El Estado está roto, desmembrado, quebrado y cautivo de una secta que ha ocupado el PSOE y desde él, el gobierno español. Y los genuinos socialistas siguen sin percatarse de lo ocurrido; la perversión política ha alcanzado su cima en la presente legislatura de mano del presidente español Rodríguez Zapatero y su funesta corte de los milagros, poco tiene que ver con el socialismo la venta democrática de las existencias públicas, el auspicio de la desigualdad por las concesiones a los nacionalistas, y la criminalización de las víctimas del terrorismo y el ensalzamiento de los criminales.
España no es así, nunca ha sido así, nos están destrozando la convivencia, las estructuras institucionales, se han cargado los valores comunes y promueven los privilegios más sectarios, en el propósito de despojar la nación de sentido, y al Estado de contenidos.
Nos están desdiferenciando para convertirnos en una masa informe de ciudadanos que acuda a las urnas a ratificar la erradicación de sus derechos políticos, sus valores sociales, sus recursos comunitarios, y su estatus público.
Vuelven a vender nuestra nación por el plato de lentejas de la gobernabilidad, por la persistencia del pesebre, por el pan para hoy y el hambre para mañana, en un acto de irresponsabilidad histórica.
Y mientras tanto asistimos a la gran representación de ocultación y enmascaramiento del totalitarismo en el que nos hacen vivir, con un juez que determina cuando se dará de baja a la formación política que subvenciona a ETA según el calendario político, con unas organizaciones civiles participadas y subvencionadas que guardan un ominoso silencio cómplice sobre los desmanes acontecidos, con unos sindicatos mudos durante cuatro años ante las subidas del fuel y la pérdida de poder adquisitivo por los trabajadores, con unos pensionistas que no dicen absolutamente nada ante los acontecimientos.
En fin, con unos nacionalistas que siguen acometiendo impunemente sus objetivos, mientras deshacen en sus comunidades todo lo que queda del Estado español, y tampoco se oyen voces socialistas que digan absolutamente nada sobre lo que ocurre.
Con unos medios de comunicación que reciben fondos de forma permanente como pago a su silencio cómplice, y a su propaganda favorable a los intereses del gobierno. Con una ciudadanía amordazada en los medios públicos
¿Acaso toda la sociedad civil estaba organizada por el PSOE e IU?, nadie dice nada sobre la subida del IPC, la bajada del poder adquisitivo de los sueldos y las pensiones y la pérdida de capacidad permanente en la superación de los problemas económicos, sociales y políticos que se presentan en nuestro país.
Estamos asistiendo a la demostración irrefutable de que cuando gobierna el PSOE, la sociedad civil organizada no existe, lo que quiere decir que toda la organización social que elevaba su protesta en otros tiempos está al servicio de este partido, es este partido, para este partido, sean ONG, asociación cívica o sindicato.
Asistimos a la última vuelta de tuerca del totalitarismo español, económico, legislativo, ejecutivo, jurídico, mediático, institucional, y ahora también social. Están asfixiando la libertad en nuestro país y parece que a nadie le importa. Es la cultura plana del absolutismo, que conduce a la muerte de la vida social. No solo el pensamiento único, sino la acción única es la que nos espera.
Solo quedamos cada uno de nosotros, ciudadanos independientes, para plantar cara a lo existente. Desde el taxi, la panadería, el supermercado, el centro de salud, la escuela, el bar, o la sala de conferencias se tiene que presentar batalla contra la opresión totalitaria que estamos viviendo, y hay que hacerlo pronto, antes de que también nos enmudezcan saboteándonos la conciencia o cortando la energía eléctrica.
Biante de Priena
España no es así, nunca ha sido así, nos están destrozando la convivencia, las estructuras institucionales, se han cargado los valores comunes y promueven los privilegios más sectarios, en el propósito de despojar la nación de sentido, y al Estado de contenidos.
Nos están desdiferenciando para convertirnos en una masa informe de ciudadanos que acuda a las urnas a ratificar la erradicación de sus derechos políticos, sus valores sociales, sus recursos comunitarios, y su estatus público.
Vuelven a vender nuestra nación por el plato de lentejas de la gobernabilidad, por la persistencia del pesebre, por el pan para hoy y el hambre para mañana, en un acto de irresponsabilidad histórica.
Y mientras tanto asistimos a la gran representación de ocultación y enmascaramiento del totalitarismo en el que nos hacen vivir, con un juez que determina cuando se dará de baja a la formación política que subvenciona a ETA según el calendario político, con unas organizaciones civiles participadas y subvencionadas que guardan un ominoso silencio cómplice sobre los desmanes acontecidos, con unos sindicatos mudos durante cuatro años ante las subidas del fuel y la pérdida de poder adquisitivo por los trabajadores, con unos pensionistas que no dicen absolutamente nada ante los acontecimientos.
En fin, con unos nacionalistas que siguen acometiendo impunemente sus objetivos, mientras deshacen en sus comunidades todo lo que queda del Estado español, y tampoco se oyen voces socialistas que digan absolutamente nada sobre lo que ocurre.
Con unos medios de comunicación que reciben fondos de forma permanente como pago a su silencio cómplice, y a su propaganda favorable a los intereses del gobierno. Con una ciudadanía amordazada en los medios públicos
¿Acaso toda la sociedad civil estaba organizada por el PSOE e IU?, nadie dice nada sobre la subida del IPC, la bajada del poder adquisitivo de los sueldos y las pensiones y la pérdida de capacidad permanente en la superación de los problemas económicos, sociales y políticos que se presentan en nuestro país.
Estamos asistiendo a la demostración irrefutable de que cuando gobierna el PSOE, la sociedad civil organizada no existe, lo que quiere decir que toda la organización social que elevaba su protesta en otros tiempos está al servicio de este partido, es este partido, para este partido, sean ONG, asociación cívica o sindicato.
Asistimos a la última vuelta de tuerca del totalitarismo español, económico, legislativo, ejecutivo, jurídico, mediático, institucional, y ahora también social. Están asfixiando la libertad en nuestro país y parece que a nadie le importa. Es la cultura plana del absolutismo, que conduce a la muerte de la vida social. No solo el pensamiento único, sino la acción única es la que nos espera.
Solo quedamos cada uno de nosotros, ciudadanos independientes, para plantar cara a lo existente. Desde el taxi, la panadería, el supermercado, el centro de salud, la escuela, el bar, o la sala de conferencias se tiene que presentar batalla contra la opresión totalitaria que estamos viviendo, y hay que hacerlo pronto, antes de que también nos enmudezcan saboteándonos la conciencia o cortando la energía eléctrica.
Biante de Priena
2 comentarios:
Si Señor Biante, eso es escribir con vista, sentido y razón. Un verdadero partido nacional viniente deberá contarle a Ud. entre sus miembros, aunque Ud. no quiera entrar en un club donde lo admitan.
Pero no se preocupe mucho ni se impaciente, todo tiene su ritmo vital, su aquel, y los españoles, pueblo antiguo, mostrarán sus garras al preciso debido tiempo, exactamente en aquel que la barriga y el bienestar respondan en su contundencia a las ideas que en este y otros espacios se difunden.
Sigan con su imprescindible tarea, pues ya está dando más que frutos, armas necesarias a los ciudadanos para ocupar su papel histórico.
Y no tardará mucho.
Brillante, profundo y exacto comentario.
El sistema electoral actual va a penalizar que C's y UPyD no vayan juntos. Para reducir ese efecto negativo:
En Barcelona vota C's y en Madrid UPyD --> PÁSALO
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