar en español en Cataluña o Galicia, y ya verás donde te mandan, porque la "igualdá" exclusivamente defiende a las mujeres maltratadas, mientras se olvida, por ejemplo, de los niños maltratados -cada día más numerosos y ocultados-, pero como no votan, no cuentan.

¿Qué tal se vivirá en Madagascar?. Estoy seguro de que las comunidades de lemures están más avanzadas, aquí hemos degenerado.

Biante de Priena