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domingo, 28 de diciembre de 2008

Catalunya se declara independiente

Como lo oyen, será mañana, o pasado mañana, que más da. Lo tienen preparado, lo harán sin estridencia, al disimulo y descuido, pero lo harán. Dicen los demócratas de salón, que hay que esperar a la decisión última del Tribunal Constitucional, para ir preparando la segregación.

Los planes están hechos, permítanme que les anticipe acontecimientos: el Tribunal Constitucional dirá que hay “algunas cuestiones” del Estatut que resultan incompatibles con la Constitución Española de 1978, los representantes de los catalanes lo recibirán como una ofensa, pero en un primer momento, dirán que van a reflexionar, se tomarán un par de años para hacerlo, y mientras tanto, seguirán imponiendo el Estatut contra la Constitución Española.

De hecho, el Estatut se viene aplicando en Catalunya desde su aprobación en referéndum, sea o no sea compatible con la CE 1978. La ley suprema que rige hoy en Cataluña es el Estatut, no la Constitución Española. Eso es exactamente la mejor demostración de su independencia. Desde su aprobación por el Congreso Español, por 189 votos a favor y 154 en contra.

Tras un par de años, hacia el 2011, la Generalitat emitirá un comunicado diciendo que Catalunya se rige por el Estatut, por lo tanto es una nación, y no tiene porque cumplir con lo estipulado en un documento ajeno a lo que el pueblo catalán ha decidido.

De hecho, el referéndum del Estatut, al ser posterior al celebrado en 1978, y ser la última vez que el pueblo catalán se ha expresado sobre su situación política, debe cobrar vigencia sobre consultas anteriores, que además eran inespecíficas a la cuestión principal para Catalunya: su derecho a ser una nación autodeterminada.

Otros tres años de intenso debate, y para el 2014, Catalunya será una nación dispuesta para someter su propia Constitución a referéndum, que ya se está desarrollando en fase de debate en estos momentos.

El Tribunal Constitucional, recomendará que se aplique el artículo 155 en último extremo, cuando ya no sirva absolutamente para nada. Los políticos comenzarán una nueva negociación, y el PSOE propondrá su modelo federal como única alternativa posible y viable, para evitar los conflictos.

Nos habrán chuleado a los españoles la soberanía que nos concedimos en la Constitución Española de 1978, y aquí no habrá pasado nada, porque todo habrá sido muy democrático, y legal.

1.881.765 catalanes, el 73,9 % de los votantes, frente a 528.472 que se opusieron en urnas, el 20,76 %, y 135.998 que votaron en blanco, el 5,34 %, habrán impuesto su voluntad a todos los demás.

El dato sobre los que se abstuvieron 2.630.162 (50,59 %), que fueron más que los que votaron 2.569.268 (49,41 %), tendrá el mismo valor que los votos nulos que fueron 23.033 (0,9 %), es decir, ninguno y además pasarán al olvido de forma inmediata.

Catalunya se habrá declarado nación independiente con el apoyo de 1.881,765 catalanes, un 36,03 %, que suponen un 4,22 % de los españoles habrán determinado “democráticamente” que Catalunya es una nación independiente de España y nos quedaremos tan contentos, y nadie será responsable, por supuesto.


Biante de Priena

sábado, 27 de diciembre de 2008

El Estado y la Sociedad contra Zapatero

No, todavía no es un juicio, es la definición de una coyuntura. Las instituciones, y los funcionarios que en ellas trabajan, están hartos de los engaños políticos del Presidente de Gobierno, no solo porque trabajar par el Estado está penado económicamente en relación a la mayoría de las autonomías y algunos municipios, sino porque por su formación y proximidad a las decisiones políticas, los funcionarios son unos observadores privilegiados de los desmanes de este gobierno.

Algo que los funcionarios en su conjunto no soportan son los privilegios, les resulta estridente aceptar, que por su cara bonita, sus jefes cobren más que ellos o lo mismo, por pertenecer a un partido político que se ha afincado en el poder, cuando a ellos les ha costado sangre, sudor y lágrimas su plaza laboral. Tampoco están por la labor, porque en el fondo son un gremio que conserva raíces jerárquicas, de que dependan más sus carreras profesionales de sus afinidades políticas que de sus conocimientos y experiencias.

