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domingo, 8 de abril de 2007

¿MEMORIA HISTORICA o AUDITORIA NACIONAL?


En el antiguo arte de la medicina, (que lamentablemente hoy ha derivado en ingeniería somática, no me cansaré de recordarlo), se decía que si un tratamiento no demostraba su eficacia, debía suspenderse antes de que causara más daño que beneficios (respetando el conocido aforismo hipocrático “lo primero no hagas daño”).

Hoy en España, tenemos un grave problema de salud en nuestro sistema político. La democracia española está muy enferma, al borde del desahucio, y doy mi palabra de que no es alarmismo intencionado.


Mi intención con este artículo es hacer una reflexión positiva que nos ayude a pasar página de tantas cosas y contribuir a que las cosas comiencen a cambiar de verdad en nuestro país, dejando atrás el lastre histórico, y la acumulación del actual que nos lo impide.

UN POCO DE HISTORIA RECIENTE

Una de las últimas de ZP. Se ha propuesto hacer una ley de memoria histórica para recordar-ensalzar a los muertos del bando de los perdedores en la guerra civil concluida en 1939, sin percatarse ni por un momento, (porque la conciencia democrática de nuestros políticos es muy escasa, proporcional a su escueta inteligencia), de que esto es un grave error, además de una extravagancia propia de algún flipado, que no puede superar la abducción de sus propios recuerdos infantiles.

¿Pero no se dan cuenta los señores del PSOE, que tras la guerra civil, TODOS, absolutamente TODOS los españoles supervivientes fueron PERDEDORES?.

Perdieron su libertad, la posibilidad de una democracia, la tranquilidad, las ilusiones, y la esperanza, para invitarlos a un régimen militar que les procuraría hambre y miseria durante varias décadas.

Una guerra es una guerra, no un juego de la play station, y en una guerra se producen muertos, de ambos bandos –esto hay que recordarlo siempre-, y hay ganadores y perdedores.

España, tras la guerra quedó esquilmada, con una dictadura que duró cuarenta años. ¿Pero cómo vivieron los ganadores?, mejor dicho, ¿quién coño fueron los ganadores entre los que formaban parte del pueblo español?. No hubo ganadores.

Hubo un triunfo de los militares y sus acólitos de la extrema derecha, y nada más; el pueblo fue sometido a la opresión de un régimen autoritario, a la cruzada cristiana, a la ausencia de libertad y democracia.

TODO el pueblo, queridos libertadores de la memoria, TODOS los ciudadanos de este país, sufrieron, y algunos sufrieron más, no hubo unos que vivieron de maravilla y otros que fueron desposeídos. La inmensa mayoría estuvo igual de jodida, siendo de derechas o de izquierdas.

Si el régimen fascista de Franco pasó por las armas a 100.000 “rojos” como secuela inmediata de haber perdido la guerra, el 95 % de los españoles restantes estaban muriéndose de hambre, y miseria, con enfermedades como la tuberculosis, o la disentería.

A unos les pegaban un tiro en la nuca y a otros, los más pobres –independientemente de su filiación política, el régimen los mató de inanición y también son víctimas de la memoria, que no aparecen en ningún recuento.

Franco, el dictador fascista, se murió en la cama, el 20 de Noviembre de 1975 como nos dijo Arias Navarro entre sollozos en la tele; yo tenía diecisiete años y ahora me acerco a los cincuenta.

Nadie acabó con él, ni con su régimen: ni los socialistas, ni los liberales, ni los anarquistas, ni los comunistas, ni los centristas, ni la derecha, ni los monárquicos, ni los republicanos, ni los ateos, ni ETA, ni el GRAPO, ni el FRAP, ni los nacionalistas, ni los periodistas, ni los jueces, ni las democracias vecinas, ni el amigo americano, ni el ruso, nadie es NADIE.

Franco, murió de muerte natural. Si hubiera tenido veinte años menos, hubiera gobernado veinte años más. Llevo más de treinta años escuchando epopeyas heróicas que no existieron, leyendas urbanas convertidas en historias para no dormir y viendo como ante mi pasan cohortes de políticos durante esta larga transición hacia ningún sitio, que están más ocupados de mantener su status, que en propiciar bienestar a su pueblo.

Y Franco hace 30 años que se ha muerto, y la verdad que se va hartando uno de tanta mezquindad envuelta en falsas filantropías y altruismos subvencionados. Hay algunos que todavía siguen viviendo contra Franco, por que no saben vivir de otra forma, y quieren que los demás les aplaudamos por su epopeya.

España ha avanzado a pesar de los políticos que hemos tenido, por que no podía ser de otra forma. Suárez dejó el cargo de Secretario General del Movimiento Nacional, para convertirse en el primer presidente de un gobierno democrático español tras la dictadura.

El bienestar de los españoles proviene de su trabajo, y de una minoría muy escasa de políticos que han hecho las cosas bien, a pesar de sus partidos políticos; me ahorro nombres, para no concitar enemistades.

