Nadie en España o en el mundo, alberga la menor duda sobre la traición nacional que abandera el actual gobierno español de ZP, enemigo mayor de la nación. Este hecho inaudito, está siendo seguido y comprendido por millones de españoles en cada una de las actuaciones o declaraciones de un ejecutivo que va componiendo su inmoral música en relación directa al grado de rebelión social que despierta. No existe límite a la insolencia, mentiras, cinismo y aberraciones, de quienes se empeñan en consumar tan histórica afrenta pública.
Pero no es esa realidad la que siendo palpable supone mayor desazón nacional, sino la alternativa política tan deprimente que supone el Partido Popular, única opción en condiciones de restituir legalidades, restañar el orden constitucional, mantener la democracia o resucitar el asesinado Estado de Derecho.
Este partido ha dado sobradas muestras de estar en conflicto consigo mismo y con las urgentes tareas nacionales. Recordemos desde su recogida de firmas contra el Estatuto catalán que sirvieron de bien poco, hasta el dudoso comportamiento actual de su hermano UPN, pasando por los diferentes estatutos que han apoyado, de nefasta retracción a los intereses nacionales.
Es obvio que la alternativa electoral inmediata es el PP, aunque sólo sea por expulsar al traidor mayor del Reino, pero no lo es menos que sus intereses partidarios no concuerdan suficientemente con las necesidades de España; vaya como muestra el hecho de que Zp insiste tanto en demonizarlo como en tenderle la mano, en un ejercicio de persuasión al que sucumben con demasiada evidencia los agentes populares.
Los “ajustes” de barones periféricos del PP, así como su discurso en apariencia firme, obedecen a un acoplamiento al grado de presión ciudadana, y vienen a suponer también una táctica ante las inminentes elecciones generales, mucho más que una solución de fondo al gravísimo problema que tiene planteado nuestro país.
Y esto es así por razones de peso autonómico, y no tanto por cálculos políticos unitarios o benignas voluntades. (Ante el desastre de los servicios en Cataluña, las restantes autonomías protestan, una vez más, por el trato preferencial que pretende darle el Estado).
El actual problema español reside en la existencia de castas regionales con decisivo peso en el curso de los acontecimientos públicos. Esta es la auténtica fuerza determinante que domina cuanto ocurre en España, ante la cual, los partidos políticos no son sino sus esclavos servidores.
Ante este hecho, el PP sólo puede disimular sus intenciones, inflar su discurso, capear el momento, aplazar el desenlace, pero finalmente caerá del lado de esas fuerzas como se ha observado en frecuentes ocasiones.
De ahí se infiere una patética lógica, pues si bien la previsible defensa de la nación española por parte del PP debería darse después de obtener mayoría absoluta en las próximas elecciones, el grado de ignominia que alcanza en esta hora la situación, ante la cual permanece impávido, adelantará su defección y con ello, aumenta el riesgo de su derrota en las urnas, o al menos, de no alcanzar la mayoría absoluta que requiere para enderezar el futuro de este país.
España no es ningún enigma histórico en la actualidad, es el coto de muchos traidores a sus ciudadanos, algunos bien disfrazados, pero seguros en sus propósitos, por una sencilla razón: con un verdadero partido nacional no estaríamos así.
Santiago Suay
Pero no es esa realidad la que siendo palpable supone mayor desazón nacional, sino la alternativa política tan deprimente que supone el Partido Popular, única opción en condiciones de restituir legalidades, restañar el orden constitucional, mantener la democracia o resucitar el asesinado Estado de Derecho.
Este partido ha dado sobradas muestras de estar en conflicto consigo mismo y con las urgentes tareas nacionales. Recordemos desde su recogida de firmas contra el Estatuto catalán que sirvieron de bien poco, hasta el dudoso comportamiento actual de su hermano UPN, pasando por los diferentes estatutos que han apoyado, de nefasta retracción a los intereses nacionales.
Es obvio que la alternativa electoral inmediata es el PP, aunque sólo sea por expulsar al traidor mayor del Reino, pero no lo es menos que sus intereses partidarios no concuerdan suficientemente con las necesidades de España; vaya como muestra el hecho de que Zp insiste tanto en demonizarlo como en tenderle la mano, en un ejercicio de persuasión al que sucumben con demasiada evidencia los agentes populares.
Los “ajustes” de barones periféricos del PP, así como su discurso en apariencia firme, obedecen a un acoplamiento al grado de presión ciudadana, y vienen a suponer también una táctica ante las inminentes elecciones generales, mucho más que una solución de fondo al gravísimo problema que tiene planteado nuestro país.
