"El nacionalista cree que el lugar donde nació es el mejor lugar del mundo; y eso no es cierto. El patriota cree que el lugar donde nació se merece todo el amor del mundo; y eso sí es cierto" Camilo José Cela
Nuevamente convocados a las urnas, los asturianos y los andaluces vamos a votar durante el último año una vez más que los demás españoles. Creo que ambas comunidades autónomas, a pesar de sus extraordinarias diferencias, comparten un elemento fundamental: han estado gobernadas por el PSOE durante décadas.
En ambas hay extravagantes episodios de corrupción gubernamental en marcha, en Andalucía el caso de los EREs y en Asturias el caso Riopedre. También en ambas hay un entramado estructural creado durante muchos años por el PSOE en las instituciones, en los medios de comunicación, en los pesebres empresariales y en la colección de miles de enchufados que se han reunido al calor del puño y la rosa.
Junto con Castilla-La Mancha y Extremadura, Asturias y Andalucía han sido las comunidades donde ha gobernado el socialismo en más ocasiones desde que vivimos en democracia en España. La diferencia entre la comunidad del norte y la del sur, no es por tanto de la situación política en la que se encuentran, sino de las soluciones que se procuran.
En Andalucía, el PP parece que por primera vez podrá gobernar si alcanza la mayoría absoluta, pero en Asturias se ha producido una diferencia protagonizada por la presencia de Alvarez Cascos y Foro, su partido, que si bien triunfaron en las elecciones del pasado mayo, no ha podido gobernar durante los últimos meses gracias al empecinamiento inmaduro de un PP que resultó derrotado en las pasadas elecciones y prefirió pactar con el PSOE que contribuir con Foro a la gobernabilidad del Principado.
Superar el binomio maniqueo-nacionalista
De esta forma, en Asturias se juega algo más que la alternancia PSOE-PP a la que nos tiene acostumbrados el tradicional maniqueismo español. Se juega ser la primera comunidad española que rompe con el binomio maniqueo-nacionalista que ha imperado en España durante las últimas décadas. Foro no es un partido nacionalista, sino un partido unionista, que considera que más Asturias significa mejor España. De esta forma estamos ante un acontecimiento singular en la política española, un partido que defiende su comunidad al igual que su pertenencia a la nación española en igualdad de condiciones “ex aequo”, algo que desde luego no le interesa para nada al establishment maniqueo-nacionalista que ha dirigido los destinos de este país hacia la catástrofe en la que nos encontramos, por sus excesos o por sus defectos.
Desde esta perspectiva FORO es algo más que un partido político convencional, porque su significado intrínseco conduce a una reflexión sobre la situación política española, en la que casos de corrupción por todas partes, desmadres identitarios, pérdida de valores comunes y compartidos, desigualdades insoportables, censuras y manipulaciones de la opinión pública, nos ofrecen el peor de los escenarios para integrarnos en una Europa civilizada, pareciendo que hay políticos en nuestro país empeñados en devolvernos al tercer mundo. Posiblemente, los que han vivido tantos años a costa del erario público sin dar explicaciones a nadie: partidos políticos, sindicatos, asociaciones.
Personalmente, lo que más me interesa del fenómeno Foro Asturias, el partido de Francisco Álvarez Cascos, tras muchos años estudiando la deriva de la política española, es esa ruptura con el modelo tradicional de complacencia opositora que se han brindado entre el PSOE y el PP, para perpetuar el más de lo mismo, y entre éstos y los nacionalismos. Hay otra opción emergente que parece orientada al mismo objetivo, la UPyD de Rosa Díez, que sin embargo, tras su primer y único Congreso demostró que sencillamente era una marca blanca del PSOE, algo que no ocurre con Foro, que no es una marca blanca del PP, sino una opción diferenciada y abierta, en la que se han reunido políticos que provienen del PP, tras la deriva colectivista del partido de Mariano Rajoy, asturianos hartos de que Asturias sea postergada, liberales hastiados de la deriva infame de la política y ciudadanos que provienen de la indignación cívica ante los desmadres de los políticos de todos los partidos. Todos reunidos tras la espalda de Francisco Álvarez Cascos.
Por lo pronto, Foro está obligando tanto al PP como al PSOE a mostrar que han perdido cualquier sentido de autocrítica, y que están, cada día, más alejados de los intereses de los ciudadanos en la defensa a ultranza de los intereses de sus siglas. Todavía esperan los asturianos una explicación del PSOE en relación a la corrupción que se produjo en su partido durante los últimos años y de la que todavía no se ha concluido el sumario, pasado más de un año desde el encarcelamiento de altos cargos de este partido, y por parte del PP, una explicación de por que han decidido coaligarse con el PSOE en vez de apoyar a Foro, o por que impidieron en su día la presencia de Francisco Álvarez Cascos en su candidatura. No obstante, ambas formaciones, han jugado a Procusto, impidiendo la gobernabilidad de Asturias haciendo imposible cualquier acuerdo con Foro.