En Europa nos conocen más como país turístico, (en el que los ciudadanos europeos disfrutan de sus vacaciones a mitad de precio de lo que les cuesta en su país), que por los productos que nos compran, las ideas que sugerimos, o las cosas que hacemos.

Nuestra balanza comercial es la más desequilibrada de Europa. Absortos y ojipláticos, se quedan los europeos cuando se enteran de las cosas que pasan aquí en la política y la economía nacionales.

El Rey fue sucesor de Franco porque el dictador lo decidió así. El dictador Franco (y no la democracia), fue el que ha traído la monarquía a este país (aunque luego fue sancionada por el parlamento democrático).

El régimen no tuvo fractura, ni ruptura, como no se cansa de repetir García Trevijano, lo que permitió que algunos diputados a Cortes por el tercio familiar o el sindical, los mismos de siempre, terminaran siendo diputados democráticos convencidos y convencedores, como si tal cosa, y aceptados por los partidos de izquierda y la derecha.

Aquí la democracia se pactó por los políticos, no se conquistó por el pueblo transformado en sociedad, por eso no tiene la legitimación que le corresponde. Es una democracia hipotecada, como una tarjeta de crédito avant.

Han pasado 30 años de transición democrática, y hoy tenemos una situación política patética, con enfrentamientos permanentes entre todos los partidos políticos, en una carnívora lucha por el poder y el dinero; en la que de paso, nuestros “benefactores” van devorando buena parte del bienestar que nos falta en relación a nuestros vecinos del norte.

Lo que nos falta es es mucho, y los arribistas usurpan a nuestro presente sus privilegios, para sostener su combate inagotable, y sus narcisismos insoportables. Es deleznable esta forma de hacer política, acaparadora, cainita, mafiosa, estúpida, y orientada al retroceso, en vez de al progreso.

¿POR QUÉ UNA AUDITORIA GENERAL?.

Esta es una propuesta utópica, pero hagamos un ensayo “ad hoc”; en un país que se considera democrático, es más viable que una revolución. Es más, creo que una auditoría general de la democracia española y sus representantes, me parece una forma de revolución civilizada y sutil.

Debemos saber que queremos valorar y establecer un acuerdo sobre lo que tenemos que revisar a lo largo de estos treinta años de democracia. Esto si que es una auténtica propuesta de memoria histórica, y además, viable, de posible ejecución.

Además, nos puede servir de ejercicio esencial de autocrítica, del que podremos obtener información para no cometer los mismos errores, o que no los cometan nuestros hijos.

En psicología, recientemente se ha recuperado una antigua estrategia de análisis que consiste en recoger determinados hechos en la vida de las personas y transformarlos en su historia vital. A partir de los acontecimientos vividos se puede hacer un análisis, tanto de las circunstancias que han acompañado a los sujetos de estudio, como de la naturaleza y recursos de los que disponían.

Los hechos vividos delatan las estrategias utilizadas y los logros adquiridos. Podemos llegar incluso a alcanzar precisiones científicas, a explicar lo que ha pasado.

Pues bien, hagamos la historia de vida de todos los políticos españoles desde la muerte de Franco hasta nuestros días, establezcamos unas variables que nos permitan la comparación (posición social, propiedades, bienestar disfrutado, dinero acumulado, y por supuesto, problemas que han tenido que atravesar en sus vidas) y hagamos lo mismo con una muestra de ciudadanos españoles homologados en el punto de partida en recursos iniciales, edad, sexo, y profesión.

Ahora que ya tenemos dos muestras equilibradas, realicemos una comparación, y podremos observar de forma objetiva CUANTO se han beneficiado los que eligieron subirse al caballo de la vida política en nuestro país, y los que hemos seguido trabajando a pie de obra.

Si la diferencia es importante, resultará sospechoso, y se podrá deducir que el poder sirve entre otras cosas para realizar una carrera personal de dimensiones cósmicas, por contraposición a lo que es ganarse cada día el pan de forma honrada.

Conozco algunos políticos, no muchos, y sé como viven y como han vivido. Creo que todos podemos conocer algunos, y visto uno, vistos todos. Realmente se puede decir que viven mucho mejor de lo que podrían hacerlo, si no estuvieran metidos en política, y esto no está bien, nada bien, porque indica que se han beneficiado demasiado de representarnos, tanto que muchos se han forrado, y han ayudado a que se hayan hecho millonarios otros, y se ha establecido una especie de red mafiosa que va desde la concesión de una gasolinera, hasta la designación de un puesto de subalterno en un ayuntamiento.

Parece que todo lo relacionado con el dinero público en nuestro país, absolutamente todo, está contaminado hasta la corrupción, y sobre todo la construcción, y las concesiones públicas, pero esto es tan solo la punta del iceberg.

