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Sorprende que esta organización tenga las cosas tan claras sobre la materia, cuando en realidad la criminalidad en España se ha incrementado considerablemente, debido precisamente a las acciones emprendidas por ciudadanos residentes que provienen de otros países, que se les olvide recordar que entre los crímenes relacionados con la violencia doméstica, por ejemplo, más del 40 % provengan de poblaciones no autóctonas, y que la población carcelaria se haya incrementado casi un 30 % en los últimos años, debido precisamente a gente que proviene de otros países.
Evidentemente, algunos tildarán estos datos que aporto como xenófobos, racistas, o segregacionistas, me importa exactamente un bledo, porque ni soy racista, ni voy a serlo nunca, pero tampoco quiero que me hagan idiota a la carta de los intereses de los que pretenden beneficiarse del asunto.
España es un país democrático, en el que existe libertad de expresión, en el que cualquier ciudadano, nacional o residente, recibe la misma cobertura en Derechos Humanos que en cualquier país democrático avanzado, y sí se producen segregaciones en nuestro país invisibles, son precisamente las que ocurren en las comunidades con gobiernos nacionalistas, en materia de lengua, derecho al trabajo, acceso a determinados servicios, para las personas que no son de la "élite dominante", me refiero a lo que ocurre en el País Vasco, Cataluña o Galicia exactamente.
Todavía estoy esperando a que Amnistía Internacional haga un informe sobre la situación de discriminación que los españoles sufren en comunidades donde gobiernos nacionalistas xenófobos están aplicando las técnicas más extravagantes y liberticidas de "genocidio cultural español".
El día que vea ecuanimidad en las acciones de Amnistía Internacional en relación a lo que está ocurriendo en España, comenzaré a creerme que realmente lo que dicen es lo que defienden, y que no defienden lo que dicen para obtener alguna prebenda de su "altruismo". Y al mismo tiempo, quiero expresar mi reconocimiento por la labor que desarrollan en países donder realmente no se respetan los Derechos Humanos, pero basta ya de hacer moral a la carta de los intereses correspondientes a las tesis del gobierno de turno, que es el que acaba proporcionando los recursos que necesitan para su supervivencia.
Creo que algunas ONG, de rimbombantes pretensiones, deberían analizarse a sí mismas, y ver si realmente están a la altura de defender los Derechos Humanos con las prácticas culposas que organizan, para crear la conciencia pública necesaria que les permita acceder a los fondos públicos de los que se mantienen.
Biante de Priena
2 comentarios:
El mercado de las conciencias
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