El Estado contra Zapatero

La rebelión del Estado, de las instituciones, de los funcionarios, se ha venido tejiendo durante el pasado año, y ahora ya está madura para su manifestación.

Las últimas declaraciones del ministro de justicia, Bermejo, diciendo que el gobierno iba a intervenir en el corporativismo de la justicia, han sido la gota que ha colmado el vaso. El Consejo General del Poder Judicial ha hecho unas contundentes declaraciones por medio de su portavoz, en las que se concluye que el PSOE está actuando desde el populismo, cosa que sabíamos desde hace tiempo, pero que no se había dicho jamás en la historia de la democracia de este país desde el tercer pilar del poder del Estado.

En el PSOE, a fuerza de reiterarse en la intrusión, están convencidos de que la democracia se convierte en dictadura cuando se obtienen votos suficientes para gobernar. No acaban de comprender que las elecciones, por muy democráticas que sean, por muchos votos que procuren, no son la conclusión de la democracia, sino su comienzo.

La democracia, no concede a los políticos la posibilidad de extralimitarse en sus funciones, de sobrepasar el ámbito constitucional, de ejercer el poder de forma autoritaria, de excluir a los contrarios de las decisiones últimas sobre cuestiones que afectan a todos los ciudadanos (ETA, economía, servicios, relaciones internacionales, política de defensa), de negar la existencia de un común, o de privilegiar lo particular frente a los intereses generales.

En Periodista Digital, lo expresan con contundencia, cuando el redactor se hace un par de preguntas sobre el tema:

¿Por qué ha de valer el criterio jurídico de Zapatero, que no pasó de penene en Derecho, o de Blanco, que ni siquiera terminó la carrera, más que el del reputado jurista Carlos Dívar y otros profesionales de la magistratura teóricamente elegidos por sus méritos? ¿Sería acaso mejor dejar esta clase de expedientes en manos de tribunales populares que aplicasen la visceral justicia de la plebe?

Era de prever que ocurriría. Ante el silencio parlamentario del legislativo, por ominosa ausencia del PP, a la espera de contemplar como pasa el cadáver del PSOE ante su puerta, tras su derrota por la crisis económica; la pelota está condenada a pasar al tercer pilar del poder del Estado, siguiente línea de resistencia ante la vorágine vesánica de una colección de impresentables confabulados en la destrucción de los soportes estructurales del Estado; un gobierno salvaje, que ni respeta principios, ni normas, ni reglas, ni leyes, en su voraz nihilismo.

La sociedad contra Zapatero

Otro frente abierto es el revisionismo, al que se somete a los españoles desde las decisiones políticas del Gobierno, tanto en cuestiones históricas –concediendo beneficios a determinadas autonomías a costa de los intereses comunes, generales, auténticos-, religiosas –mañana se congregarán en Madrid los cristianos para defender la familia-, culturales –negación de todo lo relacionado con lo español para favorecer posiciones de sus aliados políticos nacionalistas-, o modernizadoras intempestivas –establecer nuevos criterios de creencia por decreto (pacifismo, generismo, climatismo, privilegio de las posiciones dependientes frente a las autosuficientes, aliancismo, condescendencia con los enemigos de la nación española y de los españoles-, contra las tradiciones habituales en nuestro país, sólo para dar apoyo a sus clientelas políticas.

El Gobierno entrará en el año 2009 en política de resistencia, de negación de la realidad –aún más que lo que ha hecho hasta ahora, ejemplo: la crisis-, de acoso a los discrepantes, de persecución de los opositores, de proselitismo cada día más zafio y vulgar, en la búsqueda de eliminación de todo lo que no concuerda con su interpretación de la realidad.

España no puede soportar a Zapatero, ni las política del PSOE de privilegio de los intereses particulares de los nacionalistas y los socialistas, frente a los intereses generales y comunes; el Estado, no puede permitir ni unos meses más los desmanes políticos de Zapatero que atentan contra la continuidad estructural de las instituciones, y el Estado de Derecho, no puede soportar el autoritarismo de un Presidente, que al igual que Chavez en Venezuela, utiliza la democracia para asfixiar la libertad, la igualdad y la justicia. En el caso de las coyuntura económica, creo que es innecesario ofrecer un argumento, porque todas las propuestas del gobierno son pura demagogia, estéril en resultados, que vamos a terminar pagando todos.

