Watergate

Me ha dicho un amigo, harto sagaz, que a Zapatero lo que le hace falta es un Watergate, para dimitir por otra cosa que no sea lo de ETA. Había pensado en lo de Lewinsky, pero aquí los asuntos de entrepierna dan votos.

En el PSOE saben que lo de “sostenella y no enmendalla” da para tres meses, hasta las municipales, y ya se preguntan quién va a ser el siguiente candidato. María Teresa o María Teresa. Pero no lo tienen claro, habrá que llamar a Bono que está en la reserva, viendo el partido por la tele, mudito, él.

Así que durante este tiempo, asistiremos a la lenta agonía del proyecto y el proyectista, descanse en paz. Quién la busca, la encuentra. Los adioses prolongados son irritantes siempre. No caben otras alternativas.

Rajoy está crecido, ayer se sintió a gusto, sabiendo que la razón le acompañaba, se permitió incluso alguna alegoría, en público, porque en privado dicen que tiene su sorna. A los pies de los leones, ha dejado al presidente Zapatero, y ahora a ver como les explica que él es un hombre de paz, y que defiende los derechos de los animales irracionales.

Así las cosas, nos quedan 3 meses apasionantes, en los que las vísceras van a inundar los escenarios, que es lo que le gusta a la gente.

Zapatero quiso ser Teseo, ingresó en el laberinto en busca del minotauro terrorista, pero Ariadna ha soltado el hilo y ahora está atrapado; ni sabe salir, ni puede matar al minotauro, ni encuentra el hilo, ni nada de nada. ¿Nadie va a ayudarle?, el destino de los héroes es solitario.

Todo es cuestión de tiempo, un atentado ahora, supondría su dimisión inmediata e inapelable, y ETA lo sabe, y disfruta de la escena, mientras coloca los explosivos en el próximo coche-bomba.

El tiempo solo puede correr en contra de Zapatero, no hay otra posibilidad, por eso, entre todos los que le quieren mal, que son muchos, no habrá un alma caritativa que le saque un Watergate, aunque sea falso, da igual. En este caso, el fin, justifica los medios.

Erasmo de Salinas