Y esto es así por razones de peso autonómico, y no tanto por cálculos políticos unitarios o benignas voluntades. (Ante el desastre de los servicios en Cataluña, las restantes autonomías protestan, una vez más, por el trato preferencial que pretende darle el Estado).
El actual problema español reside en la existencia de castas regionales con decisivo peso en el curso de los acontecimientos públicos. Esta es la auténtica fuerza determinante que domina cuanto ocurre en España, ante la cual, los partidos políticos no son sino sus esclavos servidores.
Ante este hecho, el PP sólo puede disimular sus intenciones, inflar su discurso, capear el momento, aplazar el desenlace, pero finalmente caerá del lado de esas fuerzas como se ha observado en frecuentes ocasiones.
De ahí se infiere una patética lógica, pues si bien la previsible defensa de la nación española por parte del PP debería darse después de obtener mayoría absoluta en las próximas elecciones, el grado de ignominia que alcanza en esta hora la situación, ante la cual permanece impávido, adelantará su defección y con ello, aumenta el riesgo de su derrota en las urnas, o al menos, de no alcanzar la mayoría absoluta que requiere para enderezar el futuro de este país.
España no es ningún enigma histórico en la actualidad, es el coto de muchos traidores a sus ciudadanos, algunos bien disfrazados, pero seguros en sus propósitos, por una sencilla razón: con un verdadero partido nacional no estaríamos así.
Santiago Suay
8 comentarios:
Pues si ese pronóstico se cumple, ante la dejadez del PP ¿que pasará, quién se ocupará de la nación?.
Parece mentira el caos que se nos avecina, cualquiera que sea el futuro.
Este es un problema importante en la estructuración de la política de Estado. Como indica Santiago, si el PP pacta con los nacionalistas para poder gobernar, jamás se logrará resolver la coyuntura persistente de la deriva nacional.
Bien, sobre la mesa queda
Suma y sigue:
http://www.libertaddigital.com/noticias/noticia_1276310813.html
Ni una palabra sobre España, sólo alusiones sobre las ínsulas y que el caso de Baleares es "diferente" tan "diferente" como el resto de las taifas españolas.
¿Lo sabe D. Mariano?
Acosta I el Tremendo.
Los términos que utiliza el Acosta son tremendos:
"traición nacional, enemigo mayor de la nación, inmoral música, traidor mayor del Reino, castas regionales, una patética lógica,..."
Como siempre, sin señalar una sola alternativa, calificando a los demás de traidores (él no, por favor), y el tremendismo como sistema. Desde luego, para hacerse el interesante no cuela, siquiera sea por lo repetido.
En cuanto a traidor, nadie como él para hablar de traición y estafa, en compañía de los que publican este blog.
Acosta, ponte a trabajar, paga y déjate de tremendismos.
A este anónimo cuando no le gusta una opinión, salta contra Ubúes, Acostas, Bouzas y otros. Alguno de ellos le ha dejado con el ramo de flores ante el altar. Debe ser uno de los que "han ganado" el congreso y han perdido un partido. Y no es de extrañar con ese odio, esa ignorancia y ese resentimiento.
Chavalote, búscate otro novio, mira en los anuncios y deja de arrastrarte como un despechado, cateto insolvente.
Si, este perturbado tiene pinta de ser un "triunfador" de esos que saben muchos dogmas y se hace el interesante pidiendo soluciones que sólo él posee.
La envidia que rezuma no le deja expresar "alternativas", sólo despotricar contra sus adversarios con el insulto y la infamia.
Es lo que vienen haciendo los nacionatas desde hace tiempo, y debe ser de los untados por los mafiosos de la dirección de C`s, no falla, a mayor odio, mayor perturbación, mayor impotencia de todo tipo y enseñanza de sectarismo atómico, así como una miseria humana que echa patrás.
Carne echada, rendida, de psiquiatra.
Muy bueno el artículo de Suay, hace pensar que es lo que interesa. Es más, estoy de acuerdo con él.
¿Alguien conoce al tipejo este que se mete con los nuestros?. Si lo averiguamos lo denunciamos ante la opinión pública y ante la justicia, por difamador, y si yo fuera el Acosta le cortaba los huevos, si es que los tiene, si no, el gaznate.
Valiente pendejo.
Anónimo, déjate de cortar nada que se te echarán encima la sociedad protectora de animales psicóticos.
Dejadlo que se desfogue al chaval, se ve que sufre, más, le duele el alma, ¿Qué le habrá pasado para estar así?.
¿Sabe alguien si está en C's?.
Si es así, ¡que material se han quedado los mafiosos!
Por cierto sugiero a los responsables de la WEB que cojan la IP de este desgraciado.
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