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miércoles, 30 de enero de 2013

Democracia contra la corrupción política en España



Tal vez no sea tan complicado eliminar la corrupción política en España, más bien pienso que los que viven de ella han comenzado una campaña de intoxicación pública, para evitar cualquier posibilidad  de cambio que pueda concluir en su cautiverio por la justicia.

Si nos han embaucado desde hace décadas con las ideas más peregrinas y las promesas más incumplidas, cabe preguntarse ¿por qué no iban a seguir haciéndolo ahora largando la especie de que la corrupción es inherente a la democracia?

Decía Lord Acton que los problemas de la democracia se resuelven con más democracia. Es hora de pensar en alternativas a lo que existe, y Madison añadía que la única forma de evitar la putrefacción en política era presentar alternativas nuevas que se enfrentaran a las existentes. Les propongo un plan incompleto que puede mejorarse con la colaboración de todos aquellos que tengan alguna idea para salir del marasmo en que nos encontramos en España. Lo resumiré de forma breve

1)  Convocatoria de elecciones, es imprescindible exigirlo ante el estado de depravación política al que estamos asistiendo por parte de los principales partidos

2) Eliminación de todos los partidos, representados actualmente en los parlamentos, del escenario público, sencillamente si la peste proviene del PSOE y el PP fundamentalmente, y también de los demás y los ayudantes como los sindicatos, la primera opción es eliminar la fuente de infección. Hay que erradicar de la escena política a todos las formaciones que forman la casta. Su máquina de corrupción se detendrá más rápido cuantos menos votos reciba

3)    Votar opciones alternativas, que se comprometan de antemano a respetar un código cívico y ético, públicamente ante notario, que consistirá en lo siguiente:

·     Todos los candidatos condicionarán previamente a su elección su permanencia en la política siempre que no estén encausados en un caso de corrupción, de ser así, estarán obligados a presentar su dimisión de inmediato.
·        Aquella formación política que alcance más de cinco casos de corrupción en una legislatura, se compromete públicamente a disolverse por haberse mostrado incapaz de representar a los demás dignamente.

4)  Al incorporarse nuevas formaciones políticas en la representación en los parlamentos, no tendrán ningún inconveniente en investigar lo acontecido con las que les precedieron, fundamentalmente la corrupción, haciéndolo desde una justicia independiente de la política
5)    En el programa de todas las opciones que se propongan respetar el código ético y cívico, estarán incorporadas de forma prioritaria todas las medidas para eliminar las barreras que impiden tratar la corrupción de los partidos políticos como delitos comunes. Se acabará la inmunidad parlamentaria para delitos de corrupción, prevaricación y otras transgresiones de la ley, pudiendo mantenerse para la libertad de expresión y acción política.

Estas son mis propuestas, que pueden mejorarse y complementarse con otras, pero que se vayan olvidando los de la casta política española de que no hay solución para el problema, evidentemente, ellos que están de mierda hasta el cuello jamás van a encontrar ninguna solución, y tan sólo aspiran a un maquillaje de la putrefacción,  pero los de la casta no son los únicos que piensan en este país, afortunadamente.

Enrique Suárez

4 comentarios:

Manuman dijo...

Amigo, veo ganas de acabar con la corrupción, pero también veo errores teóricos serios.

Lord Acton se equivocó en muchas cosas y una de sus frases que citas fue uno de esos errores. No hay ni más democracia ni menos. O la hay o no la hay. La democracia son reglas de juego. O jugamos al ajedrez o no jugamos. Esas reglas son la separación de poderes en origen y las elecciones representativas. Nada de eso se da en España, luego no hay democracia.

Votar hoy día a partidos grandes o a partidos pequeños no sirve nada más que para prolongar la vida de este régimen partidocrático. La solución no está en los partidos estatales aunque sí pasa por ellos. Los que no son estatales sobre todo, porque no están financiados por el estado. Hay algunos que intuyen algo, pero al estar imbricados en el régimen y beneficiarse de sus prebendas (como el reciente UPyD) acaban doblegándose a sus reglas: ahora piden más proporcionalidad en las elecciones, lo de las listas abiertas y demás patochadas antidemocráticas.

Las elecciones democráticas son uninominales, mayoritarias a doble vuelta en cada distrito y con mandato imperativo de los electores hacia el diputado de distrito. Si no es así, ¿para qué votar? ¿cuál es el propósito de seguir alimentando a unos políticos que no dependen de nosotros? Sólo de que metamos con la mano, con el pie o con cualquier miembro un papelito en la urna?

No nos engañemos. No pidamos buen comportamiento y ética a nuestros políticos porque pensemos que serán buenos, sino porque tenemos apuntando a su sien el arma del voto electivo. No este voto que sólo vota a partidos y refrenda un sistema alejado de los ciudadanos.

