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sábado, 8 de marzo de 2008

Con el voto se legitma lo hecho y se confía en lo que se hará


El mayor avance del Estado de Derecho en las democracias avanzadas es sin duda la restricción de la práctica de la violencia, la exclusividad de su uso legal por parte del Estado.

Cuando un Estado, guiado por un gobierno inane, asume como inevitable el uso de la violencia por parte de una organización terrorista como ETA, está claudicando de su deber y su derecho, y sometiendo a los gobernados al injusto dictamen de los delincuentes.


Un gobierno que abdica de sus justos derechos, convierte a toda la sociedad en un objetivo vulnerable para aquellos que se declaran sus enemigos, sean bandas criminales organizadas, organizaciones terroristas, o asesinos singulares. La anuencia del ejercicio de la legitimidad debería suponer la inmediata deslegitimación de los que no cumplen con su deber.

Más allá de cualquier ideología o creencia sobre la democracia, hay unos principios racionales que deben ser compartidos por todos los participantes en el juego de la política, no respetar las reglas es exactamente romper el orden mínimo que requiere la organización política para alcanzar un rango de eficacia aceptable.

Si un gobierno decide que el Estado no defienda a la sociedad de sus enemigos, la sociedad queda eximida de defender ese Estado, y legitimada para organizar su propia autodefensa.

No sirve de nada alegar buenas intenciones o estrategias pacifistas, si un gobierno no cumple con su obligación de defender a los ciudadanos, los ciudadanos deben apartar a ese gobierno del poder. De no hacerlo de esta forma, los ciudadanos aceptan implícitamente que el gobierno queda eximido de responsabilidad en sus actos, o lo que es lo mismo, aceptan la tiranía y la arbitrariedad como opciones válidas entre las alternativas posibles que pueden ejercer sus mandatarios.

En ese mismo instante, la democracia se convierte en un instrumento de coacción, la sociedad en una cárcel, en que la privación de libertad, la desigualdad, e incluso la ignominia resultan viables. El Estado de Derecho se transforma en un instrumento de represión y coerción para los ciudadanos, y en una herramienta que utilizan los criminales para imponer sus pretensiones.

En las elecciones del próximo domingo, resulta extraordinariamente peligroso e inconsciente votar por el PSOE, por su candidato a la presidencia del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, porque si sale elegido, será una señal inequívoca de que los españoles hemos renunciado a nuestra condición de ciudadanos libres e iguales.

Votar a Zapatero representa sucumbir a la inercia de los acontecimientos, al reconocimiento de que los problemas que tenemos los españoles no tienen solución, y fundamentalmente, a que un presidente de gobierno puede ser irresponsable sin consecuencias. Al mismo tiempo, estaremos legitimando sus errores, y su incapacidad política para resolver las dificultades que se presenten en nuestras vidas, sean económicas, políticas o vitales.

Votar al PSOE el próximo domingo no solo es un acto libre de elección, es también la legitimación de su política durante la última legislatura: el diálogo con ETA, la exclusión del PP, los pactos de gobierno con los que reclaman la independencia, y la megalomanía que supone la Alianza de las Civilizaciones.

En unas elecciones generales, el voto al partido que ha gobernado, no es simplemente fruto de la libre elección, sino también del juicio a su gestión política de los problemas que se han presentado a lo largo de la legislatura. Debemos votar como ciudadanos gobernados durante cuatro años, no simplemente como electores circunstanciales.

Hay que recordar que al introducir la papeleta en la urna para el PSOE no solo elige una opción política, también se legitima todo lo que el PSOE ha hecho durante el tiempo que ha gobernado.


Biante de Priena

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Sí, pues échenle un vistazo a la portada de La Razón de hoy sábado con esa foto mayestática y ese titular más mayestático aún. Ya empieza a haber codazos por situarse en primera fila ante el emperador ZP. Ay, ese grupo Planeta apoyador del Estatut.

Anónimo dijo...

Si el gobierno no solo no protege a los ciudadanos sino que ademas se junta con los asesinos de esos ciudadanos es algo logico y normal que a esos ciudadanos lo unico que les queda es la Autodefensa

Anónimo dijo...

Cierto, ese párrafo se ha erigido en el eje desde hace años sobre el que ha pivotado la lucha de los ciudadanos.

Para ello hubo que investigar las causas del deterioro español y concluir una teoría válida que explicara la situación.

Concluido el trabajo teórico, en los sucesivo resta el trabajo de organizar cabalmente la Autodefensa Ciudadana Española.

Aunque el PP obtuviera una mayoría en estas elecciones, dicha labor seguirá su curso, porque es la única, auténtica, necesaria e histórica salida para la mayoría de los españoles.

Ciudadanos, a la Autodefensa vamos, ya es la hora.

Anónimo dijo...

"Si un gobierno decide que el Estado no defienda a la sociedad de sus enemigos, la sociedad queda eximida de defender ese Estado, y legitimada para organizar su propia autodefensa."

Este párrafo es más exacto que el anterior, porque es un gobierno y otros anteriores los que han DECIDIDO que el Estado se vuelva contra los ciudadanos. En consecuencia no sólo los "gobiernos", no sólo los "políticos", sino que es el carácter de ese Estado el que debe estar al servicio de los ciudadanos.

Y eso sólo se hace cuando los ciudadanos tomen ese Estado, lo destruyan y monten uno nuevo y flamante sobre las ruinas del inservible.

En ello está afanada la sociedad española del siglo XXI.
Y venceremos

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