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martes, 29 de abril de 2008

La personalidad Zig-Zag: perfil psicológico de ZP


Hoy he estado viendo a Zapatero en el programa de TVE 59 segundos. Lástima que no acudió Enric Sopena, me gusta verle perdiendo la compostura ante su ídolo, pero estuvo su mujer, que no es lo mismo. Enric Sopena le hubiera preguntado por la Alianza de Civilizaciones como antídoto de las hazañas de los piratas somalíes, pero no ha podido ser, aunque ha sido lo único que le ha faltado al programa para completar una escenificación del mesianismo más palurdo.

Este muchacho que gobierna este país está instruido, y casi estoy seguro de que entre sus ídolos están Franklin Delano Roosevelt y John Fitzgerald Kennedy, aunque nunca lo reconozca en público, tengo la certeza de que les admira, porque ambos fueron líderes populares que es la máxima aspiración del petimetre, pero tiene tantas posibilidades como Chikilicuatre de ser Premio Nóbel de Física.

Siempre me ha llamado la atención ese gesto tan suyo del Presidente del Gobierno Español, el de abrir las manos como si estuviera soportando una madeja de la existencia que alguien está hilvanando. Es un gesto de grandeza, muestra las manos con las palmas al frente- manos limpias, que no ocultan nada, podría decirse-, y al mismo tiempo sonríe como si estuviera perdonando la vida a todos los agresores de la humanidad, y diciéndoles que él ha venido a salvarlos, en el fondo no se atreve, pero yo creo que le gustaría abrir más los brazos para que le confundieran con Jesucristo. Es la representación del adanismo en su hipertrofia más estridente.

En realidad, Zapatero ha salido hoy en la tele para tranquilizar a la gente, diciendo que tiene todo, absolutamente todo controlado, que hay dinero y que lo de la crisis es algo pasajero para que la gente no se preocupe demasiado y siga consumiendo con alegría; el problema es que la realidad es tozuda y se empeña en quitarle la razón, de lo que se deducen dos alternativas: o miente como un bellaco y conoce la auténtica realidad, o no se entera y piensa que lo que le dice Miguel Sebastián es cierto.

La personalidad Zig-Zag es así, siempre desconcertante, orientada a los demás, mostrando unas demandas afectivas siempre insuficientes, buscando sorprender al prójimo para atraer permanentemente su atención, aunque sea contando mentiras sin parar como el Barón de Münchausen, todo es válido para estar presente en la cabeza de todo el mundo todo el tiempo. Su comportamiento es absolutamente infantil, da igual que lo atiendan por algo bueno, que por algo malo, eso no importa, lo importante es que le atiendan, como los niños traviesos que rompen la vajilla de la abuelita por un minuto de gloria. Da igual que hablen mal o bien, eso es lo mismo, lo importante es que hablen.

La Personalidad Zig Zag, es imprevisible, como se orienta por causar atención en el prójimo, da igual que sea admiración que rechazo, su máximo objetivo es romper la inercia de lo existente y esta capacidad inusitada para conquistar los amores y las iras del prójimo, la desarrolla en todos los ámbitos, subiendo los impuestos cuando se supone que es de izquierdas, creando paro cuando prometió pleno empleo, destruyendo el pasado para que no compita con el futuro que él ha creado, despreciando a todo aquel que osa corregirle, y apartando a todos los que se interponen en su camino hacia el mesianismo narcisista, de imponer al mundo su magnífica voluntad. No está loco, como no lo estuvieron Hitler o Stalin, él sabe lo qué hace y por qué lo hace, en todo momento. Todos los que le miramos somos su público, sencillamente instrumentales a su propósito, como los esclavos del faraón no tenían más valor que el de contribuir a crear su pirámide.

La personalidad Zig-Zag, no establece vínculos afectivos sólidos, porque en su narcisismo irredento solo se puede admitir el amor de forma unidireccional y egoista hacia su reconocimiento propio. Todo está en función de un objetivo: incrementar su orgullo y soberbia. Pero al mismo tiempo, hacerlo sin que se note, mostrando la presunción de no presumir, una humildad delatora de sus auténticas intenciones y objetivos, que no son otros que su YO crezca a costa de las energías de los demás, como en un acto de vampirismo.

De cualquier forma, que personaje más pedante y singular, elevando el "candidismo" a doctrina, el optimismo a fe, la negación de la realidad a paradigma, y la mentira a liturgia. Es el último protomartir vivo, ¿quién puede dudar de las buenas intenciones de un ser tan angelical?. Alguien que se atreve a decir que España es la excepción europea porque ha elegido socialismo y añadir a continuación que hoy el socialismo europeo pasa por España y él asume la responsabilidad de ser "el gran líder mundial" de la socialdemocracia, es para estar riéndose a carcajadas hasta las próximas elecciones, pase lo que pase en el Congreso del Partido Popular.

El único problema de Zapatero es la realidad en la que vivimos los españoles, que poco tiene que ver con la que él se imagina, porque ha descubierto que nadie le puede acusar de tener buenas intenciones, y resolver permanentemente el futuro haciendo maravillosas propuestas, mientras se olvida de que para llegar al futuro hay que pasar previamente por el presente, pero desde el "candidismo universal" que le acontece, qué dificultades actuales pueden mancillar la visión de una niña de Rajoy que pueda ser lesbiana, radical abertzale y altermundista en nuestro país?.

Zapatero ha repetido tanto el tema de las mujeres que estoy pensando que en realidad lo que pretende no es la igualdad, sino la supremacía femenina, algo muy frecuente en personas que tienen un complejo de Edipo sin superar, en el que Layo, su padre al que asesina, representa el orden establecido con el que es necesario acabar, mientras que Yocasta, su madre, es la representación de la Tierra, la Humanidad, la Paz, la Solidaridad y la bondad a las que piensa desposar o quien sabe, si poseer (unir esas características a su nombre para toda la eternidad).

Entre Cándido y Edipo se mueve Zapatero como pez en el agua. Va del optimismo a la reivindicación, con la facilidad que un niño tiene de hacerse caca encima y después sonreír, esperando que los demás le aplaudan. ¿Habrá suficientes estanques -espejos- en La Moncloa para que este Narciso pueda contemplarse en su augusta plenitud?, mientras esta pobre España se contempla en el callejón del gato.

Biante de Priena

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Se equivoca usted Jose Luis es divino y además no hace caca.

Jose Luis está por encima de esas vulgaridades

Anónimo dijo...

Además de ser absolutamente cierto todo lo que comentas, lo que yo menos soporto de este individuo es su falsa modestia. Resulta estomagante escucharle decir que él comete errores, para acto seguido erigirse en un dechado de virtudes: paz, tolerancia, diálogo, igualdad, etc., etc. Menuda nos ha caído encima con este sujeto.

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