Vivimos gobernados por una aristocracia paleta de vividores y zurupetos, una tiranía de la nimiedad y el absurdo, una oligarquía de advenedizos irredentos, una pandilla de incompetentes que se turnan en las artes de mal gobernarnos (y opositarles).

Creo que muy pocos pasarían el cedazo de un juicio justo sobre sus actos, porque para vivir en la política o de la política en España en estos momentos, hay que tener mucho estómago y pocos escrúpulos.

Por eso que no me vengan con chorradas de memoria histórica, cuando están construyendo la memoria histórica del mañana sobre mentiras, corrupción, e insidia.

La aristocracia en el pasado era sinónimo de nobleza, los políticos deberían ser sus sucesores sociales, pero cada día se acercan más a la chambonería más cutre y decadente, y estoy seguro de que todavía irá a peor.

Los españoles tenemos que liberarnos de la mendacidad política que asola nuestra existencia y recuperar la soberanía que nos pertenece. Tenemos que hacer rentables nuestros derechos, para que nuestras vidas y las de nuestros hijos dejen de ser rentables para otros que viven de explotar nuestra buena fe.

Hay que redistribuir el bienestar de forma más justa aquí y ahora, no podemos esperar a que las promesas incumplidas se cumplan algún día, aunque sea en el más allá.

Por eso, exijamos una auditoría general, o al menos, tengamos el valor de hacerla mentalmente,.... y después, a la praxis, pasemos a la acción, como recomendaba Marx.

Que Némesis nos proteja de la locura de los hijos de Creso, en la reivindicación de la memoria histórica nunca sabremos si Ramnusia se venera más como diosa de la venganza, o como diosa de la fortuna (*).


(*)Némesis (o Ramnusia): diosa de la venganza y la fortuna. Es una deidad antigua, por lo que no está sometida a los dictámenes de los olímpicos. Castiga sobre todo la desmesura. Sus sanciones tienen usualmente la intención de dejar claro a los hombres que, debido a su condición humana, no pueden ser excesivamente afortunados ni deben trastocar con sus actos, ya sean buenos o malos, el equilibrio universal. Un claro ejemplo lo encontramos en Creso, que al ser demasiado afortunado fue arrastrado por Némesis a una expedición contra Ciro que provocó su ruina


Algunos enlaces interesantes y democráticos

ANTONIO GARCIA-TREVIJANO

MESSAGE IN-OUT

RABIOSOLISMO



Biante de Priena

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lo leído, me parece uno de los análisis mas coherentes de nuestra reciente historia. Aún así, voy a permitirme alguna puntualización.

Efectivamente todos los supervivientes fueron perdedores, pero algunos lo fueron de forma mas intensa. ES algo tan sencillo como la relatividad aplicada a términos económicos, siempre hay alguien que puede ser mas pobre (aunque tu estado sea el de la miseria casi absoluta) o mas rico (aunque nades en la opulencia) que tú. Solo tienes que pensar en los maquis o en los que tuvieron que marchar de su país y jamás pudieron regresar a él. Además de la pobreza, les acompaño la venganza. Al otro lado piensa en los que se enriquecieron, ante la pésima situación económica, con el extraperlo.Ellos empezaron a salir de las inmensas colas de racionamiento, por aquello de que la necesidad aguza el ingenio y empezaron a florecer. Ya no hablemos de los que estaban cerca del poder que ejercian como nadie el "tráfico de influencias", que graciosamente se pretendió fulminar en nuestra "democracia" (menos mal!!!!!!).

Resumiendo, todos perdedores, pero algunos mas.

No estoy de acuerdo en que fuera Franco la persona que nos devolvió la monarquia. Yo lo contemplo desde la otra orilla. El fué quien evitó que la monarquia volviera en el momento en que debiera haberlo hecho, osea, una vez terminada la confrontación civil. D. Juan, era el légitimo heredero y no pudo estar aquí por razones obvias. Don Paco estaba muy cómodo donde estaba y no iba a permitir que nadie ocupara su lugar.

Es cierto que la democracia no la conquistó el pueblo. Tengo mis dudas que de haberlo intentado las cosas no hubiesen transcurrido de la forma que lo hicieron, pacificamente. Viendo los odios resucitados ahora, Que hubiera ocurrido entonces?. Pienso que la forma que tuvo el pueblo de reaccionar a ese pacto entre políticos que fueron amamantados por el régimen si legitima esa democracia. Casi todos la aceptamos y nos volcamos con ella. Los que no, intentaron en 1981, volver al ruido de sables. Nadie les hizo caso. Ahora si se sellaba definitivamente esa democracia.

La cabeza visible de todo ello fué Suarez. En la sombra queda el papel de quien cardó magistralmente la lana, que a mi manera de ver las cosas ,fué Torcuato Fernandez-Miranda, y por supuestísimo, el padre del Rey del que jamás se dice nada. No tuvo que ser nada fácil permitir que su hijo estuviera bajo la tutela de quien le estaba robando lo que legitimamente le correspondía.

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