¡Por una nueva ley electoral!
¡Por una nueva constitución! (nada de reformismos)

Enrique Suárez dijo...

No me veo yo en condiciones de corregir a Lord Acton, las frases amigo Manuel siempre deberían ser comentadas en su contexto, sin embargo si estoy de acuerdo contigo en la condición cualitativa y normativa de una democracia: isonomia, isegoría, y tal vez, sólo tal vez, isomoiría... nos conducen a una isocracia.

Lord Acton también dijo que el poder corrompe, pero el poder absoluto corrompe absoultamente. Es en el contexto de corrupción en el que cobra vigencia la primera frase, porque sólo habiendo más DEMOCRACIA, es decir, más demócratas, porque la democracia se cuenta por el número de demócratas existentes en un país por contraposición a los no demócratas de la casta, creo que tiene sentido lo dicho.

En lo demás, con matices, estoy de acuerdo contigo.

Un saludo.

Manuman dijo...

Hombre, no es por corregir a las personas sino a las ideas. Una idea no tiene valor por quién la dice sólo. Tendrá que sostenerse por sí sola.

La democracia no depende en un país de que haya más o menos demócratas. Evidentemente sería bastante incongruente un estado democrático con una inmensa mayoría de convencidos fascistas. Es cierto que las mayorías se crean, se alimentan, para tener fuerza política.

Pero eso no quita para tener claro el concepto de democracia. Teniendo en cuenta su carácter formal, de reglas de juego, es ilógico pensar en más o menos democracia. ¿Hay más ajedrez en una partida que en otra? O juegas al ajedrez o juegas al parchís o haces trampa.

Sobre Lord Acton, también estoy dispuesto a rebatir su conocida frase sobre el poder absoluto. El poder de por sí no es malo, como no es mala la electricidad o la capacidad de andar o de cantar. Lo importante es cómo está controlado. El poder absoluto, que lo dan las mayorías absolutas, no implica sin control. En una democracia con los poderes separados en origen y enfrentados, el ejecutivo -por ejemplo- puede -y debe- tener el poder absoluto sobre la representación internacional del país. Eso sí, si el legislativo lo controla ya se cuidará el ejecutivo de no hacer nada descabellado.

El poder absoluto no debe confundirse con el absolutismo o el totalitarismo. En las elecciones mayoritarias (las que son a doble vuelta de forma perfecta) recogen siempre la mayoría absoluta para el elegido. En Francia o EEUU siempre se gobierna por mayoría absoluta. Siempre tienen el poder absoluto y no hay peligro alguno. Esa frase de Lord Acton ha conducido a los temerosos pueblos europeos a la opción de los sistemas proporcionales que niegan la libertad de elección del votante confinando a pactos y -horror- consenso lo que debería ser defendido en las urnas de forma limpia y representativa.

Como ves, soy bastante polemista, pero es que tanto la idea de "más democracia" como la de "el poder absoluto corrompe absolutamente" son conceptos que veo errados y errantes.

:)

Un saludo afectuoso.

Enrique Suárez dijo...

Pues no discreparé contigo en lo semántico, pero sí en lo político, amigo Manuel. Creo que ambas frases cobran sentido en su contexto, y lo pierden fuera de él. De acuerdo en que la democracracia contiene una condición cualitativa sine qua non, pero alcanzada su posibilidada, es decir, el cumplimiento básico de la isonomia, isegoría y tal vez, sólo tal vez, isomoiria, se alcanza la isocracia, que es el gobierno equitativo.

En España, no hay democracia, ni formal, ni real desde hace 35 años, porque es una demagogia concedida por el poder y aceptada en las urnas por el pueblo, de ahí todas las derivas extravagantes.

Los representantes políticos en España son impostores, y habitualmente usurpadores, de los derechos y libertades que corresponden a un pueblo soberano.

En el contexto que he utilizado la frase, seguido por la diversidad emergente y no coartada expuesta por Madison, la frase de Lord Acton tiene sentido, puede exponerse así.

Dada una democracia establecida, los problemas de la democracia se resuelven con más democracia (Lord Acton), y los problemas de la discrepancia de ideas, con la presencia de más ideas (Madison).

Evidentemente, por más democracia que se insufle, si previamente NO HAY DEMOCRACIA, de poco servirá, porque sería como el viento queriendo impulsar un bergantín que se ha quedado sin velas, si me permites la metáfora.

Saludos desde la cordialidad, me agrada poder debatir con alguien que no me dice que no comprendo los hechos diferenciales, jajajajaja.

Saludos de un amigo liberal, a pesar de todo ;)

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