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lunes, 3 de marzo de 2008

La niña de Rajoy y el abuelo de Zapatero

Por una vez, sin que sirva de precedente, más por veneración al respetable que en loor de los protagonistas, bajaré el punto de mira del teclado para hablar de la humanidad de los personajes que hoy se enfrentan en el coliseo televisivo a las diez de la noche: José Luis y Mariano.

Hago esta parada antes del desenlace final, porque quiero hacer una reflexión sobre lo que estamos viviendo, que es una magnífica celebración del carácter español. Sánchez Dragó ha escrito recientemente un libro cuyo título es: “Si habla mal de España, es español”, en el que relata numerosos ejemplos de su tesis, con anterioridad lo había insinuado hace muchos años en su "España mágica".


José Luis y Mariano son buena gente, ambos están ocupando papeles que exceden sus posibilidades políticas. José Luis es un buen comunicador, sería un magnífico presentador de informativos en la televisión o un excelente vendedor de seguros. Mariano, un hombre adusto, sobrio y riguroso, tampoco es el político que estos tiempos necesitan, estaría mejor dando clases. Pero es lo que hay.

En el fondo, aunque no se lo crean, a los dos les debe hartar la política bastante. No están cómodos haciendo lo que hacen, porque en realidad no les gusta. Pero les ha tocado estar ahí y como buenos españoles dan la cara y se crecen ante el castigo. Que distintos de Suárez, González y Aznar, que sí eran y son auténticos animales políticos.

En el caso de José Luis y Mariano, no creo que ninguno de los dos odie a su adversario, con los dos tienen problemas sus asesores para que hagan el discurso que corresponde a la coyuntura actual, porque no son precisamente hábiles a la hora de representar los papeles que les asignan, lo que dice mucho a favor de su independencia de criterio, algo muy interesante para un candidato a presidente de Gobierno. Por sí mismos son incapaces de crispar, y necesitan un guión que como las vías del ferrocarril les permita alcanzar su destino de señalar la confrontación existente. El "tú hiciste" y cosas por el estilo.

Podrían ser amigos si no fuera por sus cinturones de castidad política, aunque nunca llegarán a serlo, porque no se lo permitirán los que están a su alrededor. Ambos son disciplinados y obedientes, leales a los principios en los que se fundamentan sus respectivas ideologías y valores, y por supuesto, a sus respectivos partidos.


Kramer contra Kramer


Si hay algo que a ambos les une, es la certeza de que su adversario está equivocado y que los suyos tienen razón. Rajoy piensa que Zapatero quiere acabar con la España conocida, y no le falta razón, mientras Zapatero piensa que España debe evolucionar hacia no se sabe qué, ni cómo, ni dónde, en ese progresismo vacuo e inane que caracteriza su política.

Zapatero, al que le gusta sentirse ciudadano del mundo, eso de España no lo acaba de entender muy bien, ni creo que lo entenderá jamás. Y mira que es fácil, lugar y gente, eso es España, España no es solo el lugar, ni la gente. Cádiz, José Luis, que ahí está todo lo que tienes que comprender para saber por qué las cosas son como son y no de otra manera.

La inocencia de Zapatero resulta ofensiva. Hace poco le preguntó Iñaki Gabilondo que si se había fumado un “porro” y dijo que no, con lo fácil que le hubiera resultado mentir (o decir la verdad).

Ayer mismo, Aznar, en una aparición estelar, dijo que “aunque no les gustara Rajoy” los españoles debían votar por él, porque es lo mejor ante lo peor que representa Zapatero. Rajoy se lo agradeció sutilmente, diciendo que siempre le llevaría en su cabeza y su corazón, mostrando su infinita generosidad y paciencia, además de su inteligencia sedimentada por los años y su origen gallego.

