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martes, 10 de junio de 2014

La fractura generacional en España



 La muerte de Sócrates - Jacques Louis David

"Los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros." Sócrates

He estado reflexionando sobre lo que ocurre en este país entre los más  jóvenes y los mayores, para llegar a la conclusión de que los jóvenes, divino tesoro, están protestando con  razón contra un mundo de apalancados en el poder que les ha desalojado de su destino, por seguir manteniendo en las posiciones de privilegio a una cohorte de encastados políticos que se afianzan a su sueldo, fundamentalmente en el ámbito público, como las garrapatas a sus huéspedes, indistintamente del poder que les haya colocado.

No es de extrañar que en este país mientras el paro ha crecido en un 25 %, (en los jóvenes ha llegado hasta el 58 %) al mismo tiempo el empleo público lo ha hecho también en un 25 %, fundamentalmente en las autonomías, y todavía no entiendo para que necesitamos más Estado, si tenemos más tecnologías y comunicaciones, salvo que sea para que los parientes, amigos y compañeros de los colocadores, tengan una buena forma de vivir en tiempos de crisis. Esto viene a ser el enchufe de toda la vida, porque además, al mismo tiempo que tenemos más empleados públicos que ningún país de Europa por número de funcionarios, el número de funcionarios nos hace retroceder al cuarto lugar por la cola entre los países europeos.  

Los jóvenes están contra la casta porque se ha convertido en un obstáculo injusto a su futuro, y asistimos a la hipocresía de todos los partidos para no resolver esta cuestión, así teniendo más de un millón de licenciados en el paro, estos sólo ven como alternativa la emigración. Bien podían emigrar los inútiles que nos sobran y se encuentran aferrados al poder, es hora de descostrar las instituciones de todos aquellos que ocupan un puesto de trabajo que no les corresponde, gracias a los sindicatos o los partidos políticos.

Hay otra fractura inédita, urdida con interés también por los políticos de todos los partidos y es la inmersión en el mundo irreal que proclaman: aquí se han inventado y se inventan cada día naciones que no existen, arcadias felices, enemigos que no son, miedos que despistan, intoxicaciones por doquier y sospechosos que, en realidad, son críticos con la molicie de la casta, de la costra y de la mugre que se acantona en el poder en este país, y en el privilegio y beneficios que concede lo público. Y evidentemente, también lo privado, parasitado por lo público, que ha llegado a participar en más del 50 % de la riqueza del país.

Es importante esta cuestión, porque esto coincide con las generaciones de españoles mejor formadas de nuestra historia, las que tienen más acceso al conocimiento –y al mismo tiempo las que han sido desposeídas de criterios críticos fraguados en la reflexión sosegada, más que en el ímpetu emocional, ahornadas en el lavado de cerebro que siempre se organiza desde el poder-. Sí, tenemos las generaciones jóvenes mejor formadas de la historia de este país, las que más han viajado y las que tienen más acceso al conocimiento, pero al mismo tiempo las más manipulables de nuestra historia, las más impresionables, las que necesitan creer en algo diferente a lo que existe, porque lo que existe en el poder es una estafa organizada por mafias que en vez de servir a la sociedad se sirven de ella, estamos, sin duda, ante un grave problema.

Lo digo con sinceridad, me gustaría que ese fuera el mensaje de las nuevas alternativas políticas rupturistas que se han presentado en las últimas elecciones y han triunfado, porque les puedo confirmar desde mi experiencia vivida que el panorama es desolador, cuando ves que en el poder de este país hay una “kakistocracia” en la fortaleza de los órganos rectores del Estado y unos Gobiernos que prefieren expulsar a los hijos de los demás al mundo, que retirarles a los suyos las prebendas.

Saturno se nos ha hecho partidario y eso tiene mal pronóstico. No pidamos a los más jóvenes que cesen en su lucha justa por hacerse un camino, unámonos a ellos para desalojar del poder a todos los sinvergüenzas que se benefician de nuestra inocencia en su indecencia y corrupción. No hay que abjurar del aire nuevo y revolucionario, pero sin modelos impuestos, ni bolivarianos, ni altermundistas, ni secesionistas, ni inventos de diseño. Como se decía en mis tiempos, no es bueno quitar un perro para poner un lobo a defender los rebaños.