La primavera política asturiana
En Asturias, se está viviendo una primavera singular en estos momentos, aunque los medios de comunicación traten de ocultarlo, cada día se celebran cuatro o cinco actos de Foro, la calle está llena de hormigas repartiendo información tras la intoxicación a que ha sido sometida la opinión pública asturiana por La Nueva España y La Voz de Asturias, vinculadas por negocios millonarios con la RTPA. Con las encuestas manipuladas en contra, con una campaña personal contra Álvarez Cascos que sería de denuncia hasta en Rusia, con una manipulación de la opinión pública por los medios adversos y los partidos rivales de Foro, los asturianos han decidido ponerse en pie y no rendirse ante las fuerzas reaccionarias que tratan de imponer la moviola a cualquier precio, en una invitación a la anestesia y la amnesia, como acertadamente ha denunciado Alvarez Cascos.
Los asturianos saben que esta oportunidad de alcanzar la diferencia que apoyaron mayoritariamente en mayo del año pasado, no volverá a repetirse en caso de que Foro no triunfe en las elecciones, por eso no dejan de venir líderes nacionales de todos los partidos a Asturias para mostrar “su apoyo” a sus candidatos, cuando en realidad, lo que necesitan esos candidatos, es el apoyo de los asturianos, que saben que no van a recibir según las encuestas reales que manejan el PSOE y el PP, no las que ofrecen, maquilladas, a la opinión pública.
Asturias se juega en estas elecciones algo más que su gobernabilidad, precisamente es la única comunidad que tiene la ocasión de mostrar que no se deja engañar por los políticos que la han defraudado a lo largo de décadas. Foro no es solo un partido político, es la decisión de los asturianos de segregarse de la estupidez política que todavía invade la nación española en todos los lugares.
Desde esta perspectiva, Foro representa la liberación que los españoles acometieron hace doscientos años de aquellos que trataban de imponerles las ideas nuevas (¿imposiciones?) venidas de una Europa dominada por Napoleón y la infamia a que unos advenedizos trataban de condenarlos, en un un vasallaje súbdito, en nombre del poder absoluto de la corona española. La respuesta de los españoles a ambos fue la declaración de su soberanía como pueblo y la creación política de la nación española moderna, con su primera Constitución.
En aquella ocasión, Cádiz fue el origen de la revolución española que nos convirtió en nación, en esta ocasión será Gijón, un 16 de marzo, el lugar donde las cosas comenzarán a cambiar en España para siempre. Ayer, los asturianos estaban en Cádiz haciendo una Constitución, aquel Argüelles que salió del oratorio de San Felipe diciendo: “españoles ya tenéis una nación”, hoy se rememora en este Francisco Álvarez Cascos que saldrá del Pabellón de Deportes gijonés diciendo: “Asturias es España y lo demás tierra conquistada por los políticos incívicos y corruptos”.
Eso es lo que nos jugamos los asturianos y todos los españoles en las elecciones del 25-M en Asturias, ni más, ni menos.
Enrique Suárez
En ambas hay extravagantes episodios de corrupción gubernamental en marcha, en Andalucía el caso de los EREs y en Asturias el caso Riopedre. También en ambas hay un entramado estructural creado durante muchos años por el PSOE en las instituciones, en los medios de comunicación, en los pesebres empresariales y en la colección de miles de enchufados que se han reunido al calor del puño y la rosa.
Junto con Castilla-La Mancha y Extremadura, Asturias y Andalucía han sido las comunidades donde ha gobernado el socialismo en más ocasiones desde que vivimos en democracia en España. La diferencia entre la comunidad del norte y la del sur, no es por tanto de la situación política en la que se encuentran, sino de las soluciones que se procuran.
En Andalucía, el PP parece que por primera vez podrá gobernar si alcanza la mayoría absoluta, pero en Asturias se ha producido una diferencia protagonizada por la presencia de Alvarez Cascos y Foro, su partido, que si bien triunfaron en las elecciones del pasado mayo, no ha podido gobernar durante los últimos meses gracias al empecinamiento inmaduro de un PP que resultó derrotado en las pasadas elecciones y prefirió pactar con el PSOE que contribuir con Foro a la gobernabilidad del Principado.
Superar el binomio maniqueo-nacionalista
De esta forma, en Asturias se juega algo más que la alternancia PSOE-PP a la que nos tiene acostumbrados el tradicional maniqueismo español. Se juega ser la primera comunidad española que rompe con el binomio maniqueo-nacionalista que ha imperado en España durante las últimas décadas. Foro no es un partido nacionalista, sino un partido unionista, que considera que más Asturias significa mejor España. De esta forma estamos ante un acontecimiento singular en la política española, un partido que defiende su comunidad al igual que su pertenencia a la nación española en igualdad de condiciones “ex aequo”, algo que desde luego no le interesa para nada al establishment maniqueo-nacionalista que ha dirigido los destinos de este país hacia la catástrofe en la que nos encontramos, por sus excesos o por sus defectos.
Desde esta perspectiva FORO es algo más que un partido político convencional, porque su significado intrínseco conduce a una reflexión sobre la situación política española, en la que casos de corrupción por todas partes, desmadres identitarios, pérdida de valores comunes y compartidos, desigualdades insoportables, censuras y manipulaciones de la opinión pública, nos ofrecen el peor de los escenarios para integrarnos en una Europa civilizada, pareciendo que hay políticos en nuestro país empeñados en devolvernos al tercer mundo. Posiblemente, los que han vivido tantos años a costa del erario público sin dar explicaciones a nadie: partidos políticos, sindicatos, asociaciones.