Esta noche asistiremos a un combate de “Pit Bulls Terrier” enfurecidos, la respectiva parroquia de cada uno así se lo exige. Los dos tienen por objetivo acabar con el contrario, la disputa es a muerte, no sirven los puntos, el que gane debe hacerlo por K.O. Ninguno de los dos ganará, porque reúnen condiciones equilibradas, uno comunica mejor, se enrolla bien, y otro sabe más y ha hecho los deberes
Zapatero intentará demostrar que Rajoy es un carca agresivo y furibundo, que lo único que quiere es devolver este país al franquismo, sin importarle las personas, y Rajoy tratará de que veamos a Zapatero como un simple, que no está a la altura de gobernar un país como España, ni a los ciudadanos de un país europeo avanzado.

El abuelo y la niña

Los únicos que les acompañarán en el plató, además de Olga Viza, son el abuelo de Zapatero y la niña de Rajoy, dos imágenes ideales del ciudadano para el que pretenden gobernar. Que torpes resultan los medios de comunicación de este país preguntándose aquello de: ¿“a qué viene la niña”?, cuando está claro que lo que buscaba el buen asesor de Rajoy era presentar una imagen simétrica del abuelo de Zapatero para contrastar el pasado imposible que representa el líder del PSOE con su memoria histórica y la revisión de lo vivido, con el futuro de una mujer con plenitud de derechos, imagen diáfana de progreso, simbolizada precisamente en esa niña.

Lástima que las dotes para las artes escénicas de Rajoy sean patéticas, porque el ejemplo era extraordinariamente contundente, no fallaron las artes, sino las partes, en este caso.

Pues aquí tenemos a nuestros héroes de nuevo, prestos a la lucha. Los dos se habrán leído estos días por obligación “El arte de la guerra I y II” de Tsun Zu y Sun Bin, “El Príncipe” de Maquiavelo, “El arte de tener siempre razón (Erística)” de Schopenhauer, y algunos discursos políticos convergentes con las ideas que representan. Vendrán puestos en artes marciales comunicativas y tácticas de persuasión de masas.

Por un lado tendremos a Sísifo-Zapatero, con su cara de bueno, tratando de llevar de nuevo la gran piedra del socialismo a La Moncloa y la memoria de su abuelo a los altares, aprovechando sus mejores dotes para la comunicación de chico de discoteca en sábado noche hablándole de su cosmovisión del mundo a las muchachas mientras estas le miran a los ojos; por otra parte tendremos a Teseo-Rajoy, dispuesto a acabar con el Minotauro entrando en el laberinto de las cámaras de televisión, que tan poco le gustan, porque él nunca ligó en las discotecas, (era más bien el que terminaba poniendo la música en los guateques), y esperando que la niña Ariadna no le falle, porque podría quedarse encerrado para siempre en un cliché negativo, si no alcanza a controlar la situación, y perder estas elecciones.

En realidad, ninguno de ellos sabe que los españoles votamos por otras cosas, y que lo único que nos gusta de los debates es el morbo de ver como se dan de leches ante nuestros ojos, ese gusto por ser espectador que diría Ortega y Gasset, que tenemos los de esta tierra, en el futbol, en los toros, en los negocios, en las fiestas y en la vida cotidiana.

Buenas noches y buena suerte

Que gane el mejor y que pierdan los peores, que son los que están tras vosotros, Mariano y José Luis, haciendo negocios, ocupando un puesto sin dar golpe, cobrando por decir lo que piensan, metiendo inquina, confrontando y tensando. Esos son los enemigos de todos los ciudadanos de este país, lo que os incluye, y también del abuelo y la niña.

Mariano, José Luis, si me hicierais caso os iríais a tomar unas cervezas sin guardaespaldas al primer bar que encontrarais abierto, y le dabais plantón al gran público dispuesto a ver como os destrozáis.

También sería muy español romper lo previsto e improvisar alternativas. Si pasáis del debate, llamadme y quedamos, conozco un sitio donde ponen unos entrecots fabulosos. Y acordaos de que entre Galicia y León existe Ponferrada, la patria de Amancio Prada y otros Prada, que los dos podéis cantar al final lo de: “adeus ríos, adeus montes...” de Rosalía de Castro.