El progresimo del PSOE nos ha conducido al borde del abismo económico, antes del regreso al malestar social, y también, al borde del abismo político, en la demolición de las instituciones del Estado. Con deudas y sin recursos lo vamos a pasar muy mal españoles durante los próximos años.

Este gobierno, ha cruzado el limite de la razón para, en una huída hacia delante sin precedentes, salvarse y salvar a los suyos del naufragio, mientras el resto de los españoles nos hundimos definitivamente en la miseria. No nos queda mucho tiempo para rectificar, no es hora de discutir sobre si lo que hace el Gobierno está bien o mal, es hora de echarlos a la calle para siempre.

Todo aque que comparta que sin ellos estaremos mejor, es necesario, imprescindible; la pluralidad transversal en la reacción es la respuesta lógica ante la dictadura de modelo unitario del progresismo. A pesar de todo, Zapatero, en su torpeza, ha logrado lo contrario de lo que pretendía: unirnos a todos los españoles que no esperamos concesiones de su política, contra él, su gobierno, y su partido.

Se está configurando un amplio frente social, transversal, en estos momentos que derribará las estupideces de un gobierno que nos ha arrojado, literalmente, fuera de la democracia. Bienvenidos sean paganos, cristianos o ateos; trabajadores, autónomos o parados; mileuristas o millonarios; empresarios o asalariados; conservadores o cambiadores; inmigrantes o autóctonos, jóvenes, viejos, mujeres, hombres, al fin ciudadanos, en una palabra, que pretenden un común mejor, no pueden estar a favor de las políticas de Zapatero que buscan la confrontación de los ciudadanos y el privilegio, exclusivamente para los que aplauden sus políticas desde el sectarismo y el beneficio esperado, y la consecuente humillación permanente de los que se oponen a sus injustas imposiciones, y todo ello, utilizando el erario público, los medios de comunicación, el dinero de todos, para implantar sus delirios de grandeza, su ambición desmesurada y su paso a la posteridad como un mesías del progresismo.

Ha sido demasiado, es necesario pasar página definitivamente. España no puede soportar a Zapatero como Presidente de Gobierno, al igual que Zapatero no puede soportar a España como Presidente de Gobierno. Y lo que no puede ser, no es, no puede ser y además, es imposible.


Biante de Priena

viernes, 26 de diciembre de 2008

La doctrina soviética de la SGAE llega a los niños



Gracias C"SI (extraído del blog "Contra los gigantes")

¡Abajo el franquismo!

¿Arde Barcelona?

Cuando el General Von Choltitz, gobernador alemán de la capital francesa en las postrimerías de la II Guerra Mundial, se negó a cumplir la orden de Hitler de destruir París antes de abandonarla a la invasión de los alíados, demostró todo el poder de un solo hombre ante la persuasión-coacción de la locura de un dictador.

Hoy, los turistas que visitan París, escuchan por los altavoces de los autobuses panorámicos que gracias a un señor, de nombre Von Choltitz, todo aquello sigue allí para ser contemplado por autóctonos y foráneos.

La decisión del general alemán no era baladí, la política de tierra quemada de Hitler le hubiera dado tiempo para organizar sus tropas y preparar nuevas estrategias, desde el punto de vista militar, fue un acto de traición, pero desde una perspectiva humana, fua una victoria de la civilización contra la barbarie. La rendición del alto mando alemán ante el general Leclerc, salvó muchas vidas y la imagen que hoy disfrutamos de París.

Von Choltitz, estuvo un año en la cárcel y posteriormente fue liberado falleciendo en 1966 tras una larga enfermedad, a su funeral asistieron numerosos altos cargos de la República Francesa.

