Cuando voy a mi centro de salud siempre me llama la atención que de la numerosa cartelería que hay por todas las paredes, con numerosos consejos y campañas propuestas por el Departamento de Salud y dirigidas a la población, el único que está sólo en español -todos los demás están íntegramente en catalán- y con el sello de la Generalidad bien visible es uno donde se dice que beber mucho conduce al alcoholismo, como si el Gobierno de Cataluña no tuviera otra cosa que decirle en materia de salud a la población hispanohablante, o como si los que tienen el catalán como lengua materna estuvieran exentos de llegar a ese extremo que es el alcoholismo, y ese mensaje no fuera con ellos.
Pues bien, algo similar ocurre en las playas de Barcelona, en las que todos los mensajes orientativos colocados por la administración se encuentran sólo en catalán excepto uno, que está en español, precisamente aquél que nos indica que no nos dejemos la basura. De esta manera queda claro qué es lo único que la administración catalana desea que sea entendido por todos los de fuera: que no nos emborrachemos y que no ensuciemos sus playas, esto es, que no disturbemos y saquemos a los catalanes de esa ataraxia contemplativa y anestesiada en la que vive la inmensa mayoría de la población autóctona.
2 comentarios:
Eso es lo que habría que darles a los catalanes que están fuera de Cataluña: la puta mierda.
Yo, en principio les trataré como ciudadanos españoles, es decir con respeto. Ahora bien si sacan el nazionalista que algunos llevan dentro, ya sabré que hacer.
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