Y si al final no venís, hacedme caso, al terminar el debate levantaros de la silla y daros la mano, el que tome la iniciativa en este gesto gana las elecciones. Atentos al otro, primero la mano a la moderadora, Olga Viza, y luego entre vosotros, sin olvidaros de sonreír a la cámara en todo momento.

Que hay que decíroslo todo, por mucho que os tiréis los trastos, al final los dos seguiréis siendo españoles, zoquetes –se me ha escapado-, y tendréis que dialogar también la próxima legislatura, y toda vuestra vida seguiréis siendo españoles. España no concluyó con Napoleón y con Fernando VII, así que no va a hacerlo con vuestro enfrentamiento, ni con las pretensiones de los nacionalistas y los terroristas.

Porque vosotros solo sois representantes de este país y sus ciudadanos, como la selección de fútbol, Unamuno, el repartidor de butano, Pla, el flamenco, y la peluquera.

Por eso me duele que os destrocéis para goce del personal, porque muchos ya vamos estando hartos de los garroteros de Goya; haced pedagogía del respeto, demostrad que estáis a la altura de lo que se os debe exigir; hacedlo aunque sea por la niña y el abuelo, que en vuestra dignidad está la nuestra representada.

A ver si nos dejáis contentos a todos, os estaremos viendo unos cuantos millones de españoles que solo queremos vivir en paz, pero que también queremos seguir siendo españoles, para que el abuelo se lo pueda seguir contando a la niña, y esta le escuche y no le mande a paseo, con un corte de manga.

La magnífica foto es de Gustavo Andrade

Biante de Priena

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Sr. Erasmo, tenga mi efusiva enhorabuena, uno de sus mejores trabajos en todos los sentidos, podría asegurarse que ni el mismo Carlos Marx lo hubiera hecho mejor. Es un decir. Saludos cordiales.

Anónimo dijo...

De este mismo foro:


...El debate de ayer y su repetición el próximo lunes, no es más que circo para el público, puesto que la realidad política de España sigue un curso distante y ajeno a lo que discuten los jefes de las castas políticas nacionales, representantes a su vez de las numerosas castas locales germinadas por toda la Nación.

Un ejemplo. El Sr. Arenas, jefe del PP andaluz, acaba de acuñar otro slogan miserable, traidor y patético: "el andalucismo español".

Y para que no quepa ninguna duda, en sus mitines con miles de personas, no se ve ni una sola bandera española, mientras el señorito sin cal va besando los centenares de trapos andaluces.

Este país verá muy pronto que lo gestado durante décadas no tiene marcha atrás de una manera "normal" pues aunque Rajoy ganara las elecciones, la inmersión lingüística seguiría su curso, así como el choriceo de los impuestos por parte de unos y otros. Los tanques no los usará Rajoy nada más que para mantener el "desorden establecido".

Sólo el recambio del Estado por uno al servicio de los ciudadanos, tiene la solución al problema.
Hay que prepararse para ello.
26 de febrero de 2008 15:25:00 CET

Anónimo dijo...

EL LAPO DE RAJOY: Hace un momento, Rajoy se cargado su campaña luciendo UN ASQUEROSO LAPO COLGANTE en un primer plano del debate.

Todo el esfuerzo que ha hecho, para acabar luciendo sipiajo colgante.

Me da rabia, porque no quería que ZP quedara mejor. Han quedado los dos muy mal por ahora (da juego a otros partidos, opciones) pero Rajoy ha hecho lo que jamás hay que hacer frente una cámara: causar en el espectador ganas de vomitar viendo su asqueroso lapo colgante.

He visto por la calle a yonquis babeando, menos desagradables que Rajoy luciendo sipiajo.

Ruego a un alma bondadosa, que recupere las imágenes y sature la red con el lapo de Rajoy.

Yo ya he compuesto una inspirada canción: El Sipiajo de Rajoy!

Lo siento, Rajoy... qué manera de cagarla en el último momento.

MK

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