Entra en contraste con otra versión opuesta de la interpretación de la realidad, cuando el protagonista del relato “Deutches Réquiem” de Jorge Luis Borges, Otto Dietrich Zun Linde, un nazi a punto de ser ajusticiado por sus crímenes, concluye su alocución de la siguiente forma – dicen que éste fue uno de los párrafos que le impidió al escritor argentino alcanzar la gloria del Premio Nóbel- que hiela la sangre al más flemático, por su crudeza, pero también por su certeza:

“Hitler creyó luchar por un país, pero luchó por todos, aun por aquellos que agredió y detestó. No importa que su yo lo ignorara; lo sabían su sangre, su voluntad. El mundo se moría de judaísmo y de esa enfermedad del judaísmo, que es la fe de Jesús; nosotros le enseñamos la violencia y la fe de la espada. Esa espada nos mata y somos comparables al hechicero que teje un laberinto y que se ve forzado a errar en él hasta el fin de sus días o a David que juzga a un desconocido y lo condena a muerte y oye después la revelación: Tú eres aquel hombre. Muchas cosas hay que destruir para edificar el nuevo orden; ahora sabemos que Alemania era una de esas cosas. Hemos dado algo más que nuestra vida, hemos dado la suerte de nuestro querido país. Que otros maldigan y otros lloren; a mí me regocija que nuestro don sea orbicular y perfecto.

Se cierne ahora sobre el mundo una época implacable. Nosotros la forjamos, nosotros que ya somos su víctima. ¿Qué importa que Inglaterra sea el martillo y nosotros el yunque? Lo importante es que rija la violencia, no las serviles timideces cristianas. Si la victoria y la injusticia y la felicidad no son para Alemania, que sean para otras naciones. Que el cielo exista, aunque nuestro lugar sea el infierno.
Miro mi cara en el espejo para saber quién soy, para saber cómo me portaré dentro de unas horas, cuando me enfrente con el fin. Mi carne puede tener miedo; yo, no.”
.

El mito del eterno retorno

Cuando el folklorista rumano, Mircea Eliade, se ocupó de investigar una historia trágica y sentimental ocurrida en Maramuresh, comprobó que los hechos reales poco tenían que ver con la tragedia y el drama que corría de boca en boca. La gente tenía la necesidad de colorear con sus creencias y aportaciones la historia que se relata, dándole un acabado literario.

Cuando se estudia la psicología del rumor, se descubre como unos frailes belgas pueden acabar colgados de los badajos de las campanas de su abadía, si la historia resulta más congruente y propicia a la versión políticamente correcta de los hechos, que en realidad es la que favorece una determinada interpretación que suele favorecer los intereses de los administradores del poder.

Los profesionales de los medios de comunicación no desconocen este aforismo informativo: “que la noticia adopte la forma que permita mayor consumo por la gente”. Trasladando las enseñanzas del capitalismo a la producción y consumo de la información, pero no sabiendo nunca, si es la gente la que demanda anormalidad, o es el interés de las fuentes de noticias en ofrecerla, lo que mantiene la reiteración del modelo.

Aunque sea una perversión para atraer la atención de los ciudadanos, las noticias hoy, siguen el catecismo de destacar la información negativa sobre la positiva, de darnos malas noticias, porque las buenas “no venden”.

Pero de este modo, con la profusión de informaciones y la competición por destacar lo negativo, nos hemos condenado a vivir en un clima intoxicado, en el que es noticia el accidente de tráfico y no los millones de kilómetros recorridos normalmente por los conductores.

La semiótica del poder aprovecha esta coyuntura del doble filo de la noticia, y aunque la realidad en su inmensa mayoría es absolutamente prosaica y normal, es necesario destacar la épica de la información para captar la atención de los consumidores de información.

¿Arde Barcelona?

En lugares como Cataluña, el País Vasco, o Galicia, a pesar de que los ciudadanos hacen la misma vida que en cualquier lugar del conjunto de España, hace tiempo que los partidos nacionalistas utilizan la intoxicación informativa, como arma para hacer patria.

El negocio de hacer nación, ha permitido que muchos nacionalistas se dediquen a lo que les gusta, que es a comer el coco a sus conciudadanos desde cualquier manifestación cultural, cualquier gesto social, y por supuesto, cualquier intervención política.

