Por quinto año consecutivo, los españoles hemos perdido poder adquisitivo en nuestros salarios con el Gobierno del PSOE, la información proviene del Estudio General de Remuneraciones de Watson Wyatt, realizado en 386 empresas españolas, y publicado recientemente.
El socialismo trae pobreza para la inmensa mayoría y riqueza para los que hacen suculentos negocios políticos con el Estado ocupado por una jerarquía impresentable de representantes públicos. Las formas de ingresar pingues beneficios por parte de los políticos españoles, de cualquier partido, se establecen con provechosas variantes provechosas: privatizaciones de servicios públicos, concesiones de obras públicas, contratos de apoyo a la administración pública, tráfico de información privilegiada.
La mano invisible del Estado está acaparando las ganancias en tiempos de crisis, gracias a que el único interés que tienen nuestros representantes políticos es aprovecharse de la pasividad de los ciudadanos ante la enajenación de los recursos comunes.
La única clase social que en España no ha dejado de mejorar desde la llegada de la democracia es la política, si un político en 1977 tenía un sueldo que multiplicaba por menos de dos el de la media de los ciudadanos, actualmente el sueldo medio de los políticos multiplica por cinco al sueldo medio de los ciudadanos.
La profesión más rentable de este país es la de político, pero al contrario de todas las demás, que tienen que competir en el mercado, la de político se desarrolla exclusivamente en el interior del Estado, y las reglas de su promoción interna no tienen otro criterio que el arbitrario del cacique de turno, que distribuye los puestos según sus afinidades políticas y no según las disposiciones y condiciones profesionales de los aspirantes.
Mientras miles de personas cada día se parten el espinazo por llegar a fin de mes, mientras que miles de opositores aspiran a plazas legales, los políticos contratan asesores, ayudantes, propagandistas, y sicarios en plena impunidad.
El caos que se vive en España no es una casualidad, es la consecuencia inevitable de la corrupción jerarquizada en la que estamos viviendo, en la que el ascenso político se traduce de forma inmediata en escalada económica y social.
El poder se ha convertido en una varita mágica que vuelve ricos a unos pocos mientras empobrece a la mayoría. España no puede soportar muchos meses más la invasión del Estado por ineptos, incapaces de resolver su propia existencia sin expoliar a los demás, que no están preparados para resolver la crisis económica en la que vivimos, sino para hundirnos profundamente en la miseria.
Los partidos de la derecha hacen más ricos a los que ya son ricos, y el PSOE hace más ricos a los que bendice con sus prebendas. La política genera riqueza exclusivamente para una muy escasa minoría de ciudadanos. A comienzos de la transición, alguien dijo que el PSOE era el partido de los pobres, hay que reconocerle que tenía mucha razón.
Biante de Priena
El socialismo trae pobreza para la inmensa mayoría y riqueza para los que hacen suculentos negocios políticos con el Estado ocupado por una jerarquía impresentable de representantes públicos. Las formas de ingresar pingues beneficios por parte de los políticos españoles, de cualquier partido, se establecen con provechosas variantes provechosas: privatizaciones de servicios públicos, concesiones de obras públicas, contratos de apoyo a la administración pública, tráfico de información privilegiada.
La mano invisible del Estado está acaparando las ganancias en tiempos de crisis, gracias a que el único interés que tienen nuestros representantes políticos es aprovecharse de la pasividad de los ciudadanos ante la enajenación de los recursos comunes.
La única clase social que en España no ha dejado de mejorar desde la llegada de la democracia es la política, si un político en 1977 tenía un sueldo que multiplicaba por menos de dos el de la media de los ciudadanos, actualmente el sueldo medio de los políticos multiplica por cinco al sueldo medio de los ciudadanos.
La profesión más rentable de este país es la de político, pero al contrario de todas las demás, que tienen que competir en el mercado, la de político se desarrolla exclusivamente en el interior del Estado, y las reglas de su promoción interna no tienen otro criterio que el arbitrario del cacique de turno, que distribuye los puestos según sus afinidades políticas y no según las disposiciones y condiciones profesionales de los aspirantes.
Mientras miles de personas cada día se parten el espinazo por llegar a fin de mes, mientras que miles de opositores aspiran a plazas legales, los políticos contratan asesores, ayudantes, propagandistas, y sicarios en plena impunidad.
El caos que se vive en España no es una casualidad, es la consecuencia inevitable de la corrupción jerarquizada en la que estamos viviendo, en la que el ascenso político se traduce de forma inmediata en escalada económica y social.
El poder se ha convertido en una varita mágica que vuelve ricos a unos pocos mientras empobrece a la mayoría. España no puede soportar muchos meses más la invasión del Estado por ineptos, incapaces de resolver su propia existencia sin expoliar a los demás, que no están preparados para resolver la crisis económica en la que vivimos, sino para hundirnos profundamente en la miseria.
Los partidos de la derecha hacen más ricos a los que ya son ricos, y el PSOE hace más ricos a los que bendice con sus prebendas. La política genera riqueza exclusivamente para una muy escasa minoría de ciudadanos. A comienzos de la transición, alguien dijo que el PSOE era el partido de los pobres, hay que reconocerle que tenía mucha razón.
Biante de Priena
1 comentario:
El nuevo nazismo está a la vista
por Ives N. Casado
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