A Sócrates le condenaron a muerte, a suicidarse, por hacer pensar a los jóvenes por si mismos, el crimen se conocía como asebeia (la profanación de los mitos) y junto con la hibris, que es la desmesura de los poderosos, eran dos de los delitos más importantes de la Grecia Antigua. "Critón, le debemos un gallo a Esculapio", fueron sus últimas y enigmáticas palabras, el último mensaje antes de expirar, tal vez para decir que había que seguir creyendo hasta la misma muerte en que había alguna solución a las cerrilidades del poder y luchar, desde el conocimiento, por la esperanza de cambiar las cosas.

El único camino que nos puede sacar de esta encrucijada histórica pasa inexcusablemente por la libertad y se aleja del papanatismo adanista, presentista y desmoralista de querer cambiar el mundo a la medida de sus intereses, aprovechando la ocasión del ocaso de los ídolos de ayer, para instalar los de mañana. Nos sobra esta casta parásita, al igual que todas las que aspiran a sustituirla; hay que civilizar a los políticos de una vez, no politizar a los ciudadanos, y hay que desalojar del poder a todos los que no deben estar en él de forma injusta e impuesta.

Enrique Suárez


4 comentarios:

fractalio dijo...

Todo irá a peor mientras siga promoviéndose la libertad para especular con las cosas de comer. Desde el momento en que se llama libertad a la obtención de beneficios en asuntos como educación, sanidad, justicia, energía, vivienda y alimentación, mal lo hemos llevado y peor lo llevaremos. Es ahí donde está la clave del colapso. Sacar tajada de cosas básicas e imprescindibles para la vida y buscar en ello la maximización de beneficios, además de parecerme ruin, cruel y pendenciero, es un crimen contra la humanidad, y un triunfo de las mafias que, desprovistas de escrúpulos, se han instalado hasta en los últimos resquicios del mundo a costa de los escrúpulos de los demás.

Anónimo dijo...

Si realmente estuviesen tan bien formadas esas hordas de licenciados españoles no serían manipulables, tendrían espíritu crítico y criterio propio. Digamos más bien que tenemos una marea, más bien un "raz de marée" de titulados medios y superiores con mucho título y poca "chicha" por no decir analfabetos funcionales. Generaciones que han sido estabuladas en una Universidad decadente que ha perdido o tirado por la borda su prestigio. Sin título no eres nada, pues títulos a gogó aunque no sepan escribir un párrafo correctamente por no hablar de la ortografía. Realmente lamentable lo que se ha perpetrado con los jóvenes en España desde la Logse y hasta la Universidad, politizada hasta la médula. Y muchas, muchas Universidades, en cada pueblo o concejo extendiendo títulos cascaporro. Así es que menos monos de generaciones mejor preparadas

Anónimo dijo...

VERSOS
> QUE
> TIENEN MAS DE 100 AÑOS DE ANTIGÜEDAD
> En 1906 ya se opinaba
> así:
>
> En la Escena primera del Cuadro segundo de “La casa de la
> juerga”, sainete de Muñoz Seca, publicado en 1906, el
> autor pone en boca de
> Antoñito:
>
> Tengo
>
> un borrico canelo
> más sabio que un profesó,
> con orejas de ministro y
> ojos de gobernaó
> Rebusna como si fuera diputao ministerial
> y se come
> hasta el pesebre
> como cualquier consejal.
> Yo quisiera que a mi
> burro
> lo sacaran diputao,
> porque otros siendo más burros
> a ese
> puesto ya han llegao.
> Pero temo que de serlo
> vaya a quedarme sin
> él,
> porque como allí habrá tantos
> no lo voy a
> conocer.
>
>
>
>
>

fractalio dijo...

Anónimo, no puedo estar más de acuerdo. Cada vez que tengo que oír eso de la generación mejor preparada de la historia, me vienen a la cabeza el sinfín de desastres profesionales que se nos ofrecen a diario desde el mundo de la chapuza que hemos alcanzado en unas décadas gracias a la evolución de los planes de estudios, diseñados sin duda ninguna para que las generaciones vayan molestando menos cada vez a sus señorías y a sus amos, y sea más barato y más rápido el aplanado del cerebro.

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