Personalmente, lo que más me interesa del fenómeno Foro Asturias, el partido de Francisco Álvarez Cascos, tras muchos años estudiando la deriva de la política española, es esa ruptura con el modelo tradicional de complacencia opositora que se han brindado entre el PSOE y el PP, para perpetuar el más de lo mismo, y entre éstos y los nacionalismos. Hay otra opción emergente que parece orientada al mismo objetivo, la UPyD de Rosa Díez, que sin embargo, tras su primer y único Congreso demostró que sencillamente era una marca blanca del PSOE, algo que no ocurre con Foro, que no es una marca blanca del PP, sino una opción diferenciada y abierta, en la que se han reunido políticos que provienen del PP, tras la deriva colectivista del partido de Mariano Rajoy, asturianos hartos de que Asturias sea postergada, liberales hastiados de la deriva infame de la política y ciudadanos que provienen de la indignación cívica ante los desmadres de los políticos de todos los partidos. Todos reunidos tras la espalda de Francisco Álvarez Cascos.
Por lo pronto, Foro está obligando tanto al PP como al PSOE a mostrar que han perdido cualquier sentido de autocrítica, y que están, cada día, más alejados de los intereses de los ciudadanos en la defensa a ultranza de los intereses de sus siglas. Todavía esperan los asturianos una explicación del PSOE en relación a la corrupción que se produjo en su partido durante los últimos años y de la que todavía no se ha concluido el sumario, pasado más de un año desde el encarcelamiento de altos cargos de este partido, y por parte del PP, una explicación de por que han decidido coaligarse con el PSOE en vez de apoyar a Foro, o por que impidieron en su día la presencia de Francisco Álvarez Cascos en su candidatura. No obstante, ambas formaciones, han jugado a Procusto, impidiendo la gobernabilidad de Asturias haciendo imposible cualquier acuerdo con Foro.
La primavera política asturiana
En Asturias, se está viviendo una primavera singular en estos momentos, aunque los medios de comunicación traten de ocultarlo, cada día se celebran cuatro o cinco actos de Foro, la calle está llena de hormigas repartiendo información tras la intoxicación a que ha sido sometida la opinión pública asturiana por La Nueva España y La Voz de Asturias, vinculadas por negocios millonarios con la RTPA. Con las encuestas manipuladas en contra, con una campaña personal contra Álvarez Cascos que sería de denuncia hasta en Rusia, con una manipulación de la opinión pública por los medios adversos y los partidos rivales de Foro, los asturianos han decidido ponerse en pie y no rendirse ante las fuerzas reaccionarias que tratan de imponer la moviola a cualquier precio, en una invitación a la anestesia y la amnesia, como acertadamente ha denunciado Alvarez Cascos.
Los asturianos saben que esta oportunidad de alcanzar la diferencia que apoyaron mayoritariamente en mayo del año pasado, no volverá a repetirse en caso de que Foro no triunfe en las elecciones, por eso no dejan de venir líderes nacionales de todos los partidos a Asturias para mostrar “su apoyo” a sus candidatos, cuando en realidad, lo que necesitan esos candidatos, es el apoyo de los asturianos, que saben que no van a recibir según las encuestas reales que manejan el PSOE y el PP, no las que ofrecen, maquilladas, a la opinión pública.
Asturias se juega en estas elecciones algo más que su gobernabilidad, precisamente es la única comunidad que tiene la ocasión de mostrar que no se deja engañar por los políticos que la han defraudado a lo largo de décadas. Foro no es solo un partido político, es la decisión de los asturianos de segregarse de la estupidez política que todavía invade la nación española en todos los lugares.
Desde esta perspectiva, Foro representa la liberación que los españoles acometieron hace doscientos años de aquellos que trataban de imponerles las ideas nuevas (¿imposiciones?) venidas de una Europa dominada por Napoleón y la infamia a que unos advenedizos trataban de condenarlos, en un un vasallaje súbdito, en nombre del poder absoluto de la corona española. La respuesta de los españoles a ambos fue la declaración de su soberanía como pueblo y la creación política de la nación española moderna, con su primera Constitución.
En aquella ocasión, Cádiz fue el origen de la revolución española que nos convirtió en nación, en esta ocasión será Gijón, un 16 de marzo, el lugar donde las cosas comenzarán a cambiar en España para siempre. Ayer, los asturianos estaban en Cádiz haciendo una Constitución, aquel Argüelles que salió del oratorio de San Felipe diciendo: “españoles ya tenéis una nación”, hoy se rememora en este Francisco Álvarez Cascos que saldrá del Pabellón de Deportes gijonés diciendo: “Asturias es España y lo demás tierra conquistada por los políticos incívicos y corruptos”.
Eso es lo que nos jugamos los asturianos y todos los españoles en las elecciones del 25-M en Asturias, ni más, ni menos.
Enrique Suárez
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