La necesidad de explicar todos los conflictos que el ciudadano sufre desde la opresión de la metrópolis sobre la “colonia”, es un mecanismo de incrustación cultural que se promueve desde determinados gobiernos autonómicos.

De esta forma, hay lugares de España, donde lo español es más perseguido que el cristianismo en un país musulmán o en la comunista China, hay lugares, como Barcelona, donde el conflicto se lleva siempre a la lucha identitaria sin precedentes. Exterminando por decreto, la enseñanza académica del español en Cataluña, incluso contra las recomendaciones de la Unión Europea.

Si mañana nos dijeran que las turbas en Barcelona se han echado a la calle, nadie pensaría que el motivo había sido el paro, sino el paso previo a la última batalla por la identidad nacional.

Pero la realidad, lamentablemente no es así, esa es la realidad que nos transmiten –y transmitimos- los que estamos en pleno fragor de la batalla por la identificación, una minoría ellos y una minoría, nosotros. La mayoría de la gente vive ajena a estas cosas y se ocupa más de saber si baja el petróleo, que si la selección catalana de fútbol va a jugar un partido.

Todos somos responsables

Los medios de comunicación subvencionados, los profesionales sin ética alguna más que la de pillar lo que se pueda, las barbaridades que se han hecho en los últimos años –que han de rectificarse sin lugar a dudas-, han llevado al estado de crispación permanente, las “hazañas” de ETA y adlateres, las “boutades” de ERC, o las melodramáticas pretensiones del BNG. Entre todos, no llegan al millón y medio de españoles que no quieren serlo, sobrerepresentados en un Parlamento que les favorece por que los partidos nacionales les necesitan para formar mayorías.

Pero los principales responsables de lo ocurrido son el Partido Popular y el PSOE, ambos representan más del 90 % de españoles, y son incapaces de ponerse de acuerdo ni siquiera para defender unos valores comunes. El PSOE, porque sabe que si se aparta de los nacionalismos, tendrá muchas dificultades para gobernar de nuevo y el PP, porque sabe que si se acerca a los nacionalismos, tendrá unos resultados insuficientes, y así, los españoles seguiremos secuestrados por unos movimientos nacionalistas minoritarios que se han fortalecido en el Estado, gracias a la estupidez de los representantes del común, que son incapaces de acordar lo más mínimo, porque todavía están resolviendo la guerra civil ocurrida hace 60 años.

Si queremos librarnos del yugo nacionalista, parece que sólo tenemos una opción: darle todos los votos a uno u a otro, y es trágico que nuestro país sólo se pueda gobernar desde mayorías absolutas, que son la mejor representación de una dictadura, pero son los políticos españoles , herederos del franquismo, que sólo saben utilizar el poder de forma absoluta los únicos responsables, y nosotros que se lo permitimos. La mezquindad de los políticos españoles alcanza cotas épicas en la historia mundial, y ningún pueblo lo ha soportado como el nuestro.

Hay otra forma, desenmascarar este régimen de opresión y buena vida, que consiste en despertar a la gente de la hipnosis y conseguir que abandone el calor de sus hogares en este frío invierno permanente, para echarse a la calle y romper la inercia. Eso sería una revolución incruenta, como la que se hizo en Rusia o Ucrania, pero no se dan las condiciones de opresión suficientes, ni de mala vida de los ciudadanos.

Mientras tanto seguiremos viviendo amenazados ante la posibilidad de que Barcelona entre en llamas, como si los apoltronados representantes públicos fueran a dejar sus posiciones inherentes exclusivamente a la política. Cuanta miseria hay en la política en España, nunca hubo tanta.

Quien vería buscar trabajo a esas eminencias que se han apalancado en el poder, como el President Montilla, que se levanta directamente con su señora 300.000 euros al año, más dietas, viajes y alegrías. Ese es el mundo real, los demás estamos en el mundo virtual del videojuego del poder y hacen lo que les da la gana con nosotros.

Como si al President Montilla le importase algo que ardiera Barcelona, estoy seguro de que emularía a Nerón, si viera por un momento sus privilegios amenazados, nada que ver con Von Choltitz. Qué razón tenía Borges.


Biante de Priena

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